Dice la leyenda que tras una gran inundación del rio Maipo del año 1898 los isleños prometieron a la virgen el homenajearla cada año. Y el milagro ocurrió, de tal manera que la promesa de pasearla en andas sin carruajes ni caballos se tuvo que hacer realidad.
El domingo 30 de septiembre se celebró en Isla de Maipo a la Virgen de las Mercedes, una de las más importantes festividades de sincretismo religioso que se produce en esta bella localidad.
Dice la leyenda que tras una gran inundación del rio Maipo del año 1898, los isleños prometieron a la virgen el homenajearla cada año. Y el milagro ocurrió, de tal manera que la promesa de pasearla en andas sin carruajes ni caballos se tuvo que hacer realidad. Pero no fue algo que molestó a los isleños, sino que, por el contrario, les entregó un gran sentido de identidad local y una de las mayores festividades en la actualidad en que se juntan lo divino con lo pagano, el comercio de souvenirs, las altas ventas en comida y bebida que ingresan a las arcas de los comerciantes locales.
Al igual que en la fiesta de la Tirana de la ciudad de Iquique, en esta también se declara zona seca, pero en una tierra tan prodiga en mostos y cervezas artesanales, aunque exista tal prohibición formal, es difícil pensar en que tal regla se cumpla. Sabido es que la cultura chilensis demanda que una vez hecha la regla está hecha la trampa.
Si bien es cierto la celebración se acomoda para el último domingo del mes de septiembre, e independientemente de que el día de las Mercedes se celebre antes, ya desde la segunda semana del mes se comienza con las misas a diario, con el canto de novenas en su honor y con el aumento por parte de los creyentes de los arreglos florales que adornan sus imágenes tanto en el interior de la iglesia, como en el frente de esta y por diversos puntos de la localidad.
Según me narraron Soledad Lillo, encargada de la bella biblioteca de Isla de Maipo, y los hermanos Juan José y Sebastián Yáñez, amables funcionarios de este oasis de cultura local, uno de los hitos históricos más relevantes producto de las crecidas del fines del siglo XIX fue la aparición alrededor de los ritos asociados a esta celebraciones la Anda y los Anderos, que año tras año y generación tras generación pasean a la virgen por las calles del pueblo, cumpliendo con su promesa y pidiendo por las bendiciones de la naturaleza y por prosperidad para las cosechas y para los habitantes de esta ínsula mediterránea.
Los anderos, cerca de 100 hombres son también llamados los promeseros, son los que portan a la virgen por las calles del pueblo el Anda. Un sitial bellamente adornado con flores llegadas de todas partes como ofrendas y que pesa cerca de una tonelada al momento de ser paseada. Este paseo se realiza a través de las distintas calles de Isla de Maipo y en algunas intersecciones la inclinan saludando a la naturaleza y pidiendo además que todo esté bien encauzado en el bienestar de la comunidad en general y de las personas que tienen alguna manda en particular.
Los anderos se han convertido en patrimonio cultural e inmaterial de la nación desde el año 2021 y es un privilegio pertenecer a esta especie de cofradía a la cual se entra por vínculos familiares o por ser una persona que tiene una manda. Las mujeres de los anderos no se quedan atrás y portan los estandartes el día de la procesión principal.
Las misas ocurren especialmente a las 6 de la mañana y también al atardecer, ocasiones en que se puede ver la pequeña iglesia abarrotada de fieles y en los últimos días tienen ciertas especificidades, como la dedicada a las mujeres llamada la misa del alba pues se realiza a las 6 de la mañana, procesión para a los hombres, misa para los jóvenes. Desde el 15 de agosto se realizan estas en forma ininterrumpida. En estas ceremonias no se olvida a los peregrinos que vienen de otras latitudes.
El diseño del Anda no tiene límites en los esfuerzos económicos de las familias y personas que se encargan de esto ya que inclusive para decorarla se encargan flores al extranjero. Se trata de homenajear con todas las posibilidades a la Virgen de la Merced.
Igualmente están presentes los hombres y mujeres a caballo que cruzando diversas comunas se hacen presente para la sagrada fiesta. Agricultores y campesinos están representados aquí como la esencia de la localidad, una mezcla de lo rural y lo urbano en perfecta armonía, donde esta esencia, más su calidad como destino turístico le hacen merecedora a tener el reconocimiento como ZOIT, ósea zona de interés turístico, lo que se sumaría al sello de SERNATUR que ya ostenta esta comuna turística obtenido este año.
Asociados a estas actividades más sacras está también presente la gran actividad comercial que se produce durante estos días, como ya lo mencionamos, hasta el punto de que la autoridad comunal ha debido establecer, además de algunas calles, el estadio local para el principal recinto comercial.
En total son 45 días de misa y una de estas es la que se produce en el cementerio local a todos los fallecidos durante el año antes del 30 de septiembre y que ocurre el lunes posterior a las ceremonias principales.
No puede faltar la cantata a la virgen el viernes y el canto a lo humano y a lo divino el sábado y en todas estas celebraciones llenas de campo y plegarias a la considerada la entidad más importante en la comunidad católica local.
No pueden fallar las misas para los camioneros, las tías de los transportes escolares, los taxistas, los colectivos, los bomberos, cuyas largas filas llenan de bulliciosas bocinas las calles de la localidad en donde se funden tradiciones y modernidad,
La misa solemne se produce el domingo en el frente del santuario donde le rinden homenaje los bailes religiosos con toda su sinfonía de colores y danzas.
A las 15 horas desfilan en su honor los huasos que montados en sus briosos corceles y acompañados por sus mujeres, jóvenes y niños le demuestran su cariño y adoración.
Y a las 16 horas se produce la procesión principal en donde los Anderos trasportan a la virgen por gran parte del pueblo. Aquí toda la comunidad católica y no católica, incluidas las autoridades eclesiásticas de la región metropolitana además la saludan fervorosamente y comienzan a despedirse de la homenajeada hasta el próximo año.
Las palmas, bocinas, campanas, incluida una gran emoción señalan el momento en que la virgen vuelve nuevamente al templo para esperar un nuevo ciclo de vida para ella y los agradecidos isleños.
Si todo se renueva en la vuelta del calendario agrícola, si el rio Maipo no inunda como antaño el bendecido pueblo, estarán de nuevos su Anda y sus Anderos, los bailes religiosos y los huasos, la comunidad católica y los no creyentes celebrando nuevamente a su Virgen de las Mercedes.