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Participación Cultural: recolectar datos para sembrar necesidades CULTURA|OPINIÓN

Participación Cultural: recolectar datos para sembrar necesidades

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Noela Salas Sharim
Por : Noela Salas Sharim Subsecretaria de las Culturas y las Artes.
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La Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector es precisamente ese acto de recolección: un esfuerzo por recoger los frutos del sentir, pensar y hacer de nuestra comunidad. Es, por lo mismo, un instrumento fundamental para proyectar el trabajo del Ministerio de las Culturas.


La palabra recolectar alude a recoger los frutos de una cosecha. Frutos que luego serán utilizados para diversos fines, como alimentar a una comunidad, conservar semillas para futuras siembras, o incluso para intercambiar con otros. Del mismo modo, recolectar datos a través de una encuesta es un proceso que permite recoger los frutos de las experiencias, opiniones y comportamientos de una comunidad. Estos frutos, convertidos en información, no solo nos alimentan de conocimiento, sino que también nos permiten entender mejor los patrones de comportamientos culturales que moldean nuestra sociedad.

Es en este espíritu de recolección, análisis y comprensión es que esta semana lanzamos la nueva Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector (ENPCCL), iniciativa que busca contribuir a la construcción de políticas culturales más inclusivas y pertinentes en torno a las necesidades de quienes hoy componemos el país.

Y aunque parezca inverosímil, esta es sólo la quinta oportunidad de levantar datos a nivel nacional en la materia. Primero en 2004-2005, luego en 2009, 2012 y 2017. Es decir, no tenemos información actualizada desde hace 7 años. Hoy, en un compromiso por mejorar las condiciones del sector, es que se generó una alianza con el Instituto Nacional de Estadísticas con una inversión de más de 1.000 millones de pesos y un trabajo bianual con lo más altos estándares técnicos que se encuentran en pleno desarrollo. Este instrumento es el más antiguo y robusto en su tipo dentro América Latina, y por lo mismo, su implementación es un orgullo, pero también una responsabilidad.

El sector cultural se encuentra en constante cambio y desarrollo, por lo que tener datos actuales sobre el fenómeno de la participación es clave para que las políticas culturales estén basadas en evidencias. Por lo mismo, trabajar con el INE es fundamental. La ENPCCL nos entregará información sobre patrones de participación cultural: motivos y obstáculos para hacerlo; uso de y acceso a infraestructuras culturales; comportamiento lector; participación cultural en entornos digitales; y trayectorias culturales.

Lo anterior es clave, pues, al asociar patrones de participación cultural con características socioeconómicas y geográficas se pueden construir perfiles que permitan enfocar la acción ministerial hacia objetivos y necesidades específicas. Un ejemplo, es el cruce entre participación cultural y cuidados.

La posibilidad de que mujeres adultas, de grupos sociales medios y medios bajos, la participación cultural esté íntimamente vinculada con las labores de cuidados es certera. Esto se podría inferir a través de identificar patrones donde la asistencia a espectáculos o infraestructuras tiene como propósito llevar niñas, niños y adolescentes, y porque se afirma el uso de bienes culturales para cuidar. Esto muestra un uso concreto de la cultura y, por lo mismo, es información útil para generar acciones que acerquen y pongan a disposición mayores y mejores bienes y ofertas culturales para apoyar estas labores.

Puede que ese grupo vea mermada su participación cultural porque los cuidados están distribuidos de forma desigual. De manera histórica estas responsabilidades han recaído, tanto en carga como en tiempo, sobre las mujeres. Entonces, es posible que existan muchas que queriendo participar no pudieron hacerlo por dichas responsabilidades. Toda esta información será posible conocerla a través de este instrumento, permitiéndonos tener más evidencia para generar acciones específicas que mitiguen problemas de este tipo.

Por otro lado, indagaremos con una profundidad inusitada en el comportamiento lector de chilenas y chilenos, produciendo más información sobre la disciplina, la que será vital para proyectar nuevas acciones que nos permitirán crear nuevas formas de trabajo para cumplir los compromisos adquiridos en la Política del Libro y la Lectura. Con miras a nuestra participación como país invitado de honor en la Feria del Libro de Frankfurt 2027, estas son excelentes noticias.

A través de preguntas específicas, sabremos lo que piensa la ciudadanía en materia de acceso a infraestructuras culturales y patrimoniales, con lo cual podremos identificar posibles grupos socioeconómicos o regiones del país donde la sensación de lejanía impacta negativamente en el ejercicio y goce de los derechos culturales. De esta manera podremos enfocar los esfuerzos en generar políticas que garanticen acceso sin importar el lugar o los recursos, permitiendo que todas las personas se beneficien de las culturas, las artes y los patrimonios.

Es un desafío inmenso construir la necesidad social de la cultura, pero como en toda cosecha, el primer paso es sembrar y luego recolectar. Conocer quiénes, dónde y por qué se sienten lejanas o cercanas a la cultura es clave para avanzar en esta línea. La Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector es precisamente ese acto de recolección: un esfuerzo por recoger los frutos del sentir, pensar y hacer de nuestra comunidad. Es, por lo mismo, un instrumento fundamental para proyectar el trabajo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en los próximos años, sembrando así las semillas del futuro cultural que queremos construir.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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