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La estocada fatal a la oposición y lo que realmente busca la DC PAÍS

La estocada fatal a la oposición y lo que realmente busca la DC

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La Moneda efectivamente descomprimió la presión sobre su reforma y aseguró que esta se tramite. La votación en la comisión de Hacienda esta tarde será solo el preludio de lo que sucederá en la Sala de la Cámara de Diputados, porque ni Fuad Chahin ni el grueso de la bancada falangista van a cambiar de opinión. Saben que el “chaparrón” que comenzó a caerles encima es el más fuerte que han experimentado y que se están quedando totalmente solos, pero en la DC están dispuestos a pagar el precio. La apuesta política que están haciendo –agregaron– lo vale.


Sin matices ni eufemismos. En el seno de la propia DC reconocían, ayer en la tarde, que la crisis en la oposición “está instalada” y que esta vez habrá consecuencias. Es que no fue menor la decisión que adoptó la falange de desmarcarse del resto de las bancadas de su sector y alinearse con el Gobierno de Sebastián Piñera, al confirmar que votarán a favor la idea de legislar la Reforma Tributaria. Una estocada fatal para los incipientes intentos opositores de levantar cabeza y trabajar cohesionados, sobre todo, después de un año de absoluta irrelevancia política.

Durante el verano y en las últimas semanas especialmente, se habló mucho de la prueba de fuego que era para la oposición la forma en que enfrentaban la Reforma Tributaria de Piñera. No por nada, en la comisión de Hacienda los diputados, desde la DC hasta el Frente Amplio (FA), trabajaron por meses coordinados, alineados en sus críticas a la iniciativa, a la par con un equipo técnico que los asesoró, y que quedaron plasmadas en tres documentos que hicieron llegar al ministro de Hacienda, Felipe Larraín, uno con los principios básicos en materia tributaria y los otros dos –el último entregado el jueves 4 de abril– con propuestas concretas.

Igual de coordinados, presionaron desde enero a La Moneda con la amenaza de no apoyar la idea de legislar en la comisión ni en la Sala y obligaron al propio Piñera, ante la debilidad que mostró su comité político y los roces que hubo con Larraín, a tomar el protagonismo de las negociaciones con una ronda de reuniones con los presidentes de partidos de la oposición, para tratar de salvar su reforma.

Había un compromiso de actuar en bloque y este, nuevamente, no se cumplió. Es ahí donde radica para la oposición la gravedad de lo sucedido ayer. El trabajo conjunto de estos meses era, para muchos diputados de oposición, la mejor garantía de que la DC está vez sí se mantendría alineada con ellos y no que correría por un carril paralelo, velando exclusivamente por sus propios intereses.

[cita tipo=»destaque»]Eso es lo que precisamente hizo estos días. Más allá de los aspectos técnicos de la Reforma Tributaria y el discurso público de defensa de la clase media que levantó ayer Chahin cuando salió en diversos medios a defender a su partido del vendaval de críticas, en la falange recalcaron que “la DC está consiguiendo el objetivo central de no ser intrascendente, adquirió relevancia, sí va a pagar costos por un lado, pero recibe beneficios por otros”.[/cita]

Pero lo hizo. Más allá de las declaraciones a la prensa, ya el lunes en la mañana las señales internas eran evidentes y el timonel DC, Fuad Chahin, había notificado a algunos que su partido daría luz verde al proyecto del Gobierno. Y si bien la última propuesta que hizo La Moneda –la que expuso en la tarde del lunes el ministro Larraín ante la comisión de Hacienda– fue considerada insuficiente por la mayoría de la oposición, para la falange la oferta gubernamental era más de lo esperado.

En el seno de la DC explicaron ayer que nadie tomó nota realmente de las palabras de Chahin hace dos semanas, cuando después de un par de horas con Piñera, reunidos a puertas cerradas en La Moneda, dijo que el partido estaba esperando que “el Gobierno acepte algunas de nuestras propuestas”. La palabra clave era «algunas» y así sucedió.

Fue determinante –explicaron en la falange– el compromiso de Palacio para fortalecer los gobiernos regionales, a través de impuestos, especialmente a predios forestales, y que esos recursos se queden en la región, algo no menor cuando en el horizonte están las elecciones municipales, parlamentarias y la primera de gobernadores regionales.  Agregaron que, en el debate tributario, la DC jamás estuvo en la línea dura del resto de la oposición de botar la reforma si la administración piñerista no modificaba la esencia del proyecto: reducir los impuestos a los sectores más acomodados y compensar esa merma al fisco aumentando impuestos a la clase media.

Entre las bancadas de oposición ayer se habló de quiebre total, de punto de no retorno, de momento crítico e, incluso, de cobrar la factura política a la DC.

De hecho, entre diputados del PC y el Frente Amplio se comenzó a sondear el piso que había para impulsar una censura a la mesa de la Cámara de Diputados que lidera el DC Iván Flores, y que salió elegido en segunda vuelta con votos de toda la centroizquierda y el FA, a la luz del acuerdo administrativo que selló la oposición.

