La organización Laicos de Santiago y las víctimas de abusos de la Congregación Marista valoraron la votación en la Comisión de Derechos Humanos del Senado y apuestan a que la sala de la Cámara Alta y la Cámara de Diputados aprueben la revocación de la nacionalidad por gracia, concedida en el 2006 al cardenal imputado por encubrimiento. “Se supone que alguien que tiene nacionalidad por gracia es alguien que contribuye al bienestar, a lo positivo de la sociedad chilena, y no ha sido el caso”, aseguraron.
La decisión de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de revocar la nacionalidad por gracia al arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, fue celebrada por víctimas de abusos sexuales y la organización Laicos de Santiago.
Para el coordinador de la organización Laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, “es bastante simbólico que la comisión, de manera unánime, haya aprobado el quitarle la nacionalidad; es una evidente señal de lo que se viene en la Cámara y en la otra instancia desde el punto de vista de ratificar esta decisión”.
En tanto, Jorge Franco, uno de los exalumnos del Instituto Alonso de Ercilla que acusan abusos de sacerdotes de la Congregación Marista, señaló a Radio Cooperativa que “el Senado y la Cámara de Diputados tienen la oportunidad de dar, nuevamente, una señal importante de que la justicia también se puede llevar a través de los representantes que nosotros hemos votado”.
La votación a favor de quitarle la nacionalidad por gracia al cardenal imputado por encubrimiento de abusos fue adoptada este lunes por los senadores opositores Alejandro Navarro, Juan Ignacio Latorre y Adriana Muñoz, mientras que los legisladores de Chile Vamos, Felipe Kast (Evópoli) y Jacqueline van Rysselberghe (UDI), no estuvieron presentes en la instancia.
Ahora, el proyecto debe ser visto por la Sala del Senado y, posteriormente, en la Cámara de Diputados.
Ezzati obtuvo la nacionalidad chilena por gracia el 24 de abril de 2006, luego que el Congreso Nacional se la concediera unánimemente “como un reconocimiento a la fructífera y valiosa labor que durante más de 30 años ha desarrollado en beneficio de los desposeídos, particularmente, en actividades académicas, públicas y privadas, contribuyendo al progreso de la educación y al desarrollo y formación de los más necesitados”.
Sin embargo, las senadoras Ximena Rincón (DC) y Adriana Muñoz (PPD) presentaron el proyecto de ley para revocar su nacionalidad a la luz de la crisis que enfrenta la Iglesia católica chilena por los casos de abuso sexual ocurridos al interior de la institución. En estos casos, Ezzati ha sido sindicado como uno de los principales encubridores de actos de abuso.
Según el coordinador de la organización Laicos de Santiago, esta circunstancia es, además, “la consecuencia de lo que se ha sembrado desde la jerarquía (eclesiástica) y, particularmente, desde la actitud del cardenal Ezzati. Se supone que alguien que tiene nacionalidad por gracia es alguien que contribuye al bienestar, a lo positivo de la sociedad chilena, y no ha sido el caso”.
El proyecto señala que hay “hechos públicos y notorios” que justifican la revocación de la nacionalidad por gracia a Ezzati, como la obstrucción a las víctimas de Fernando Karadima, su actitud “hostil y persecutoria” en contra de Felipe Berríos, José Aldunate y Mariano Puga, la “agresión gratuita a las personas de la comunidad transgénero en el marco de la tramitación de la Ley de Identidad de Género” y la “contumacia en su conducta de irresponsabilidad ante la crisis de la iglesia chilena producto del encubrimiento institucional de los abusos sexuales contra niños cometidos por sacerdotes por décadas y a lo largo de Chile”.