Es esencial que continuemos apoyando políticas y proyectos que impulsen la investigación, la innovación y la educación científica. La colaboración entre el gobierno, las instituciones académicas, el sector privado y la sociedad civil es vital para mantener y acelerar este impulso.
Este 6 de octubre se celebra del Día Nacional de las Ciencias, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación. Es una oportunidad para reconocer y valorar los avances significativos que Chile ha logrado en estos campos fundamentales para el desarrollo sostenible y apuntar así a una sociedad basada en el conocimiento.
Uno de los logros recientes más notables es la aprobación de la norma que facilita la transferencia de conocimiento desde las universidades al sector productivo. Esta iniciativa legislativa, respaldada por el Senado, busca derribar las barreras que tradicionalmente han limitado la colaboración entre la academia y la industria. Promueve una mayor interacción y cooperación, que busca impulsar la innovación, fomentar el emprendimiento basado en ciencia y tecnología, y, en última instancia, fortalecer la economía nacional.
En línea con este progreso, el Ministerio de Ciencia, ha presentado un nuevo fondo de investigación para universidades. Un paso crucial hacia la meta de destinar el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) a actividades de Investigación y Desarrollo (I+D). Alcanzar este porcentaje nos alinearía con países líderes en innovación y permitiría financiar proyectos de alto impacto que aborden desafíos nacionales y globales, desde el cambio climático hasta la salud pública.
La equidad de género en ciencia y tecnología también ha sido una prioridad. El Ministerio ha concluido el proceso de actualización de la Política Nacional de Género, reflejando un compromiso renovado con la inclusión y la diversidad. Esta política busca garantizar que mujeres y hombres tengan igual acceso y oportunidades en todos los niveles de investigación e innovación. Al fomentar la participación de más mujeres en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), enriquecemos el tejido científico con diversas perspectivas y promovemos un entorno más justo y creativo.
Otro motivo de orgullo es la elección de Chile para albergar el primer observatorio de rayos gamma del hemisferio sur, lo que lo posiciona en la cúspide de la astronomía mundial y reafirma nuestra reputación como una de las mejores ubicaciones para la observación astronómica. El observatorio no solo atraerá a científicos internacionales y estimulará el turismo científico, sino que también inspirará a las nuevas generaciones a mirar hacia las estrellas y considerar carreras en ciencia y tecnología.
Estos avances no son aislados; forman parte de una visión integral para construir un Chile más innovador, competitivo y sostenible. Sin embargo, el camino no termina aquí. Es esencial que continuemos apoyando políticas y proyectos que impulsen la investigación, la innovación y la educación científica. La colaboración entre el gobierno, las instituciones académicas, el sector privado y la sociedad civil es vital para mantener y acelerar este impulso.