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“A la sombra del sol” de Silvio Caiozzi y Pablo Perelman: una obra de arte en todas sus extensiones CULTURA|OPINIÓN

“A la sombra del sol” de Silvio Caiozzi y Pablo Perelman: una obra de arte en todas sus extensiones

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La cinta se mostrará este martes 11 de febrero, a las 19:00 horas, en el Centro Cultural La Moneda.


La poesía de este título no es gratuita ni hipérbole.

Con justeza señala lo que el espectador está a punto de ver: una obra de arte en todas sus extensiones.

En resumen: la representación de un drama ocurrido decenas de años antes de su filmación y en un pueblo real de un paisaje real con gente de verdad.

El pueblo se llama Caspana y está en pleno desierto de Atacama.

Construido y habitado durante siglos antes de la filmación. Piedra sobre piedra. Barrido por el viento. Bañado por el sol y la noche. Cruzado por calles estrechas, tocado por techos bajos, oreado por ventanas y puertas mínimas. Una medina de bolsillo en el norte chileno.

El cultivo agrícola reverdece robándole surcos a la tierra para guiar el agua, para aprovecharla y cuidarla. Cada gota promete servir y amenaza no alcanzar.

Animales nativos y otros introducidos son alegrías, trabajo, riqueza, abrigo y comida.

Los rostros de sus habitantes vienen todos de mucho antes. Algunos de piedra y otros de greda, de tierra, de luz.

Lo que más brilla en la imagen es el sol y los ojos negros de actores-pobladores.

Y lo que más oscurece es la llegada de dos sujetos venidos de una “civilización” más avanzada y más culta: Calama.

Ellos traen la sombra y hunden a Caspana en la oscuridad.

En 1973, en diciembre, en esas tierras impertérritas, en ese desierto casi desconocido y apenas poblado, Perelman y Caiozzi, dos cineastas del futuro de Chile, dirigieron al alimón su primera película en este centro de desierto y oasis verde del tiempo. Pepe de la Vega, también productor de futuro en aquellos años, hizo posible la conjunción del puzle.

El resultado: una obra de arte que los años agrandan y ennoblecen.

¡Hay tanto de todo en esta producción! Su historia, su anécdota y su drama.

¡Hay tanta belleza y dolor!

¡Tanta alegría y terror!

¡Tanto de nuestra vida y valores!

Todos deberíamos verla, hablarla, amarla y odiarla, tenerla presente y sentirla como un algo propio, como una historia de nuestras propias vidas. Porque verla es vivir una aventura y conocer su historia es una vivencia nueva.

No se la pierda.

No perdamos la posibilidad de tenerla como un nuevo Patrimonio Cultural de Chile. Es una idea que queda planteada.

Que cada día del Patrimonio se exhiba en todo el país.

Allí estarán para la Historia los artistas y realizadores ya nombrados más Luis Alarcón, Alejandro Cohen, Teresa Ramos, Marcelo Gaete, Waldo Rojas, los habitantes de Caspana y muchos otros.

Y estarán también los que desaparecieron justo un año después, al día siguiente del estreno de “A la sombra del sol” en el Cine Las Condes: Carmen Bueno, actriz y continuista y Jorge Müller, camarógrafo.

Ellos son el drama del drama. La muerte que esperaba agazapada a quienes se atrevían a desafiar con luz la muerte que campeaba en Chile.

“A la sombra del sol”. Una poesía, una obra de arte y una premonición.

Como Chile.

🎬 “A la sombra del sol” (Silvio Caiozzi y Pablo Perelman, 1974)
📆 11 de febrero | 19:00 horas.
Centro Cultural La Moneda, Sala de cine | Nivel -2

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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