No solo eso, hoy en la mañana, las distintas bancadas de oposición, desde el PR al FA harían un punto de prensa con el que buscan dejar en evidencia el “encapsulamiento” de la Democracia Cristiana e intentar hacer una demostración de fuerza política, iniciativa que habría sido motivada por el jefe de la bancada PS, Manuel Monsalve, quien durante toda la jornada de ayer salió varias veces a poner el foco en la falange: “Si hay separación con la DC, la relación de la bancada del PS con la DC no podrá seguir siendo la misma”.

No fue el único. “Lo que acá se puso en jaque es el futuro de los aliados políticos”, advirtieron desde el PR, mientras que el diputado frenteamplista Vlado Mirosevic destacó que, si bien cada cual es libre de votar como resuelva, la actitud de la DC cierra “las puertas a un trabajo conjunto entre toda la oposición, se hace muy difícil, en la medida que se firman acuerdos que luego no se respetan”.

A nivel parlamentario reconocieron que hay mucha molestia con la Democracia Cristiana, que algunos casi se enteraron por la prensa de la decisión de desmarcarse, que además había indicios claros de que el Gobierno, efectivamente, estaba analizando ceder más para evitar que la reforma naufragara en la comisión hoy en la tarde y que resolvió no hacer más esfuerzos al ser notificado que tenía los votos de la falange en el bolsillo.

La apuesta de Fuad

Saben que son el foco de todas las críticas, que el “chaparrón” que comenzó a caerles encima es el más fuerte que han experimentado y que se están quedando totalmente solos, pero en la DC están dispuestos a pagar el precio. La apuesta política que están haciendo –agregaron– lo vale.

Chahin tenía programado un viaje al extranjero esta semana, pero lo suspendió, precisamente para no dejar nada al azar y liderar todas las tratativas. Para el timonel –explicaron en el partido–, la Reforma Tributaria era un momento clave y estratégico, porque en esta vuelta “lograba que la DC pesara algo políticamente o sería llevada inevitablemente por la ola del resto de la oposición”.

Eso es lo que precisamente hizo estos días. Más allá de los aspectos técnicos de la Reforma Tributaria y el discurso público de defensa de la clase media que levantó ayer Chahin cuando salió en diversos medios a defender a su partido del vendaval de críticas, en la falange recalcaron que “la DC está consiguiendo el objetivo central de no ser intrascendente, adquirió relevancia, sí va a pagar costos por un lado, pero recibe beneficios por otros”.

Dicen que entienden la molestia del resto de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, que tienen razón en todas sus críticas, pero apuestan a que el aislamiento que sufrirán sea pasajero, porque en la práctica –aseguraron– todos tienen claro que la oposición necesita a la falange, aunque sea para lograr algunos mínimos políticos, de lo contrario no funciona. “Si nos sacan definitivamente, quedarán como meros observadores de cómo el Gobierno saca sus proyectos adelante junto a buena parte de la DC, sin que puedan hacer nada. Nos necesitan para algunos mínimos que sea”, plantearon en el entorno de Chahin.

En esa línea, apuestan a que, más allá del terremoto que se ha vivido durante estas horas en las bancadas opositoras, con el correr de las semanas comiencen a pesar otros factores políticos, como el hecho de que el timonel PS, Álvaro Elizalde, difícilmente asumirá –ad portas de una elección interna por su reelección– que no pudo cumplir la tarea comprometida respecto a que su partido sea un eje articulador de la oposición: “El espacio de poder de Elizalde se nutre de su fin como presidente del PS: lograr la unidad desde el FA a la DC. No hacerlo, sería reconocer un fracaso en su gestión”.

Con esta jugada de la DC, La Moneda efectivamente descomprimió la presión sobre su reforma y aseguró que esta se tramite. La votación en la comisión de Hacienda esta tarde será solo el preludio de lo que sucederá en la Sala de la Cámara de Diputados, porque ni Chahin ni el grueso de la bancada van a cambiar de opinión.

Las cartas en la Cámara Baja están echadas a favor del Gobierno. Si bien algunos diputados DC, como Víctor Torres, votarán en contra –división interna que están dispuestos a asumir también–, La Moneda de Piñera siempre ha contado con otros parlamentarios de la falange, como Jorge Sabag, que casi es considerado uno más de Chile Vamos.

Sabag fue el primero en advertir, a finales de la semana pasada, que independientemente de lo que resolviera su partido, él respaldaría la Reforma Tributaria y así lo hará, en la forma y en el fondo. En la DC dicen –medio en broma, medio en serio– que el diputado “realmente es incondicional” de Piñera, que es totalmente “predecible”, dado su excesivo conservadurismo, que se lleva mejor con la actual administración que con el resto de la oposición. A ojos del resto de las bancadas opositoras, no sería el único en el partido de la flecha de roja.

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