CULTURA|OPINIÓN
Es hora de que la voz de los artistas y de todos aquellos que creen en la importancia de la cultura se escuche con fuerza. No permitiremos que se silencie nuestra creatividad ni que se minimice nuestra contribución a la sociedad.
En un momento en que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes, donde la creatividad y la cultura son más necesarias que nunca, la oposición ha decidido atacar las declaraciones del presidente Gabriel Boric sobre el aumento del presupuesto para las artes y la cultura. Desde la Unión Nacional de Artistas, consideramos una aberración las declaraciones de legisladores de derecha que “curiosamente” coinciden con una columna editorial de El Mercurio. Es evidente que la derecha en bloque se opone a esta medida vital. Es hora de que se escuche la voz de quienes creen que un país sin arte y cultura es un país sin alma.
Las artes y la cultura no son un lujo; son una necesidad. La creatividad es el motor que impulsa el desarrollo social y económico de cualquier nación. En lugar de desestimar el valor de las industrias creativas, deberíamos estar celebrando su potencial. En otras latitudes, se reconoce que la inversión en cultura no solo enriquece la vida de los ciudadanos, sino que también genera recursos significativos. Las industrias creativas son una fuente de empleo, innovación y desarrollo económico. ¿Por qué, entonces, en lugar de apoyar estas iniciativas, elegimos atacarlas?
El arte y la cultura son los pilares de nuestra identidad. Son el reflejo de nuestras historias, nuestras luchas y nuestras aspiraciones. Ignorar la importancia de las artes es ignorar la esencia misma de lo que significa ser humano. La columna de El Mercurio junto a las declaraciones recientes de legisladores del sector que el periódico obviamente representa no solo son un ataque a un presupuesto; son un ataque a la creatividad, a la diversidad y al futuro de nuestra sociedad.
Es inaceptable que se utilicen argumentos populistas para socavar el apoyo a las artes. La cultura no es un gasto superfluo; es una inversión en el futuro de nuestro país. Cada peso destinado a las artes es un peso que se multiplica en beneficios económicos y sociales. La creatividad es un recurso que, si se cultiva, puede florecer y traer consigo un crecimiento sostenible.
La oposición debe entender que la cultura y las artes no son solo para unos pocos privilegiados; son para todos. La educación artística, el acceso a las manifestaciones culturales y el apoyo a los creadores son derechos que deben ser garantizados. En lugar de criticar, los opositores deberían unirse a la causa de la cultura, apoyando iniciativas que fortalezcan nuestro tejido social.
Es hora de que la voz de los artistas y de todos aquellos que creen en la importancia de la cultura se escuche con fuerza. No permitiremos que se silencie nuestra creatividad ni que se minimice nuestra contribución a la sociedad. La defensa del presupuesto para las artes es una defensa de nuestra identidad, de nuestra historia y de nuestro futuro. La cultura es el alma de un país, y no permitiremos que se le arrebate. ¡Basta de ataques! Es hora de invertir en lo que realmente importa.
