Es categórico. Considera que esta iniciativa es innecesaria, que las mismas cifras lo demuestran, porque “entre 1990 y el 2019 Chile ha crecido un 500%” y, en todo ese período, “nunca se bajaron los impuestos”. Recordó que el 2018 el país creció un 4% y en todo el año “no se cambió ni una coma de la Reforma Tributaria de Bachelet y permitió este milagro del 4%”. El miércoles se vota sí o sí la idea de legislar del proyecto y Schilling recalcó que este aún mantiene su “pecado original” de reducir los impuestos a los sectores más acomodados en 833 millones de dólares, y compensar esa merma al fisco aumentando impuestos a la clase media y que, por eso, hay consenso en la oposición –tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados– en cuanto a que esta es “una mala reforma”. Puso el acento en que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, ha recibido tres documentos de la oposición con principios y medidas concretas para destrabar las conversaciones, pero el Gobierno no responde.