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“Tamayura” de Yasunari Kawabata: amor y dolor CULTURA|OPINIÓN Crédito: Cedida

“Tamayura” de Yasunari Kawabata: amor y dolor

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Es una obra que merece ser leída por aquellos que buscan una exploración profunda de las emociones humanas a través de una prosa limpia y poética.


“Tamayura” es una obra del conocido autor japonés Yasunari Kawabata. Se trata de un conjunto de diez relatos, algunos de ellos interconectados. Publicada recientemente en español (el pasado año 2024), esta selección destaca por el tono poético y las metáforas para describir las vivencias de los personajes.

Como se indica en la contratapa, los relatos de “Tamayura” están entrelazados de manera sutil, a menudo compartiendo personajes con el mismo nombre o conectándose a través de temas comunes. El amor, y el dolor que este conlleva son los ejes centrales de las narraciones, lo que permite al lector explorar la complejidad de las relaciones humanas en un contexto japonés de post guerra.

Esta obra refleja la maestría de Kawabata en la creación de atmósferas líricas y melancólicas, con mucha descripción de entorno, en particular la flora japonesa, con lo que se logra que cada historia se sienta vívidamente ambientada en un escenario característico de ese país, o al menos de lo que conocemos de él a través del cine.

Algunos de los relatos tienen toques fantásticos, o sobrenaturales. Como por ejemplo, Separación, cuya trama tiene que ver con un probable reencuentro de una ex pareja a propósito del futuro matrimonio de la hija de ambos. Quizá estos tintes mágicos expliquen, en parte, la admiración de Gabriel García Márquez por Kawabata, el gran escritor colombiano escribió mas de un texto en el que hay inter textualidad con obras de Kawabata. El japonés obtuvo el Nobel de literatura en 1968, García Márquez en 1988, cuando el autor nipón ya había fallecido.

Kawabata utiliza un lenguaje poético y evocador, lo que permite que las emociones fluyan con naturalidad a través de sus descripciones del entorno y de algunos objetos. Un buen ejemplo de esto es Tamayura, el relato que le da nombre al libro.

Tamayura es el nombre del sonido que se produce cuando se enlazan dos o tres piedras “magatama” (piedras de jade) en un hilo, y luego se balancean. Naoko, a quien el narrador de ese relato amaba (de forma platónica), acaba de morir, y los más cercanos heredan sus magatamas, y eso desencadena una serie de imágenes y reflexiones del narrador, por ejemplo, la de Naoko haciendo el amor con el collar de magatamas colgando del cuello y haciendo el sonido Tamayura.

El uso de objetos para construir metáforas, lo vemos también en otros textos, por ejemplo en el primero, La luna en el agua, en el que se juega con las evocaciones que genera un espejo, en este caso, uno que Kyoko, la protagonista, utilizó para que su primer esposo, moribundo y postrado, pudiera ver desde su cama el jardín y el entorno de la casa.

En este texto, como en otros, aparece sutilmente la posguerra. De hecho, el primer marido moribundo es dado de baja de su trabajo el día de la rendición, lo que deja dando vueltas la idea de que su enfermedad pueda tener que ver con las secuelas de la bomba atómica.

Su habilidad para capturar momentos efímeros y la belleza en lo cotidiano se manifiesta en cada relato, haciendo que el lector se sumerja en un mundo donde a veces el tiempo parece detenerse para permitirnos observar cada detalle del entorno. La prosa es rica en imágenes sensoriales, lo que proporciona una experiencia inmersiva.

“Tamayura”, más allá del entorno marcadamente japonés, aborda temas universales como el amor, la soledad y la búsqueda de significado. La obra se suma al legado del autor, quien como se ha dicho, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1968, siendo el primer japonés en recibir este honor.

En relación con la soledad, que surge en varios de los textos, no podemos dejar de pensar en la historia del autor. Kawabata nació en Osaka, en 1899. A los cuatro años quedó huérfano, y fue enviado a vivir con sus abuelos paternos. Su hermana mayor fue adoptada por una tía y la volvería a ver tan solo una vez más, cuando la niña tenía diez años, y al año siguiente esa hermana murió.

La abuela de Kawabata murió en 1906 y su abuelo en 1914, cuando Yasunari contaba con aproximadamente quince años. Tras la muerte de sus abuelos paternos, Kawabata se fue a vivir con sus abuelos maternos. Sin embargo, en enero de 1916 se trasladó a una pensión, cerca de una escuela en la que se graduó en 1917.

“Tamayura” es una obra que merece ser leída por aquellos que buscan una exploración profunda de las emociones humanas a través de una prosa limpia y poética. Es un testimonio del talento de Yasunari Kawabata y su capacidad para narrar historias, y para que algunas de ellas queden resonando después de haber sido leídas.

La traducción de Tana Oshima debe tener buena parte del mérito de todo lo descrito en los párrafos precedentes. Aún cuando tiene algo que a mi juicio es un defecto: la profusión de pies de página se vuelve tediosa, su uso es excesivo e interrumpe la lectura.

A modo de ejemplo, si las magatamas son piedras de jade, ¿por qué simplemente no poner piedras de jade?, en lugar de una nota al pie de la palabra magatama. En otros casos, la palabra está ya traducida en el texto, pero en la nota al pie se indica el nombre en japonés. A modo de ejemplo, si ya leímos que en un dibujo: “Todo el fondo está cubierto de tinta aguada” , ¿es necesario que una nota al pie indique que a eso se le conoce como usuzumi?

Como los ejemplos anteriores hay muchos dentro de las más de sesenta notas al pie del libro, a mi juicio varias de ellas se podrían ahorrar, dándole así más fluidez a la lectura. Si bien Oshima en el prólogo fundamenta la abundancia de estas notas, y pide disculpas por ellas, luego de leer el libro quedo con la convicción de que pudieron ser muchas menos.

Independiente de lo anterior, una traducción literariamente muy adecuada, que logra transmitir la belleza de los textos, y una lectura recomendable para quienes quieran conocer una muestra de la obra de Yasunari Kawabata.

Ficha técnica:

“Tamayura”
Yasunari Kawabata.
Seix Barral. 2024
190 páginas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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