Como un «hecho histórico» calificó el Gobierno el plan de descarbonización, anunciado por el Presidente Piñera este martes, el que contempla el cierre de ocho termoeléctricas para el 2024 y el cierre total para el 2040, medidas que a la fecha ningún gobierno había puesto en marcha. El anuncio, sin embargo, provocó el unánime rechazo de organismos medioambientales, puesto que pospone para cinco años más el cierre de las termoeléctricas de las zonas de sacrificio de Quintero y Puchuncaví, y además- según estos organismos- supone una contradicción flagrante en los planes de descarbonización para este 2019. Mientras Piñera anuncia el cierre este año de dos generadoras de la empresa francesa Engie, que sumadas sacan de circulación 170 MW del mercado eléctrico, hace menos de una semana esta misma empresa puso en funcionamiento una nueva generadora en base a carbón de 370 MW de potencia instalada, lo que significa que el impacto de crecimiento de las termoeléctricas es mayor que lo que se intenta reducir.
El cronograma de descarbonización anunciado esta mañana por el Presidente Sebastián Piñera y calificado como un «hito histórico» por el Gobierno, proyecta el cierre de ocho termoeléctricas al 2024 y el retiro total de estas generadoras en base a carbón al 2040. El impacto de estas medidas, sin embargo, estaría muy lejos de la ambición climática que esperaban las distintas organizaciones medioambientales de Chile con miras a la COP25 de diciembre y a la Cumbre de Acción Climática convocada para septiembre por Naciones Unidas en Nueva York, ya que en los hechos implicaría una prolongación de la vida útil de las termoeléctricas e incluso un aumento de la potencia instalada para este 2019, tras la puesta en marcha hace una semana de una nueva termoeléctrica con más potencia que las que se retiran.
En ex aeropuerto de Cerrillos, donde se realizará en diciembre la C0P25 -la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático- el Presidente Sebastián Piñera anunció el cronograma para sacar de circulación las generadoras de energía en base a carbón, que constituye el resultado del trabajo de la Mesa de Descarbonización, que presidió la ministra de Energía, Susana Jiménez Schuster, hace justo un año y que congregó a las empresas generadora, ONG y organismos independientes.
En el marco de la Contribución Nacional para el Acuerdo de París en 2015 sobre cambio climático, en el que Chile se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 30% por unidad de PIB al año 2030, el Presidente Piñera anunció el cierre de ocho termoeléctricas, que representan un 19% de la capacidad instalada de centrales a carbón, en un plazo de cinco años. La medida afecta a dos termoeléctricas en Iquique, cuatro en Tocopilla, dos Puchuncaví y una en Coronel, lo que implica retirar del mercado energético 1.047 MW al 2024. Pare ello se firmó un acuerdo con las empresas Aes Gener, Colbún, Enel y Engie. Asimismo establece el compromiso de conformar mesas de trabajo cada cinco años que permitan establecer nuevos cronogramas de cierre, para retirar la totalidad del parque de centrales a carbón el 2040.
«Tenemos como una meta que hacia el año 2040 la matriz energética del país esté descarbonizada, es decir, que no tengamos generación termoeléctrica en base a carbón, y que hacia el año 2050 Chile sea un país carbono neutral, es decir, que todo lo que emitimos sea absorbido, y para esto el aporta que va a hacer en avanzar hacia energías limpias y renovables nuestra matriz energética y el aporte que hace también el esfuerzo en materia forestal, son entre otras, dos aspectos fundamentales», indicó el Mandatario.
El 78% de las emisiones totales de GEI en el país corresponden al sector energético. Y un 26% del total de emisiones de nuestro país proviene de la generación eléctrica en base a carbón. La central eléctrica a carbón más antigua entró en funcionamiento en 1964, es decir, lleva operando más 50 años, a pesar de que el promedio de vida útil es de 18 años. Actualmente, el Sistema Eléctrico Nacional cuenta con 28 centrales termoeléctricas a carbón que pertenecen a las compañías Enel, AES Gener, Colbún y Engie y que aportan casi el 40% del total de la generación eléctrica del país.
