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“Beltenebros” de Antonio Muñoz Molina: la fidelidad y la traición CULTURA|OPINIÓN Crédito: Casa de América

“Beltenebros” de Antonio Muñoz Molina: la fidelidad y la traición

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El libro supera las fronteras de una mera novela negra y se convierte en una profunda reflexión sobre las consecuencias del pasado de la guerra civil española. Así se constituye en un agudo examen del ser humano frente a los infortunios del siglo XX.


“Beltenebros”, novela negra del autor español Antonio Muñoz Molina, fue publicada en 1989, hace ya tres décadas y media. Beltenebros estructura como una compleja intriga de corte criminal que visita especialmente los ámbitos de la fidelidad y la traición a las convicciones. Sin embargo, también el amor forma parte relevante del paisaje novelístico, donde realidad y ficción se confunden y hasta se amalgaman.

El protagonista es Darman, un excapitán del ejército republicano español que ha vivido muchos años en el exilio durante la dictadura franquista. A Darman, hombre solitario y enigmático, atormentado por sus recuerdos de tiempos terribles, lo convoca por una organización clandestina -sombra de otras épocas- para ajusticiar a un supuesto traidor en Madrid. En el camino, su misión se va convirtiendo en un viaje introspectivo que exhibe las profundidades de sus propios sentimientos y recuerdos.

“Beltenebros” gira en torno a la traición manifestada en el contexto político y trasladada a las relaciones personales. En el mundo de Darman, las lealtades son inciertas y los personajes son una abigarrada mezcla entre héroes y villanos, incluyendo al propio protagonista. Esta condición se refleja en la complejidad psicológica de los personajes, quienes son víctimas de sus propias pasiones y deseos.

El narrador recurre al simbolismo de los espejos para explorar la identidad y la percepción de los personajes. A medida que Darman va siguiendo los pasos de su víctima, encuentra figuras del pasado que lo confrontan con su propia historia y decisiones de vida. Este juego de espejos crea una atmósfera de confusión y desorientación, donde el lector es llevado a cuestionar la naturaleza de la realidad que se le describe.

Así, Muñoz Molina construye una atmósfera opresiva que refleja el estado emocional de los personajes. Madrid se nos exhibe como un oscuro laberinto, donde cada calle quiere devorar al justiciero Darman, aumentando su angustia y su sensación de no pertenencia.

La obra está estructurada en capítulos que alternan la acción y los recuerdos de Darman, creando un ritmo narrativo que mantiene al lector en atento suspenso. La prosa es rica en descripciones detalladas que sumergen al lector en una atmósfera sombría, cargada de tensión emocional.

“Beltenebros” supera las fronteras de una mera novela negra y se convierte en una profunda reflexión sobre las consecuencias del pasado de la guerra civil española, así como aborda las complejidades del amor y la traición. Así se constituye en un agudo examen del ser humano frente a los infortunios del siglo XX. La habilidad narrativa de Antonio Muñoz Molina para entretejer estos temas con una prosa envolvente hace de esta obra un referente importante en la literatura contemporánea española.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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