Conceptos tales como la cooperación y la red de colaboración adquieren relevancia para construir relaciones y redes de confianza entre los diversos actores públicos y privados. El propósito principal de esta iniciativa es fortalecer una oferta de programas y productos turísticos.
Como ya lo dije en el artículo “Todo Chile es un Torres del Paine”, la región de Atacama también puede acercarse a esa Marca. El turismo es un capital cultural y sus indicadores pueden entregar una mejor oportunidad para que la gestión del destino atraiga a una mayor cantidad de viajeros y por ende permita que se genere un mayor gasto. Y no solo esto, una política regional de turismo otorga identidad territorial, repoblamiento de zonas rurales y circuitos virtuosos entre empresarios, organismos públicos y privados, además de las comunidades locales.
El patrimonio natural y cultural en la región puede comenzar a describirse desde la costa, que históricamente ha sido ocupada por los changos, rica en pescados y mariscos pero que además cuenta según SERNATUR regional, con el milagro natural de los valles de un desierto que florece, costas que albergan a los cetáceos más grandes del planeta y montañas ricas en patrimonio natural y el cultural, proveniente de los poblamientos prehispánicos y actuales. Un destino polifacético.
Personalmente he podido disfrutar del circuito playero de Bahía Inglesa, pudiendo degustar apetitosos ostiones de un criadero, una exquisita parrillada de mariscos y pescados en la ciudad de Caldera y también pude deleitarme con el salvajismo de Playa La Virgen con sus imperdibles arenas blancas y aguas turquesas.
Además, el destino Bahía Inglesa-Caldera de la Región de Atacama, adquirió la categoría de ZOIT, es decir una zona de interés turístico, lo que permite fomentar el desarrollo de la actividad turística a través de priorizaciones en la inversión de proyectos con impacto económico y social.
Asimismo, esta declaratoria se realiza en paralelo a la actualización de la ZOIT Salar de Maricunga-Volcán Ojos del Salado. Ambas zonas son reconocidas como territorios con condiciones especiales para la atracción del turismo y forman parte de los 40 territorios nacionales que ya cuentan con la categoría ZOIT en el país, lo cual relata la importancia del destino Atacama en materia de atractivos y patrimonios naturales.
En esta región también nos encontramos entre desierto y costa con el Parque Nacional Pan de Azúcar, un tesoro de la biósfera que sorprende por su belleza escénica y que cada día capta mayores visitantes, no es poco común divisar ballenas y delfines, así como pingüinos de Humboldt, lobos marinos de un pelo, los simpáticos chungungos y una abundante avifauna marina y terrestre. En este aspecto el turismo de observación de flora y fauna tiene gran relevancia desde la costa a la cordillera durante todo el año.
Si comenzamos a avanzar hacia el desierto y la cordillera, nos encontramos con poblaciones de guanacos, zorros y reptiles, además de que con los nuevos deportes aventura la región es un excelente destino para practicar trekking y mountainbike.
Otro clásico de la región son las producciones de aceitunas y aceite de oliva, actividad no menor en términos de producción y cuyos árboles, centenarios alcanzan dimensiones espectaculares. Para aquellos que gustan de los brebajes típicos habría que mencionar al vino Pajarete, que con su dulzor seduce a todos aquellos que lo prueban. Cierran esta triada de denominaciones de origen el pisco que cada día más se incorpora a los destilados más premiados del país, seguido de una interesante producción de vino local.
No puedo dejar de mencionar el rico salchichón de burro que conocí en tiempos de la Universidad del Norte de Antofagasta cuando mi amigo Wilfredo Araya nos llevaba desde Copiapó. Este producto transformado ahora en producto gourmet cuenta con varias fábricas en la ciudad de Copiapó y hoy se puede adquirir en excelentes presentaciones.
En tanto Rosa Román, directora de Corfo Atacama, destaca que gracias a la acción del Programa de Turismo integrado PTI, de turismo agrícola y rural en la Provincia del Huasco, se busca a través de un modelo de gestión territorial y de articulación pública privada, impactar positivamente en los diferentes sectores productivos a los cuales apuntan, siempre recogiendo, a través de sus respectivas Gobernanzas, la visión de los actores locales y priorizando sus necesidades, lo que enriquece la oferta turística desde la participación identitaria.
