La operación que en 2006 realizó el actual Presidente con acciones de LAN, está llena de detalles misteriosos. De las “grabaciones secretas” que se conocieron el año pasado, luego se supo que la transacción se financió con patrimonio de BanChile, el cual fue saldado por Piñera a través de una operación simultánea con acciones de Antarchile en la Bolsa Electrónica. El problema es que, para ese negocio, no puso las necesarias garantías dentro del plazo de 24 horas desde la fecha de liquidación de la operación –tal como dicta el procedimiento y que debe aplicarse sin excepciones– sino cinco días después. Una gestión a todas luces fuera de norma y que revela el grado de privilegios de que gozaba por entonces el empresario, hoy Presidente de Chile, en el mercado financiero.
Han pasado 13 años desde que Sebastián Piñera realizó la polémica transacción de acciones de LAN por la que ganó millones sin gastar un solo peso y por la que también se saltó la Ley del Mercado de Valores cuando era director de la aerolínea. Pese al tiempo transcurrido, la operación cada cierto tiempo sigue haciendo noticia, al surgir nuevos detalles del negocio que hizo con acciones de LAN en 2006, una transacción que bordeó los $10 mil millones y que le significó una multa por parte del regulador financiero por no haberse abstenido de comprar estos títulos contando –al momento de efectuar la compra– con información privilegiada. Por entonces, el actual Mandatario participaba en la mesa directiva de la aerolínea, gracias a su condición de accionista mayoritario, junto a la familia Cueto.
El año pasado el caso volvió a la agenda pública tras revelarse la existencia de grabaciones telefónicas que darían cuenta de las condiciones en que compró Piñera, habiendo sido advertido por los propios operadores de la corredora de bolsa Banchile respecto a si estaba seguro de lo que estaba haciendo, pues venía saliendo de una sesión del Directorio de la empresa, en la cual se conoció el detalle de los auspiciosos estados financieros de la compañía para el segundo semestre de ese año.
Hasta la fecha, según se ha dicho, esas grabaciones las guarda en su caja fuerte Francisco Armanet, en esa época gerente general de la corredora BanChile, abriendo una hipotética amenaza para el Jefe de Estado, considerando que los casos vinculados con indebido uso de información privilegiada prescriben en 20 años en Estados Unidos, dejando así a la SEC –el sheriff de Wall Street– en condiciones de iniciar un eventual proceso.
Desde ese nuevo capítulo –abordado en detalle en el libro Los Leones de Sanhattan, del periodista Sergio Jara– la historia de esta transacción se sigue enriqueciendo o complejizando con más información, que da cuenta del peso que tenía Piñera en la bolsa y, también, del trato privilegiado de que gozaba desde Banchile, la corredora del Banco de Chile, institución financiera controlada por la familia Luksic.
Es que, cabe recordar, el actual jefe de La Moneda financió los $9.840 millones con que compró más acciones de LAN gracias a un crédito otorgado por la corredora, con cargo a sus arcas. Esta compañía fue financista de la operación en un primer momento, pasando por la aprobación del comité de riesgo del banco, una historia que contamos en septiembre del año pasado y que Piñera saldó gracias a una operación simultánea con acciones de Antarchile.
Ahora, con más información, ese capítulo se extiende un poco más. Este medio siguió la trazabilidad de esa operación, la cual sigue arrojando detalles dignos de mención, por tratarse de situaciones no habituales en la Bolsa, de privilegio.
Una operación simultánea funciona como un crédito. Le permite a un inversionista adquirir acciones de una empresa sin tener los recursos para ello (o que por algún motivo no quiere utilizarlos, o que en ese momento no puede usarlos), a través de la participación de un tercero. Este tercero le presta, a cambio de una tasa, acciones de la compañía al inversionista, quien se compromete a comprar estos títulos en un plazo pactado.
De esta forma, quien financia la transacción –otro inversor o una corredora de bolsa con patrimonio propio– se beneficia del interés producto del préstamo (por el valor de estas acciones), mientras que el inversionista inicial, además de adquirir los papeles que desea, podría beneficiarse de la variación de precios que habría entre el inicio del período pactado y el plazo en que termina la operación.
