PAÍS
El ex senador RN se preguntó si las modificaciones que apoyará el Ejecutivo son «una moneda de cambio para transar con la oposición las reformas de contenido económico»
Desde la Cuenta Pública que realizó el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, donde expresó sus reparos a la manera en que opera el Tribunal Constitucional (TC) el gobierno decidió impulsar un proyecto de ley en conjunto con la oposición para reformar el tribunal constituido en 1970, pero que en los últimos años ha sido criticado como una «tercera cámara» o un «dispositivo contramayoritario» especialmente por la actual oposición.
En este contexto, Piñera almorzó ayer con los integrantes del tribunal, entre ellas María Luisa Brahm, su estrecha colaboradora en el «segundo piso» de La Moneda durante su primer mandato y quien le entregaría algunas propuestas para las reformas que pretende consensuar con la oposición, según informó La Tercera.
Pero este proceso, que requiere la venia de los parlamentarios opositores, ya que el oficialismo no tiene mayoría en el Congreso, ya despierta críticas en la derecha. Uno de los primeros en manifestarlas fue el ex senador y uno de los «fácticos» de RN, Carlos Larraín.
El ex presidente del partido de gobierno escribió una carta publicada por El Mercurio donde se opone a la idea del gobierno respecto del TC.
«¿Estará el Gobierno creando una especie de moneda de cambio para transar con la oposición las reformas de contenido económico que son las que más interesan al equipo a cargo de la administración del Estado?, se preguntó Larraín.
Carlos Larraín anticipa una catástrofe si se aprueba una modificación al TC: «Sería un golpe al edificio institucional cuya cristalización y escudo es la Constitución», aseguró.
Por último reconoció que la idea responde a una pulsión de la izquierda que tiene mayoría en ambas cámaras y de alguna forma reconoció la ventaja del TC como dispositivo contramayoritario. «Si el Gobierno actual facilita esta involución, sería fatal para la sociedad chilena. ¿Por qué no tomar en cuenta el consejo de un valioso articulista de este diario?: juguemos el partido en la cancha que nos conviene. Habría que agregar que el partido en curso no es amistoso: se parece más bien al juego de la pelota practicado por los mexicanos precolombinos».