Por esto mismo, conceptos tales como la cooperación y la red de colaboración adquieren relevancia para construir relaciones y redes de confianza entre los diversos actores públicos y privados a través de su gobernanza. El propósito principal de esta iniciativa es fortalecer una oferta de programas y productos turísticos sostenibles, que contribuyan al aumento del flujo de turistas y posicionamiento del destino turístico Valle del Huasco en el mercado regional, macro zonal y nacional, a través del trabajo colaborativo de las empresas e instituciones integrantes de la cadena de valor del turismo agrícola y rural del valle, o sea un circulo virtuoso.
Otros antecedentes valiosos los brinda el subdirector de CORFO Atacama, Pedro Maturana en relación con el programa de turismo rural del valle del Huasco, sus capitales culturales naturales y patrimoniales, como es la presencia de quince cumbres de más de seis mil metros de altura sobre el nivel del mar, las que constituyen la llamada Ruta de los seismiles, coronada por aventuras como hacia Ojos del Salado, el volcán activo más alto del mundo o el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, que conserva las muestras de ecosistemas altoandinos más australes de Sudamérica y que permite realizar un turismo de montaña al alcance no solo de expertos.
Las comunidades indígenas Colla, dice Maturana, no están ausentes en la gestión turística, quienes en conjunto con empresas mineras con cierto grado de responsabilidad social realizan acciones conjuntas con esta etnia de la región para integrarse al PTI o Programa Territorial Integrado como es el de Turismo de Montaña, Aventura y Naturaleza en Ruta de los Seis miles y Ojos del Salado.
Después de la minería qué hacemos, es la pregunta que pareciera realizar la política regional de turismo 2016-2025, la que hace hincapié en que la Identidad, Marca y Promoción deben continuar su trabajo para el posicionamiento en los diferentes mercados meta, tanto nacionales como internacionales. Para ello, el componente de identidad de marca y promoción integra iniciativas que permiten fortalecer las acciones de marketing, información, de evaluación y seguimiento de los resultados, de manera permanente hasta el próximo año.
En este sentido, destacan los expertos de la región el imperativo de integración de una mirada que empuje el accionar en lo digital y un incentivo de aprovechamiento de las soluciones y herramientas tecnológicas como también de incentivar la comercialización y promoción online hacia los mercados de interés.
El componente comprende también una mirada de integración intrarregional. Con la necesidad de fortalecer el intercambio de información, mayor creación de redes a escala de las comunas y destinos, para poder dinamizar la información y promoción turística a nivel de cada territorio.
Es una región que reconoce la actividad turística como un factor de desarrollo y creación de oportunidades económicas, como también para la protección y rescate de su patrimonio natural y cultural.
Cada región del país se arroga tener las mejores playas, las mejores cumbres, las mejores dunas, la mejor gastronomía, la mejor hospitabilidad, lo que habla muy bien del país, ya que tenemos una oferta turística amplia, variada, con turismo sostenible y respetuoso.
Pero este destino en particular, sin ser un destino catalogado como único dentro de la clasificación de la Organización Mundial de Turismo y por Sernatur, presenta atractivos que producto de sus capitales turísticos, su Gobernanza pública y privada, una política regional de turismo atractiva, atrae cada vez a más visitantes extranjeros que quieren salir del clásico circuito San Pedro de Atacama, Rapanui y Torres del Paine, para indagar en cerros llenos de petroglifos de los habitantes precolombinos diaguitas, collas y changos, en sus costas pobladas de deliciosos pescados y mariscos, de aguas templadas y diáfanas esta oferta distinta.
Las estadísticas de Sernatur muestran que la mayor cantidad de visitantes provienen de la propia región y eso se valora cuando estos mismos visitantes internos recomiendan por ejemplo el milagro del desierto florido que por su cercanía les permite ser los primeros en estar en dichos parajes, lo que no impide que miles de visitantes extranjeros relacionados al turismo de observación de flora y fauna arriben con antelación a disfrutar de esta maravilla en el corazón de la región de Atacama.