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¡Buenas tardes, habitantes de este Universo Paralelo! El domingo pasado, a las 9 de la mañana y 43 minutos, fue el equinoccio de primavera. Es el instante en que oficialmente dejamos el invierno y comenzamos la primavera. Junto con el equinoccio de otoño en marzo, corresponden a los momentos en que el eje de rotación de la Tierra está inclinado en una dirección perpendicular al Sol, de modo que una persona en el Ecuador verá a nuestro astro en lo más alto del cielo a las 12 del día.
Para hablar de este fenómeno tenemos grandes invitadas.
El cuestionario de hoy lo contestará la Dra. Fernanda Pérez, bióloga, doctora en Ecología y Biología Evolutiva y, además, primera mujer decana de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica.
Espero disfruten esta colorida y primaveral edición, y que, como siempre, me ayuden con su difusión. Compartan este Universo Paralelo. Y si les llegó de alguien, ¡inscríbanse ya!
Llega la primavera y con ella uno de los eventos más esperados para los amantes de la naturaleza: el desierto florido.
Florecen llanos, pero también montes y quebradas, donde la floración de anuales se mezcla con cactáceas y arbustos perennes, dando lugar a riquísimos ecosistemas llamados “lomas”.
Un aspecto fascinante sobre la floración del desierto es la variedad de estrategias adaptativas que determinan sus patrones geográficos y temporales. Estas dependen de los mecanismos ecofisiológicos y de las estrategias de vida que han evolucionado en los distintos grupos de plantas.
La última revisión taxonómica de Nolana considera 46 especies endémicas para Chile, todas en el desierto de Atacama, la mayoría con vistosas flores acampanadas en tonos blancos, azulados y lilas, algunas anuales y otras perennes.
En el caso de las plantas anuales, adaptaciones como la carnosidad de sus hojas, pequeños pelos llamados tricomas y los bordes curvados de dichas hojas les confieren ventaja para disminuir la pérdida de agua. Esto, entre otras características, les permite sobrevivir durante su floración en condiciones áridas.
A modo de ejemplo, Nolana elegans crece en el matorral desértico costero, Nolana baccata y Nolana acuminata florecen en los llanos y Nolana paradoxa extiende su distribución por la costa desde Coquimbo hasta la extrema Isla de Chiloé. Todas están estrechamente relacionadas.
Por otra parte, Cistanthe longiscapa o la “pata de guanaco” es la especie que domina la floración en los llanos de Atacama, posee vistosas flores magenta, aunque en algunos casos se describen tonos rojizos, anaranjados, amarillos o rosados. Destacan por su extenso período de floración, al ser de las primeras en emerger y de las últimas en desaparecer.
Una de las cosas buenas que nos deja el paso del fenómeno del Niño es este espectáculo llamado «desierto florido», que pinta de colores con más de 200 especies de flores a uno de los desiertos más áridos del mundo. Pero este espectáculo atrae mucho más que a turistas, ya que favorece la aparición coordinada de una amplia diversidad de animales que usan esta flora de maneras insospechadas.
En la última década, he tenido la fortuna de trabajar estudiando las interacciones ecológicas que se desarrollan en este paisaje. Allí hemos podido observar cómo algunos insectos visitan las flores en busca de refugio.
También, es posible observar cómo ciertos coleópteros y abejas usan algunas flores como sitios de encuentro y cópula. Y, por supuesto, más frecuente aún es observar diferentes grupos taxonómicos de polinizadores, es decir, abejas, moscas, mariposas, coleópteros y picaflores, alimentándose mañana y tarde de las recompensas florales (néctar, polen y aceites) que esta floración les entrega cada tanto.
El desierto florido es tan desconocido en su diversidad de especies como en las interacciones ecológicas que se generan. Un estudio publicado el año 2022 centrado en la especie Cistanthe longiscapa, la más abundante y conspicua del desierto florido, reveló que presenta un amplio espectro de colores diferenciables al ojo humano, pero más ampliamente al de los insectos.
El desierto es un misterio en todas sus dimensiones y su floración en particular es un espectáculo que vale la pena explorar más allá de su dimensión turística. A la fecha, contamos con un catastro de especies vegetales y tenemos probablemente un número subestimado de visitantes florales. Más aún, nada se sabe acerca de todos los servicios ecosistémicos que estos ambientes sostienen.
Cada semana hacemos las mismas cuatro preguntas a un científico. En esta edición, entrevistamos a la Dra. Fernanda Pérez, bióloga, doctora en Ecología y Biología Evolutiva y, además, primera mujer decana de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica.
–¿Qué te motivó a dedicarte a la ciencia?
-La belleza y perfección de la vida, en todas sus dimensiones y complejidad. Tuve la suerte de nacer en Ecuador y tener unos padres de corazón naturalista. Ambos son economistas, pero con una gran sensibilidad por la belleza natural. Así que con ellos conocí la selva ecuatoriana y más tarde los bosques del sur de Chile, lo que me generó una profunda admiración por el mundo natural, a la vez que sepultó cualquier interés incipiente en la economía.
–¿Cuál es la obra científica que más influyó en tu actividad?
