En poco más de cinco años esta conocida fintech ha crecido con fuerza y ya tiene instalaciones en México, aspirando prontamente aterrizar en EE.UU. Sin embargo, no todo es color de rosa, pues un grupo de 37 personas mete ruido por haber perdido su capital ante deudores que cayeron en default. Riesgos para una compañía que no es fiscalizada en su modelo de negocios, pero que lo sería prontamente con una nueva ley que prepara el Gobierno.
Desde su origen ha sido resistida por el sistema financiero formal. Fue un hecho conocido que la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif), apenas comenzó sus operaciones en 2012, denunció a Cumplo por infringir el giro bancario. Es que no se trata de un banco, menos una persona autorizada para la captación de recursos de terceros y el otorgamiento de créditos, pero ha persistido en ese ejercicio.
Nació como una plataforma que buscaba descentralizar el sistema bancario en materia de préstamos. Un servicio tecnológico que uniría puntas: personas dispuestas a prestar dinero por una tasa determinada, a otras que podrían tener acceso a un interés eventualmente más conveniente. Cualquier préstamo nunca podría ser superior al de la Tasa Máxima Convencional (TMC).
Partieron en 2012 con 93 créditos con transacciones por $25 millones y ya en 2015 tenían 1.519 créditos operados con montos que superaron los $590 millones. El año pasado, se financiaron US$107 millones y este 2018, la cifra podría superar los US$200 millones.
En paralelo se internacionalizaron. A principios de año ingresaron a México y hoy su objetivo es instalarse en Estados Unidos. Pero la cuestión no ha sido fácil, principalmente por el dilema regulatorio sobre Cumplo, especialista en crowdfunding más grande del país y que ya está arrojando sus primeras luces de alerta.
Es que por estos días hay un grupo de 37 personas que perdieron $40 millones, capital que depositaron en dos créditos de $20 millones a una compañía que cayó en default. Un caso que para Cumplo se trataría de una realidad aislada, considerando que su tasa de default –según explican– es de un 0,8%, aunque sin embargo vuelve a poner sobre la mesa la libertad regulatoria con que opera una empresa que facilita el otorgamiento de créditos sin provisionarlos y endosando al cliente el riesgo.
[cita tipo=»destaque»]Cumplo no provisiona los créditos que otorga, ya que delega en el inversionista la responsabilidad de elegir a su deudor, una cuestión que incomoda a algunos de los que se han visto afectados, acusando que sus conocimientos en materia financiara son limitados y es fácil caer en el error. Al respecto, sin embargo, la compañía explica que entrega la mayor cantidad de información necesaria para que un inversionista evalúe si querrá financiar a un deudor o no, por ejemplo, el número de créditos solicitados por empresa, días promedio de mora, cuántos están activos, cuántos pagados y cuántos en mora, las tasas a las que se ha financiado, entre otros.[/cita]
El problema es que se trataría de una empresa que se financió con los créditos de inversionistas de Cumplo y al cabo de un mes habría quebrado, según explican estos inversores a El Mostrador Mercados.
«Me pregunto si Cumplo no está haciendo bien las cosas y no investiga bien antes de publicar estos créditos en la plataforma. ¡¿Cómo en 30 días la empresa está en quiebra?! Lo más probable es que estaba en quiebra ya cuando pidió los créditos. Somos 37 inversionistas que estamos afectados y Cumplo no transparenta nombres ni datos para que no podamos contactarnos, unirnos y ver si podemos hacer algo. Yo perdí $40 millones, en total son dos créditos de $20 millones cada uno, $40 millones solo en este caso. Hay muchos más que también han perdido porque simplemente las empresas no pagan, eso también debiera ser público», dice una de las inversionistas afectadas.
El Mostrador Mercados consultó a Cumplo sobre sus modelos de análisis de riesgo, entre otros asuntos. En paralelo, sin embargo, las causas en tribunales civiles dan cuenta que el riesgo del cese de pagos de sus deudores existe.
Solo este año hay unas 90 causas en las que en su mayoría Cumplo exige el recupero de sus colocaciones. Otras, una cifra menor, tiene a Cumplo como demandada por ciertos acreedores. Uno de los casos más conocidos fue a fines de octubre, protagonizado por la empresa con la Universidad de Playa Ancha, trifulca publicada en La Tercera/Pulso: «Otra universidad chilena está al borde del colapso por sus millonarias deudas», rezaba el artículo. El crédito fue por $211 millones y ya está pagado. Las autoridades de esa universidad se mostraron sorprendidas por la agresiva estrategia de recupero de Cumplo, pues –según manifestaron– la casa de estudios tenía recursos para salir de ese crédito, pero eran trámites internos los que impedían realizarlos.
Cumplo tiene metas ambiciosas de cara a su internacionalización, mientras sigue creciendo con fuerza en el plano local. En la actualidad tiene más de 5 mil inversionistas y 1.600 clientes. También en La Tercera/Pulso la compañía hizo sus proyecciones en materia de créditos. Para 2020 barajan préstamos por US$1.000, según su fundador, Nicolás Shea. Un crecimiento que, sin embargo, podría ser bajo un paraguas regulatorio nuevo.
«Cualquier tipo de actividad empresarial debe enmarcarse dentro del ordenamiento jurídico, lo que a su vez supone que un negocio no solo debe ser evaluado desde la perspectiva económica, sino también legal (…). En lo que corresponde a la Superintendencia, el artículo 39 de la Ley General de Bancos establece que si esta toma conocimiento de antecedentes que puedan ser constitutivos del delito de invasión de la actividad bancaria debe denunciar al Ministerio Público. Así, y como fue de público conocimiento, la SBIF presentó una denuncia ante la Fiscalía Metropolitana Oriente en el año 2012 para que investigara si había infracción a la citada disposición legal por parte de Cumplo.cl», dice la Sbif.
La denuncia del regulador no prosperó, porque Cumplo ganó en argumentos legales. La empresa no entendía cómo el «peer to peer lending» pasaría de ser una discusión regulatoria a una denuncia criminal y en medio de ese conflicto encargó un informe al economista Víctor Vial, en el cual se concluía que Cumplo no capta dinero, no lo intermedia, pues las que lo prestan son las personas.
Ahora, sin embargo, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) está trabajando en materia regulatoria. Hace unos meses, levantó una mesa de trabajo para crear una eventual Ley Fintech y se espera que en el futuro próximo concluya un documento que contenga los primeros pilares de una regulación Fintech en Chile.
Cumplo participó en esta mesa, en circunstancias que el regulador ha estado visitándolos constantemente en los últimos siete meses, con tal de entender su modelo de negocios. La empresa se propone, por su parte, a colaborar en el diseño de medidas y en evaluar el impacto regulatorio que tendría este nuevo marco normativo.
La CMF tiene bastante avanzado en materia de estudios de las empresas de crowdfunding y, en general, el temor de estas compañías siempre apunta a que un cliente termine estafando a todos. Es por eso que Cumplo dice operar con un código de autorregulación exigente, con el afán de garantizar que los incentivos estén bien puestos.
Consultada por este medio, la empresa dio detalles respecto de cómo funciona. Lo principal, aseguran, es tener bien alineados los incentivos.
«Por parte de las empresas, nosotros solo les cobramos en el caso que la empresa se logre financiar y la tasa a la que se endeudan solo le beneficia al inversionista, ya que son ellos los que ganan los intereses y la mora, en caso de haberla. Por el lado del inversionista, existe un fee al realizar la inversión y el cobro de nuestra comisión, se realiza en el caso de que la inversión se recupere. En caso de ser necesario acciones de cobro fuera del proceso normal de cobranza, los gastos asociados los asumimos nosotros si es que no se consigue el recupero del dinero», explica.
Cumplo no provisiona los créditos que otorga, ya que delega en el inversionista la responsabilidad de elegir a su deudor, una cuestión que incomoda a algunos de los que se han visto afectados, acusando que sus conocimientos en materia financiara son limitados y es fácil caer en el error. Al respecto, sin embargo, la compañía explica que entrega la mayor cantidad de información necesaria para que un inversionista evalúe si querrá financiar a un deudor o no, por ejemplo, el número de créditos solicitados por empresa, días promedio de mora, cuántos están activos, cuántos pagados y cuántos en mora, las tasas a las que se ha financiado, entre otros.
Su perfil de clientes es el de pymes que llevan al menos un año operando, facturen sobre 10 millones mensuales y tengan como clientes a empresas más grandes que ellas. Todas ya bancarizadas.
¿Qué gana Cumplo? Solo si se logra el financiamiento, Cumplo cobra el 0,595% mensual del monto total solicitado en el caso de créditos que tienen de respaldo una factura. A los inversionistas se les cobra un fee por uso de plataforma cuando realizan la inversión (esto cubre los costos de transacción) y la ecuación es un 0,005% multiplicado por el monto invertido y el plazo. Entonces «si inviertes 2 millones de pesos en un crédito a 60 días, el cobro será de 6 mil pesos. Cuando se recupera la inversión, y solo si se recupera, cobramos el 0,1% x capital x plazo», explica la compañía.
«En el 2017 logramos por primera vez nuestro breakeven operacional, por lo que estamos tremendamente orgullosos. Sin embargo, dado nuestro propósito y nuestra convicción de que es extremadamente necesario crecer a la mayor velocidad posible en pos de tener un sistema financiero más justo en América Latina, hemos aumentado nuestras inversiones, lo que ha requerido nuevos accionistas para financiarlas, lo que se ve materializado en nuestro ingreso al mercado mexicano a comienzos del 2018″, explica la empresa.
El principal socio de la empresa es Shea, la controla, pero con el paso del tiempo ha ido sumando más interesados. El año pasado la administradora de fondos de inversión privados Endurance, ligada a Santiago Valdés –ex Bancard y ex administrador de la campaña presidencial de Piñera en 2010– vendió su 4% a la familia Undurraga, después de haber entrado en 2011. A su sociedad también se sumó Matías Eguiguren, socio de Picton Advisors, administradora de fondos.
Por estos días Cumplo aspira a captar más capital a través de Ameris. Esa administradora tiene un fondo que invierte en empresas con impacto social o medioambiental llamado FisAmeris.