Publicidad
“Invitación al viaje” de Julio Ramón Ribeyro: invisibles a la sensibilidad del éxito y la fama CULTURA|OPINIÓN

“Invitación al viaje” de Julio Ramón Ribeyro: invisibles a la sensibilidad del éxito y la fama

Publicidad

Es uno de los grandes cultores del género breve en Latinoamérica, afirmación que será confirmada por la lectura de este excelente volumen de cuentos que por fortuna ha sido rescatado del anonimato al que parecía estar condenado.


El peruano Julio Ramón Ribeyro (1929-1994), Premio Juan Rulfo de Lenguas Romances de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ha sido reconocido entre los principales maestros del cuento latinoamericano, un género que se resiste a las definiciones rígidas y que se defiende con dientes y muelas a las recetas estándar tipo decálogo. Para quien pretenda -ya sea como lector interesado, o más aún, en calidad de autor del género- el conocimiento de la obra de Ribeyro resulta ineludible.

El cuento es una estructura compleja, que se aleja del formulismo y de los esquemas. Julio Cortázar afirmaba que se parecía mucho más a un gato que a un teorema, aludiendo a la necesidad de permitir que aflore el inconsciente para que juegue a las metáforas, exorcizando los intentos didácticos o, peor aún, las morales de cualquier tipo.

En este terreno, Ernest Hemingway nos aportó un concepto crucial: la teoría del iceberg, según la cual la pieza narrativa muestra apenas un diez por ciento de su envergadura; la mayor parte está oculta bajo la superficie del agua. Vale decir, se nos cuenta una historia en la apariencia, pero otra trama secreta discurre por debajo de las letras. Ribeyro, ciertamente, es un fiel representante de esta tendencia del cuento moderno.

La obra cuentística de Julio Ramón Ribeyro  basa especialmente el sitial de respeto que ha ganado  en su notable capacidad para capturar la vida corriente con una aproximación profundamente humana y ajena a los artificios lingüísticos excesivos. Es dueño de una prosa concisa, nítida, exenta de adornos. Prefiere el territorio de lo común, más que las situaciones extremas o grandilocuentes; vale decir, va a la búsqueda de la tragedia y/o comedia que habita la cotidianidad. No obstante, la aparente simplicidad oculta una profunda mirada al ser humano en sus enormes contradicciones, fragilidades y miserias.

En consecuencia, los protagonistas de sus cuentos suelen ser seres más bien marginales y anónimos, invisibles a la sensibilidad del éxito y la fama. Son más perdedores, grandes fracasados, débiles y solitarios, víctimas del desencanto o seres simples sometidos al duro arbitrio de la sociedad inmisericorde.

Su prosa posee características que la hacen hábil para abordar la existencia difícil de estos seres marginados, acercar al lector de una manera compasiva, sin recurrir a sentimentalismos que anularían el atractivo de las historias. Ciertamente, la cuentística de Ribeyro marca una tendencia introspectiva, psicológica, casi del todo ajena a los recursos de lo fantástico (con leves excepciones que confirman la regla).

De una forma original, nuestro autor se las arregla para circunscribir universos narrativos completos que indagan con hondura en la condición humana dentro del espacio de un cuento breve, una auténtica hazaña de concisión, significancia, simplicidad y belleza.

Invitación al viaje y otros cuentos inéditos cumple con todas las condiciones anteriores, si bien es el resultado de un especial rescate. Se trata de una obra que se publica póstumamente para alegría de sus fieles lectores, antiguos y futuros. Son cuentos escritos en la década del 70 y guardados en el archivo personal del autor en su residencia en París. A partir de tal hallazgo, se configuró este nuevo libro, con el cual se alcanza la meta simbólica que Ribeyro ansiaba: llegar al centenar de cuentos, cifra que se logra con este volumen.

En todos los países de nuestra América Latina se cumple el mismo destino fatal: hay espacio para unos pocos autores que se imponen por sobre las fronteras geográficas y comerciales que se imponen a la circulación, el intercambio y el conocimiento de la literatura producida en los diversos territorios. Nuestros países se comportan como compartimientos estancos que no fomentan el intercambio literario amplio. Hay unas cuotas invisibles que limitan el flujo. En el caso del Perú, autores notables como Vargas Llosa o Bryce Echenique han copado ese espacio para la internacionalización que impide que se difunda y valore la obra de narradores tan importantes como el que nos ocupa: el gran Julio Ramón Ribeyro. El mismo fenómeno se repite, inefable, país a país.

No deja de ser asombroso que se haya impuesto de manera tan fervorosa la cultura del éxito en el mundo literario: lo que más importa son las cifras abultadas de ventas por sobre la variedad y la calidad de las obras.  Solo hay espacio para unos pocos nombres, bien escogidos. Ante la pregunta inevitable de los periodistas en las entrevistas: “cuáles son sus escritores favoritos o sus influencias fundamentales”, respondo invariablemente, con tono cómico, “tiene tiempo, porque eso puede ocuparnos el día completo, o la vida, si quiere”. Con eso doy paso a la idea de que la literatura es un campo complejo, donde deben reconocerse distintas aportaciones, muy diferentes entre sí, variadas y enriquecedoras por lo mismo.

Julio Ramón Ribeyro, como muchos otros autores, ha sido menos considerado de lo que debiera. Dice Bryce Echenique: “Yo por Julio Ramón Ribeyro tengo una verdadera veneración. Para mí es, de lejos, el mejor cuentista que ha dado el Perú”. Y, por ende, uno de los grandes cultores del género breve en Latinoamérica, afirmación que será confirmada por la lectura de este excelente volumen de cuentos que por fortuna ha sido rescatado del anonimato al que parecía estar condenado.

Ficha técnica:

Invitación al viaje y otros cuentos inéditos, Julio Ramón Ribeyro, Ed. Alfaguara, 2024, 140pp

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias