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Gabriela Mistral en su difícil camino al Premio Nobel CULTURA|OPINIÓN

Gabriela Mistral en su difícil camino al Premio Nobel

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Gabriel Canihuante Maureira
Por : Gabriel Canihuante Maureira Periodista y académico.
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Es un relato ordenado, fácil de leer y, a ratos, muy entretenido, que va llevando al lector con afecto e interés creciente por la suerte de la poeta y sus vivencias en Suecia, a través de esas 265 páginas.


En La Serena, quizás más que en el resto del país, es común leer títulos de libros sobre Gabriela Mistral, un verdadero símbolo cultural para esta región del norte verde que, a juicio de muchos, debería llevar el nombre de la poeta elquina.

“Gabriela, su difícil camino al Nobel” (Catalonia 2024) es el nombre del más reciente texto conocido y su autor es el economista, diplomático y ex ministro de defensa, José Goñi. Es, a mi juicio, una historia bien contada.

Este libro entrega un relato ordenado, fácil de leer y, a ratos, muy entretenido, que va llevando al lector con afecto e interés creciente por la suerte de la poeta y sus vivencias en Suecia, a través de esas 265 páginas.

Sin duda, es una obra basada en una minuciosa investigación, pero el relato está lejos de ser un texto aburrido con estilo de tesis doctoral o similar, al contrario, hay en Goñi una especial preocupación por descubrir los detalles sabrosos y -creo yo- poco conocidos para el lector común de cómo se gestó el mayor premio literario a nivel mundial para una chilena.

¿Cómo y dónde se enteró Gabriela que había sido premiada con el Nobel en noviembre de 1945?

¿Cuántas veces había sido postulada a este premio y con quiénes competía ese año a pocos meses del término de la II gran guerra?

¿Por qué viajó en barco (El Ecuador), durante más de 15 días, para llegar al país nórdico y no lo hizo en avión en un vuelo que habría sido mucho más breve y confortable?

Las peripecias de esa larga y accidentada travesía incluyen una lección de baile para Gabriela. Esa historia, en particular, la leí viéndola como una secuencia de una película en blanco y negro. Por cierto, disfruté imaginando a una torpe aprendiz, pero quién es uno para criticar.

Mariana del Sol es el alias de una mujer de origen alemán que sirve de espía a una red de nazis que opera en esos años entre América Latina y Europa. ¿Qué relación tuvo con la Mistral y cómo o cuánto la afectó? Es uno de tantos aspectos que, al menos para mí, resultó no solo novedoso, sino también sorprendente y, desde el punto de vista literario, muy atractivo.

Acompañar a la laureada poeta en el año 1945 y permitir al lector oírla en sus diversos discursos, diálogos e intervenciones, con públicos e interlocutores muy distintos, es algo que se agradece a Goñi. Un detalle: cuando Gabriela Mistral recibe el Premio Nobel -con todo su significado social, político y cultural a nivel planetario- ella no tenía derecho a votar por el presidente de su país: en Chile las mujeres solo podían participar en elecciones municipales.

Otro detalle, para mí muy sabroso, es una frase coloquial de la poeta que le surge a partir de un diálogo con un escritor sueco (Ivar Lo-Johansson). Ella reflexiona acerca de lo difícil que se le hace establecer relaciones de cordialidad con las personas en general, pero con él se había sentido muy bien. Y, según Goñi, piensa la poeta que “hay muchos otros intelectuales que no los paso ni con el mejor vino…”

¿Cuánto de ficción tienen los relatos de José Goñi? ¿Cuántas de las frases atribuidas a Mistral son citas textuales y cuántas son aproximaciones a un pensamiento u opinión mistraliana? Imposible saberlo, a mi juicio, pero es mejor así. Este es un libro que, si bien consta de una bibliografía y de un anexo fotográfico, no tiene ni una sola referencia a pie de página. Y eso, yo como lector, lo agradezco y celebro en un libro de este tipo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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