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¡Buenas tardes, habitantes de este Universo Paralelo! Esta edición es bastante variopinta.
Tenemos sociología, biología y matemáticas. Aunque, de algún modo, está cargada hacia el tema de las fake news, cuestión que, según el Dr. Esteban Calvo, tiene un contrapunto igualmente peligroso que la complementa: el dogmatismo científico.
Luego hablaremos del color de las flores. Las abejas, sensibles a otra región del espectro lumínico, las ven muy distintas a como las observamos nosotros. La evolución conjunta entre plantas y polinizadores ha construido un universo visual que ellas pueden disfrutar, y nosotros no. Es así como el colorido paisaje que aprecian las abejas no es una fake news, es uno de los más bellos ejemplos de la teoría de Darwin en acción.
Después, sigue nuestro cuestionario. Las mismas cuatro preguntas que ya han contestado 21 reconocidos científicos. En esta oportunidad tenemos al matemático, Dr. Jan Kiwi, profesor de la Universidad Católica.
Acto seguido, tenemos dos breves. En una hablaremos un poco más del área de trabajo del Dr. Kiwi, en particular de fractales y los enigmáticos conjuntos de Mandelbrot.
Espero que disfruten de esta edición de nuestro Universo Paralelo. No hay mejor arma en contra de las fake news que la buena ciencia. Es una excelente razón para impulsarla en los medios. Por eso, por favor, compartan este newsletter. Y si les llegó de alguien, ¡inscríbanse ya!
Las fake news –o noticias falsas– se han convertido en un grave problema en la era digital, afectando desde la salud pública hasta las elecciones políticas. Ejemplos recientes incluyen la desinformación sobre vacunas y teorías conspirativas acerca de las redes 5G. Estas noticias manipulan datos para crear narrativas que parecen creíbles, aunque carecen de base científica.
Un ejemplo interesante que invita a reflexionar sobre la interpretación de la evidencia es una sátira publicada en el British Medical Journal, titulada “Uso del paracaídas para prevenir la muerte y los traumatismos graves relacionados con el desafío gravitacional: revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios”. El trabajo critica la obsesión por los estudios científicos rigurosos en situaciones donde el sentido común debería prevalecer.
Los autores no solo critican al dogmatismo científico, sino que también subrayan los peligros de descontextualizar la evidencia. Aquí es donde se conecta con las fake news: ambos fenómenos pueden distorsionar la realidad, ya sea exigiendo un rigor científico innecesario en situaciones obvias o presentando información sin sustento como si fuera una verdad absoluta.
La crisis de las fake news destaca la importancia de una alfabetización científica más robusta y de un pensamiento crítico bien desarrollado. Es fundamental que el público comprenda cómo se genera la evidencia y que sepa cuestionar tanto los titulares sensacionalistas como los estudios científicos que parecen demasiado buenos (o malos) para ser ciertos. No se trata solo de reconocer las noticias falsas, sino también de entender que el dogmatismo en la ciencia puede llevar a resultados igualmente peligrosos si se aplica sin discernimiento.
Al final, tanto en la ciencia como en las noticias, la clave está en no aceptar todo a ciegas, sino en aplicar un pensamiento crítico que nos ayude a distinguir lo que tiene fundamento de lo que no.
A veces, lo que percibimos a nuestro alrededor no es lo que parece. Hay colores, olores y sonidos que captamos, pero que, en realidad, pueden ser muy diferentes de lo que creemos.
Un ejemplo de esto es el color de las flores. Aunque las veamos amarillas, rosas, blancas o violetas, y nos resulten cautivadoras, esos colores no están ahí para nuestro deleite y pueden ser muy diferentes a como nuestros ojos los distinguen. En realidad, están ahí para atraer a los insectos polinizadores, como las abejas, que son indispensables para su reproducción.
Para asegurar que el encuentro entre flores y abejas ocurra, las flores poseen diversas estrategias que orientan a sus polinizadores hacia el polen, las células fecundantes masculinas, cuya unión con el gameto femenino da lugar a la formación del fruto y de las semillas.
