El lenguaje subversivo no es gratuito, busca constituir un balde de agua fría. La reflexión de Despentes no es grata ni fácil de digerir, incluso entre las feministas más jóvenes. Las actrices se esfuerzan frente al espejo, humillan a un chico de un delivery y entretienen con curiosas coreografías.
La temporada de la obra “Una mujer llena de vicios” instala, en el teatro del Centro GAM, las conjeturas de una pensadora feminista, gracias a las irreverentes interpretaciones de dos actrices consagradas como Patricia Rivadeneira y Antonia Zegers.
La dirección de Alexandra Von Hummel coordina las interpretaciones, una escenografía minimalista, la banda sonora poderosa y estridente para ataviar una obra basada de manera íntegra en la controvertida “Teoría King Kong”, con la que la ensayista francesa Virgine Despentes impactó los rankings de venta y el debate en el 2006.
Esta es la primera versión hecha en nuestro país de esta dramaturgia didáctica. El desafío es exponer cómo el machismo más radical está vigente, a pesar de décadas de gobiernos progresistas, slogans, marchas y legislaciones, labor radicada en la directora Manuela Oyarzún.
Son dos mujeres vestidas con un albo traje Chanel, el mismo de las chicas acomodadas, construyendo a dos gemelas que dialogan, debaten y vociferan. ¿Vemos a una persona en combate consigo misma, o a dos mujeres, ante los mismos temas?
Ambas o ella, abusan de sus largas piernas torneadas, bien abiertas éstas sobre sillones elegantes, utilizan un lenguaje procaz chilenoide, enarbolan todos los encantos de la mujer objeto. Logran exponer los postulados de la teoría, bautizada como el gorila gigante del cine, expuesto acá como un ente asexuado, una locomotora hormonal disfuncional, motor de todos los carros de la propuesta de la intelectual gala.
El lenguaje subversivo no es gratuito, busca constituir un balde de agua fría. La reflexión de Despentes no es grata ni fácil de digerir, incluso entre las feministas más jóvenes. Las actrices se esfuerzan frente al espejo, humillan a un chico de un delivery y entretienen con curiosas coreografías para apuntalar la insolencia.
El rouge corrido, los tacos altos, los devaneos felinos, los senos prominentes de la mujer objeto, las luces estroboscópicas, vienen a exigir a las intérpretes lo mejor de su técnica actoral. Hay pasajes de comedia.
La conversación-debate entre ambas avanza y retrocede como las olas de un mar tempestuoso en una playa de invierno, sin piedad frente a las ideas conservadoras. Según Virginia las mujeres deben cumplir aún, mediante la violencia, los roles que les limita el alma.
¿Estamos frente a un ensayo o un testimonio? Una teoría debe exponer una hipótesis y demostrarla, se preguntaron otras pensadoras cuando irrumpió esta tesis. Su médula postula, entre varias ideas, cómo las chicas hot, de la publicidad o el cine, son una manera de tranquilizar a los hombres, pues el único norte de las féminas es complacerlos.
Las actrices son Despentes ya adulta en esos vestidos, quien mira hacia atrás cuando fue violada a los 17 años por un grupo, tras hacer auto stop en la cartera. De ahí en adelante su tragedia movilizó doctrinas y conjeturas propias para visualizar en la prostitución y la industria del porno, posibilidades feministas de construir terapia, catarsis y acción política contra este tipo de abuso, el más eficaz y demoledor que los hombres pueden infringir a una mujer.
¿Quién podría hacer sentir violada, a una depravada? ¿Una actriz porno y una prostituta pueden cobrar, billete tras billete, a los hombres la bestialidad de la violación? Se preguntan hoy las feministas, respecto al éxito editorial, hoy obra de teatro.
Las mujeres seguirán ganando menos y sintiendo la amenaza constante en cada calle nocturna, mientras Rivadeneira, Zeggers, Von Humel y Oyarzún simpatizan, imaginamos, con las ideas de la francesa. Para ella, la prostitución independiente sería tan legítima como el rol de esposa y la censura a la pornocultura hipócrita, pues es otra industria para doblegar la dignidad femenina ¿Y si la pornografía, bestia irracional, responde a un placer primate y no sólo es violencia masculina?
¿Pero, de verdad la teoría King Kong de Despentes revolucionó el pensamiento feminista? Toda vanguardia, se convierte en retaguardia. Pasaron casi 20 años y las pensadoras actuales no quieren elegir entre dos opciones malas, desean todas la buenas. Sugerir a la prostitución como un camino de choque contra el machismo sería extender al proxeneta dentro de la mujer, aseguran.
La historia nunca se repite, pero sí rima. Hace 100 años también tuvimos unos “Locos años 20” e irrumpieron los derechos electorales, morales y sexuales de las mujeres, mientras la sociedad construida por hombres fue conmocionada, con el pensamiento riguroso de las académicas, la femme fatale fumando al volante de un auto, viviendo el alcohol y el charlestón.
Un siglo después, en un gobierno feminista, un subsecretario hizo caer todo su imperio genital sobre la subalterna deseada y al Ejecutivo le interesó por 3 días, apuntalar la versión del poderoso. Aún el sistema de partidos es más importante que el feminismo, el cual debería entenderse, entre mil ideas posibles, como “solidaridad entre mujeres”.
¿Se hace cargo Despentes del fenómeno de las nuevas generaciones feministas de izquierdas, que no desean acostarse con los viejos caciques partidistas?
“Una mujer llena de vicios” es para en estos nuevos locos años 20, donde se enfrenta al capitalismo desde la obsesión sexual, las minorías, el asalto político a la gramática y la provocación de las fronteras, mientras el capital se burla desde las redes sociales tierraplanistas, pues su triunfo sobre el trabajo ha sido absoluto.