Los nuevos artistas visuales nos hemos reinventado para poder mostrar nuestro quehacer. Cuando muchas veces las oportunidades de exponer en lugares tradicionales escasean nos forja a ser creativos también en la manera de gestionar el circuito de exhibición.
Durante estos últimos meses he podido observar y sumergirme en un recorrido interesante por Santiago, conociendo personas y nuevos espacios de desarrollo artístico. Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la gran necesidad de generar nuevos lugares de exposición para artistas emergentes.
Poder exponer en una galería A1 resulta complejo en los nuevos tiempos, y muchas veces los creadores emergentes bordeamos los 40 años promedio, adicional a ello se necesita generar más espacios que nos brinde el deleite de ver obras de arte para poder democratizar el acceso a la cultura.
El escenario actual del arte visual chileno es acotado en cuanto al acceso que los artistas nuevos pueden tener para optar exhibir en espacios relativamente reconocidos y más.
Esto me recuerda en su acción la creación del salón de los rechazados en 1874 por parte del grupo Impresionistas en París, terminan planeando una exposición en la casa del fotógrafo Nadar, en el Bulevar de Capucines. Esta acción luego se repetirá en innumerables situaciones con el accionar del nuevo arte de las vanguardias.
Siempre existe la necesidad de realizar este mismo plan en la actualidad, generar lugares alternativos de exhibición para dar paso en las nuevas muestras de arte visual.
En Santiago pude conocer la Galería Solar, que se encuentra en las torres de tajamar Providencia. Me encantó el espacio y la instancia donde se reúnen diversos tipos de artistas y perfiles que es bastante “underground”.
Por otro lado, si bien la factoría Franklin “Espacio en tránsito” es un lugar consolidado de exhibición, dio puntapié inicial para forjar nuevos sitios emergentes. Últimamente ha cobrado bastante fuerza dentro de los pares y colegas democratizar los espacios de exhibición para integrar distintos barrios de la capital, no solo en el centro o la zona oriente, de este modo el arte intenta integrar los distintos sectores de la capital y generar movilización de los habitantes para visitar otras comunas.
Otro lugar interesante es el departamento Jota, que está ubicado en el barrio Lastarria, como también Marchant Pereíra “Espacio 550”, exponer en domicilios o en obras gruesas sin recepción ha sido una nueva tónica para los nuevos artistas visuales. Una exhibición que fue bastante interesante fue la propuesta organizada por el artista “Tola” (Cristóbal Navarro) quien convocó una exhibición llamada “Sunset” en Espacio Mañio, Vitacura.
El concepto propuesto es vivir la experiencia de la bohemia unida a la cultura. Algo totalmente novedoso para el formato expositivo que acostumbramos a ver en Chile.
Como Andrea Moreno pintora (así me conocen en el medio del arte visual) y no la académica considero importante como a propósito de los cambios sociales y económicos, los nuevos artistas visuales nos hemos reinventado para poder mostrar nuestro quehacer. Cuando muchas veces las oportunidades de exponer en lugares tradicionales escasean nos forja a ser creativos también en la manera de gestionar el circuito de exhibición.