Para ello, sin embargo, el inversor debe dejar una garantía, una prenda, que sirva como respaldo del préstamo y que debe tener un valor equivalente al paquete de acciones que se adquiriere. Esa garantía, por norma, debe enterarse dentro de las 24 horas siguientes después de la fecha de liquidación de la operación. Sebastián Piñera, sin embargo, lo hizo recién cinco días después, un privilegio en el mercado.
La operación de compra de LAN fue el 24 de julio, con un plazo de liquidación contado normal, lo cual le da a cualquier inversionista un tiempo de 48 horas para financiar la operación. El préstamo del banco lo saldó Piñera con una operación simultánea, constituida principalmente por acciones de Antarchile, equivalentes a $9.350 millones, el 26 de julio, en la Bolsa Electrónica. La garantía de esa operación debía enterarse el 27 de julio, sin embargo, esto ocurrió recién el 2 de agosto, a través de más acciones de Antarchile y otras de CorpBanca.
Este dato, eventualmente menor, no lo es dentro de la rueda, pues supone un riesgo para el acreedor o para la bolsa que custodia la operación, pues su solvencia financiera se debilita en la medida que otorga préstamos para los cuales el cliente deudor no pone garantías.
Antes de 2008, las corredoras de bolsa no estaban obligadas a informar el estado diario de las garantías de sus clientes a la SVS. Sin embargo, a partir de ese año, el regulador emitió un oficio del 25 de enero en el cual instruyó a todas las intermediarias a informarlo diariamente.
Esto fue poco antes del estallido del caso Alfa, extinta corredora que tenía el 10% de Provida, fruto de operaciones simultáneas. Otros corredores acreedores le cedieron parte importante de las acciones de esa AFP, hasta que en abril de 2008 la corredora vulneró sus índices de liquidez, cayendo en estado de insolvencia, para lo cual se forzó un remate por ese paquete, ya que la corredora no estaba en condiciones de poner garantías financieras para mantener “simultaneado” dicho paquete.
En el caso de Piñera, difícilmente habría caído en un estado de insolvencia, considerando que para entonces ya era una de las mayores fortunas del país. Sin embargo, en el mercado explican que no es común este tipo de “privilegios”, mientras otros se preguntan si acaso el banco realmente aprobó el desfase para enterar garantías. Los inversores tenían que hacerlo dentro de las 24 horas siguientes de la liquidación de la operación. En consecuencia, Piñera habría gozado de una posición de privilegio frente a otros inversores.
La norma que establece los plazos para la constitución de garantías de operaciones simultáneas y a plazo la define cada bolsa, y es revisada y aprobada por la CMF.
En el caso de la Bolsa Electrónica, en su circular 166 se exige que las garantías deben constituirse al día hábil siguiente de haberse concretado la operación, hasta las 14 horas, exigencia que no ha cambiado en el tiempo. Por otro lado, según el manual de operaciones a plazo de la misma entidad, fechado en 2005, se establece que las garantías las constituyen los propios corredores, quienes en cualquier momento les pueden exigir a sus clientes la constitución de garantías, así como garantías adicionales cuando lo estimen aconsejable.
“Si el Cliente no cumple con estas exigencias, el corredor queda facultado para adoptar todas las medidas y providencias que permita la reglamentación de BECH, incluyendo la liquidación inmediata de las garantías que ya se hubieren constituido, sin que el cliente pueda reclamar ningún tipo de perjuicios”, dice el manual.
Desde la industria bursátil explican que, en general, los clientes igualmente enteran sus garantías dentro de las 24 horas hábiles siguientes. Que un cliente tenga plazo adicional no es común y, de ocurrir, necesariamente pasaría por aprobación de altos ejecutivos de esa corredora o de su matriz bancaria.
Este medio hizo consultas a Banco de Chile en cuanto a esta operación. Esto, con tal de conocer si la entidad bancaria había dado autorización para que no se enteraran las garantías dentro de las 24 horas o si lo había informado al regulador. El banco comunicó que no se pronunciaría al respecto.