Los seres humanos podemos ver y comprender nuestro entorno porque la luz que impacta en los objetos es parcialmente absorbida por ellos, siendo la porción de luz que rebota la que penetra nuestros ojos. Esta luz es captada por millones de células fotosensibles, conocidas como conos y bastones, que se encuentran en la retina, las cuales envían señales al cerebro, donde se interpretan y se convierten en imágenes.
Nosotros basamos nuestra visión en el rojo, azul y verde, a diferencia de las abejas, que poseen células receptoras que les permiten ver longitudes de onda más pequeñas: el azul, el verde y el ultravioleta, este último totalmente invisible para nosotros. Por esta razón, humanos y abejas, vemos las flores de colores y patrones completamente distintos. Las plantas dedican buenos esfuerzos en colorear las flores especialmente para los insectos.
Utilizando la tecnología, como en la imagen que acompaña a este texto, podemos escabullirnos en el universo de las abejas, disfrutar de esos extraños paisajes que no fueron diseñados para nosotros.
Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a un científico. En esta edición, entrevistamos al doctor en Matemáticas Jan Kiwi.
-¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?
-Desde pequeño me atrajo el mundo de las matemáticas. Me gustaba resolver problemas de geometría y de álgebra en el colegio. En mi familia hay varios científicos, así que fue natural canalizar mi gusto por las matemáticas a través de una carrera en esta ciencia.
-¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?
-En general, lo que más ha influido en mi actividad es la teoría moderna de sistemas dinámicos. Teoría que está asociada a ideas popularizadas bajo los nombres de «caos y fractales». En particular, mi foco ha estado en sistemas dinámicos en el plano complejo. Es decir, en el estudio de conjuntos de Julia y conjuntos relacionados con el conjunto de Mandelbrot. Los trabajos de Douady y Hubbard (Notas de Orsay), acerca de la familia cuadrática compleja, y de Milnor y Thurston, acerca de la familia cuadrática real, han sido una fuente inagotable de inspiración. Estos trabajos develan una delicada y fascinante organización en el mundo de estos sistemas dinámicos.
–¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?
-Existen muchas preguntas y/o problemas famosos, sin resolver, que son importantes porque sus soluciones marcarían un hito en nuestra comprensión de las matemáticas: Hipótesis de Riemann, Conjetura de Goldbach, P=NP, Navier-Stokes, etc. Sin embargo, en mi área, sin duda el problema más relevante es probar que el conjunto de Mandelbrot tiene una propiedad llamada «conexidad local». Lo relevante es que establecer dicha propiedad equivale a obtener una descripción completa del conjunto de Mandelbrot. El conjunto de Mandelbrot es el «catálogo» de las dinámicas de la familia cuadrática compleja. Una descripción de dicho conjunto equivale a obtener una clasificación completa para las dinámicas de aplicaciones cuadráticas complejas.
-¿Cuál es la pregunta que te desvela como científico y cómo la enfrentas?
-Tengo muchas preguntas en las que me gusta pensar. En general, no pienso directamente en las grandes preguntas del área, sino en preguntas en las cuales creo que se puede progresar. De esa forma busco contribuir al esfuerzo colectivo de avanzar en nuestro conocimiento y, eventualmente, a la resolución de los problemas más importantes. El tipo de preguntas que recientemente me desvelan tienen que ver con cómo está organizado el mundo de todos los sistemas dinámicos de un cierto tipo (por ejemplo, sistemas dados por polinomios de grado 3, o 4, …). En la respuesta anterior me referí a cómo la conjetura de conexidad local del conjunto de Mandelbrot explicaría lo que ocurre para polinomios cuadráticos. La situación para polinomios cúbicos es bastante más misteriosa y ni siquiera tenemos una buena conjetura. Me desvela cuál sería su formulación.
La belleza en los patrones geométricos del microbosque. Esta macrofotografía es un stacking (apilado) de 30 fotos del himenóforo interno de un hongo, es decir, de la estructura que se encuentra bajo el sombrero.