-Es muy difícil elegir una única obra, pienso que La variación y evolución en plantas de Stebbins es una obra que me cautivó e inclinó mi decisión de dedicarme a las plantas. Es un libro muy simple, pero bello, de 1950, que conjuga la teoría de Darwin y la variabilidad genética como aspectos claves para entender la evolución de las plantas. Y, por supuesto, no puedo dejar fuera El origen de las especies de Darwin, que cada vez que lo leo y releo me cautiva más y más. La teoría de la evolución fue una idea revolucionaria que transformó los fundamentos de la biología y sentó las bases de la biología moderna y hasta el día de hoy sigue estando vigente.
–¿Cuál es el problema científico más importante por resolver?
-Los problemas científicos por resolver son infinitos. Es imposible identificar el más importante, pero sin duda que, como humanidad, tenemos hoy el desafío de cómo revertir o al menos mitigar nuestro impacto sobre el funcionamiento de los ecosistemas y sobre la pérdida de biodiversidad.
–¿Cuál es la pregunta que te desvela como científica y cómo la enfrentas?
-La pregunta que más me desvela es una de las centrales en la biología: el origen de la vida y la evolución de la cooperación y diversidad. Mi forma de aproximarme es a través del estudio de las relaciones de las plantas y su ambiente. Actualmente investigo los procesos evolutivos y ecológicos que han dan origen a la diversidad de estrategias y formas en que las plantas sobreviven en condiciones extremas. Esto implica no solo analizar los mecanismos fisiológicos de las plantas, sino que las interacciones mutualistas que estas establecen con microorganismos y animales. En el mundo natural no hay una solución óptima, sino que cientos de formas distintas de adaptarse a las mismas condiciones.
En la imagen de la semana de esta edición observamos la biodiversidad del desierto costero de Taltal en plena floración, en la cual se pueden observar la especie de cactácea Copiapoa tenebrosa, la planta anual Nolana elegans y el arbusto Euphorbia lactiflua; todas especies endémicas del desierto costero.
A propósito de lo inspirador que es el desierto florido en términos botánicos, estéticos y metafóricos, las Breves Paralelas de hoy provienen de cruces entre ciencia y arte, que nunca han estado muy lejos.
– Cruces entre arte y ciencia
Algunos versos de Emily Dickinson seleccionados a partir del tema de este número:
Empaquetar el botón
Oponerse al gusano
Obtener su derecho al rocío
Ajustar el calor –eludir el viento
Despedir a la abeja merodeadora
No defraudar a la gran naturaleza
Ser una flor, es una profunda responsabilidad.
– Los naturalistas viajeros en Chile
Hay registros y descripciones del paisaje natural de Chile hechos por naturalistas que son tan valiosos para la historia del arte como para la investigación científica. El sitio web Memoria Chilena suma a las recientes actualizaciones de sus minisitios sobre los europeos Rodulfo Amando Philippi, Ignacio Domeyko y Charles Darwin, una nueva investigación, de 2024, sobre Claudio Gay.
Los naturalistas viajeros que emprendieron sus aventuras a partir de la ilustración y proliferaron en el fragor del romanticismo, representan un ideal que hoy adquiere cada vez más fuerza: la necesidad de investigar sin límites disciplinares, geográficos o ideológicos.
Las plantas nos conectan. Nos conectan con paisajes emotivos que alojan experiencias íntimas y cotidianas. El quillay de la casa de la abuela quizás unió nuestra infancia al bosque esclerófilo. Quizás para nosotros la belleza tiene forma de cactus y suculentas, que como chispas de vida contrastan con eternos paisajes desérticos. Tal vez para otros la felicidad tiene sabor a copao, maqui o boldo.
Pero las plantas son la base de una conexión más profunda aún: las grandes redes que conocemos como ecosistemas.
Thomas Halliday nos lleva a un hermoso recorrido por esta cadena de ecosistemas en su libro Otros mundos: viaje por los ecosistemas extintos de la Tierra (Debate, 2022).
Notablemente, Chile tiene mención especial en varias partes del libro, con la formación de los bosques del sur y el desierto más árido del mundo. Es una puerta a entender mejor los ecosistemas en los que vivimos y, de paso, comprender el importante rol que las plantas han tenido en estos.
La obra nos muestra lo dinámicos y frágiles que los ecosistemas pueden ser. El clima es un actor principal y su efecto en los ecosistemas puede ser catastrófico: si bien la vida logra seguir, nunca lo hace como antes. El autor nos invita a reflexionar sobre las consecuencias del cambio global actual, donde el cambio climático y la pérdida de biodiversidad ocurren a una velocidad sin precedentes en el registro geológico.
¿Qué pasará con los ecosistemas que nos cobijaron en nuestra infancia?, ¿qué paisajes son los que tejerán recuerdos en los corazones de las futuras generaciones?
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Eso es todo en esta edición de Universo Paralelo. Ya sabes, si tienes comentarios, recomendaciones, fotos, temas que aportar, puedes escribirme a universoparalelo@elmostrador.cl. Gracias por ser parte de este Universo Paralelo. ¡Hasta la próxima semana!
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