“Cónclave”: el juego de poder en el Vaticano
Después de su exitoso paso por los Oscars, donde ganó el galardón a Mejor Película Internacional y otros tres premios por su remake de “Sin novedad en el frente”, Edward Berger regresa a la temporada de premios con su nueva película “Cónclave”, un thriller político ambientado en el Vaticano.
Basada en la novela de Robert Harris, esta película sigue la inesperada muerte del Papa, lo que desata una lucha de poder en el interior de la iglesia católica. El cardenal Lawrence (interpretado por Ralph Fiennes) es designado para liderar el cónclave, el antiguo ritual donde se elige a un nuevo Papa. Sin embargo, Lawrence se ve atrapado en una difícil decisión que develará los secretos ocultos entre las paredes del Vaticano.
“Cónclave” es un thriller ambicioso, lleno de suspenso e intriga. La película se desarrolla con un ritmo que atrapa al espectador, moviéndose como un juego de ajedrez donde las piezas se colocan de manera sorpresiva. Con una tensión constante, profundas reflexiones morales y una ejecución técnica impecable, la cinta se consolida como una de las grandes apuestas de la temporada de premios.
Además, con “Cónclave”, el alemán Edward Berger reafirma su lugar como uno de los cineastas más interesantes del Hollywood contemporáneo, un talento al que hay que seguir de cerca.
La película expone la corrupción que se esconde dentro de la Santa Sede centrándose en el complejo y político proceso de selección del siguiente Papa.
Este proceso, tan crucial, está teñido de ambición de poder, boicots, conspiraciones, manipulación y corrupción, todo lo cual agita una trama llena de engaños, especulaciones y contiendas internas.
Resulta curioso que una película política centrada en el Vaticano tenga tintes melodramáticos, dando la sensación de ser casi un reality show dentro de los muros del Palacio Sagrado.
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A lo largo de su historia, el Vaticano ha sido escenario de escándalos de gran magnitud, como el encubrimiento de miles de casos de pederastia, el apoyo a dictaduras fascistas, la persecución política, el lavado de dinero, el chantaje a sacerdotes homosexuales, fraudes millonarios, entre otros.
Sin embargo, esta película no aborda estos escándalos mediáticos que tanto han golpeado a la Iglesia, sino que ofrece una interpretación sobre una elección papal y las malas prácticas que conlleva. El proceso es muy similar al de una elección política presidencial: lo primordial es desprestigiar a la competencia.
Ha habido diversas películas que han tocado la temática papal y el Vaticano. Las más conocidas son “La agonía y el éxtasis” (1965), dirigida por Carol Reed, que narra la historia de Miguel Ángel y la creación de la Capilla Sixtina; “Las sandalias del pescador” de Michael Anderson (1968), un drama que sigue a un hombre que es elegido Papa y sus desafíos en el mundo moderno; “Los dos papas” (2017) de Fernando Meirelles, que explora la relación entre el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco y “Habemus Papam” (2011) de Nanni Moretti.
Esta última es la que tiene mayores semejanzas a Cónclave pues además de tratarse de una elección papal, en ambas películas el elegido papa se siente abrumado por la responsabilidad y duda de querer aceptar el cargo.
La diferencia radica en el enfoque: mientras “Habemus Papam” toma un tono de comedia negra, “Cónclave” se adentra en el thriller político.
Uno de los puntos fuertes de “Cónclave” es la sobresaliente interpretación de Ralph Fiennes, quien ha conseguido una nominación al Oscar. Su principal competidor por la estatuilla parece ser Adrien Brody, quien brilla en “The Brutalist”, y es probable que termine llevándose el premio.
La actuación de Fiennes es, sin lugar a dudas, la mejor de su carrera en años. Su mirada penetrante, sus gritos desesperados para calmar las turbulentas aguas del Vaticano y su intento de mediar una situación política convulsa, marcada por un plan maquiavélico, muestran a un hombre atrapado en una crisis de fe y consciente de la enorme responsabilidad que lleva sobre sus hombros. Fiennes se roba con maestría la pantalla en cada escena.
Las demás actuaciones no se quedan atrás. Cada uno de los personajes refleja la intensa lucha ideológica que se libra dentro de la Iglesia, entre una corriente más liberal y consciente, y otra más conservadora, que amenaza con retroceder años de progreso, adoptando posturas retrógradas como la prohibición de la homosexualidad.
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La dirección de fotografía es una auténtica maravilla. El trabajo de Stéphane Fontaine, quien ya ha colaborado en películas como “Jackie”, “Capitán Fantástico” y varias de Jacques Audiard (“El profeta”, “De huesos y óxido” y “De latir, mi corazón se ha parado”), es formidable.
Los planos cenitales son impresionantes y muy bien logrados, y el uso de primeros planos en los rostros de los personajes revela, con gran detalle, la desesperación y tensión que sienten los cardenales. Además, el constante uso de los colores rojo y blanco, que contrastan la pureza con la expiación de los pecados, le otorgan un simbolismo visual muy potente. Es una injusticia que la película no haya obtenido una nominación en los Oscars en esta categoría.
El diseño de producción también es otro aspecto brillante de la cinta, especialmente la recreación de la Capilla Sixtina. Aunque no se filmó en el lugar original por razones obvias, la reproducción arquitectónica de las paredes y el entorno logran un realismo tan absorbente que uno se siente transportado a un espacio sagrado
“Cónclave” ha sido una de las grandes sorpresas de la temporada, con 8 nominaciones al Oscar, incluida Mejor Película. En los Globos de Oro consiguió 6 nominaciones, ganando únicamente en la categoría de Mejor Guion, gracias a una excelente adaptación escrita por el guionista británico Peter Straughan, conocido por su trabajo en “Frank”, “American Animals” y “El espía”.
En los BAFTA, sin embargo, ha logrado un impresionante número de nominaciones, 12 en total, superando incluso a la polémica “Emilia Pérez”. Es en estos premios donde, por su origen británico, podría tener más posibilidades obtener varios galardones.
Este thriller de Berger es una película impecablemente realizada desde el punto de vista técnico y narrativo. El guion avanza vertiginosamente, cargado de diálogos incisivos que ilustran la complejidad de la situación y revelan lo paradójico de las voces morales dentro de la Iglesia católica.
“Cónclave” es una obra fascinante que se construye sobre la intriga y se sostiene por una puesta en escena imponente. Definitivamente, una de las películas más interesantes de esta temporada. Ya se encuentra disponible en cines.
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