– Nuestro entrevistado de hoy, Jan Kiwi, mencionó varias veces los conjuntos de Mandelbrot. Su pasión por este objeto matemático es tal, que nos parece pertinente decir algo de ellos.
El conjunto de Mandelbrot es una colección de puntos sobre el plano. Dado cualquier punto, es posible determinar si está o no en el conjunto a través de una serie de operaciones matemáticas extraordinariamente simples, que aquellos con más inclinaciones matemáticas pueden revisar aquí. Los puntos negros de la imagen que acompaña a este texto son los miembros de este conjunto.
La simpleza de las matemáticas que lo generan contrasta con lo intrincado de sus formas. Es lo que se denomina un fractal, esto es, una estructura que se asemeja a sí misma a toda escala. La palabra fractal, de hecho, fue acuñada por el mismo Benoît Mandelbrot.
A diferencia de la coliflor, que si la exploras a escalas más y más pequeñas perderá su autosemejanza, las estructuras fractales continuarán siempre. Puedes hacer zoom a un conjunto de Mandelbrot, en un simulador online, aquí.
Simpleza, complejidad y belleza. Una mezcla perfecta.
– Hace más de 12 años se publicó una investigación pionera sobre fake news, liderada por investigadores chilenos. El estudio, titulado «Information Credibility on Twitter» (2011), fue realizado por Carlos Castillo, Marcelo Mendoza y Bárbara Poblete.
Este trabajo, que analizó formalmente el problema de la propagación de rumores en redes sociales, utilizó como caso de estudio el terremoto de 2010 en Chile. Los resultados demostraron que, aunque es común encontrar información falsa en redes como Twitter (hoy X), esta se intensifica durante situaciones de crisis. Hallazgo no menor si consideramos que en Chile al menos una vez al año se enfrenta una crisis producto de un sismo, un incendio o una erupción volcánica.
El fenómeno de los rumores que estudiaron Castillo y equipo no es nuevo. Escuchar un rumor en el colegio sobre un compañero o un profesor no era algo inusual. De hecho, la propagación de mentiras ha formado parte de las relaciones humanas desde tiempos históricos. Según una línea temporal de la Universidad de Newcastle sobre fake news, ya desde el año 1400 se registran casos de propagación de noticias falsas. Sin embargo, a partir de 2010 y en el presente la situación se complica, debido a que en redes sociales e internet abunda la información no verificada ni validada.
¿Cómo abordarlo? Ya lo adelantaba el trabajo de 2011: es fundamental proporcionar herramientas para validar la credibilidad de la información en línea y, por supuesto, fomentar el pensamiento crítico desde temprana edad.
A menudo, la gente me pregunta: “¿Cómo llegaste a interesarte en la geología?”. La verdad es que mi historia es mucho menos romántica y más informal de lo que se podría esperar. Mi inspiración provino de dos personas de historias de vida disímiles, pero conectadas: Charles Darwin y Greg Graffin. Sobre Darwin, hay poco que añadir a los ríos de tinta ya escritos sobre el naturalista, quien fue considerado por sí mismo y otros contemporáneos como geólogo. Hoy me gustaría reconocer al segundo, al músico y geólogo, Dr. Gregory Graffin.
Sin embargo, el disco cuyas letras motivaron mi curiosidad científica y me acercaron a la geología fue Against the grain (1990), donde destaco las letras de “Modern Man” (“Hombre Moderno”) y “Entropy” (“Entropía”).
En la primera, arrojan una crítica descarnada a la especie destructora del medio ambiente, como en sus inicios, pero más sutil: “Hombre moderno, patético ejemplo de la herencia orgánica terrestre”. En la segunda, hacen una descripción general de la segunda ley de la termodinámica:
Ante estas letras, mi curiosidad científica y las ganas de entender los mensajes (a veces, solo me bastaba entender el vocabulario que usaban) fueron los gatillantes que me llevaron a pensar en geología como una opción de vida. Especialmente, al saber que Graffin pudo combinar su vida de músico con la de estudiante de doctorado (inicialmente) y luego como científico.
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Eso es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo. ¡Hasta la próxima semana!
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