La propuesta de Piñera, que desencadenó el inmediato rechazo de distintas organizaciones medioambientales que consideraron el anuncio como «insuficiente», «carente de ambición climática» e incluso una «vergüenza», plantea el cierre dos termoeléctricas de la empresa Engie, de capitales franceses, para este año, cada una con una potencia instalada de 85 MW. La suma de ambas termoeléctricas da un total de 170 MW en base a carbón que salen de circulación este año. Sin embargo, estas medida entra en contradicción con el inicio, hace menos de una semana, del funcionamiento de una nueva generadora de energía a carbón de esta misma empresa, la termoeléctrica “Infraestructura Energética Mejillones” (EIM), cuya potencia instalada es de 370 MW, más del doble de lo que se intenta erradicar.
Para Flavia Liberona de Fundación Terram, miembros del consejo asesor presidencial para la Cop25, esta situación constituye un «chiste». «En los hechos, la termoeléctrica que entró a funcionar el 28 de mayo implica un aumento de la capacidad instalada y no un cierre efectivo de las termoeléctricas».
El cierre de las termoeléctricas anunciadas esta mañana por el Presidente y la entrada en marcha de EIM en Mejillones contrastan con las palabras que el propio Piñera pronunció en La Moneda el lanzamiento de la Cumbre por el Cambio Climático (COP25). «Tenemos que avanzar hacia la descarbonización de nuestra matriz energética. En Chile no se va a construir ninguna central termoeléctrica a carbón más”, dijo en su momento.
Tras conocerse hace una semana la noticia de Engie, cuya planta, ahora en funcionamiento, comenzó a construirse el 2014, el senador Guido Girardi, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, sostuvo que esto «pone en cuestión todo lo que se señala públicamente respecto de la importancia que tiene el cambio climático, respecto de que se va a hacer la COP25 en Chile y que es muy importante. Son todas palabras que se las lleva el viento, porque al final lo que prima son solo los intereses económicos. Además, intereses económicos que tienen responsabilidad en dañar la salud de las personas”.
Quintero y Puchuncaví
Ese mismo día, la Tercera Sala de la Corte Suprema revirtió el fallo de la Corte de Apelaciones de Valparaíso y apuntó a las “sendas omisiones ilegales” cometidas en concreto por el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Salud, la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Valparaíso, la Oficina Nacional de Emergencia y el Ministerio del Interior respecto de las intoxicaciones masivas en Quintero y Puchuncaví, donde operan dos de las termoeléctricas más antiguas del país.
A una semana también de este fallo, el programa de Piñera -apuntan ambientalistas- no se hace cargo de las zonas de sacrificio y terminan por postergar por cinco años más la liberación de contaminación por carbón a estas comunas.
«Llama profundamente la atención que se postergue el cierre de termoeléctricas en las comunas de Quintero y Puchuncaví, pues por todos es sabido la dramática situación que se vive en esas comunas. Recién el 2022 se cerrará la primera central a carbón en Ventanas, y eso nos parece tardío, ya que deberíamos estar apagando este año termoeléctricas en esa comunas», apunta Liberona.
Matías Asún, de Greenpeace, comparte que el anuncio es una muy mala señal para la ciudadanía «y que condena a las zonas de sacrificio a más carbón». «Llama la atención la falta de urgencia del Presidente a la hora de presentar una hoja de ruta completa en el plan de descarbonización del país. Se ha desperdiciado una oportunidad histórica para haber avanzado en el pronto cierre de las zonas de sacrificio. A pesar de lo pomposo, este anuncio está lejos de la ambición climática que debiera liderar el Presidente y oficializa una condena de carbón para las zonas de sacrificio por otros 20 años», señala.
Para la Fundación Chile Sustentable, que hace pocos días dio a conocer un plan de descarbonización alternativo, el anuncio es «indignante». «Piñera anuncia el cierre de las 7 termoeléctricas que tienen más de 40 años, más la central Tarapacá que es del año 1999. Esas son las únicas centrales que se cierran los próximos cinco años, lo cual es un insulto para las comunidades de las zonas de sacrificio, en la medida que tendrán que esperar hasta el año 2024 para liberarse de estas centrales obsoletas. El segundo paso a partir del 2025 y el 2040 Piñera plantea que deberán cerrarse, las otras 20 centrales, no señala en qué plazos , ni qué centrales y, por lo tanto, deja a la cuidadanía frente a un vacío donde perfectamente podrían cerrarse todas el último año. Es un chiste frente a las expectativas que se habían creado donde el mismo Coordinador Eléctrico Nacional, que es un órgano independiente, había señalado que era posible técnica y económicamente hacer un cierre programado de todas las centrales a carbón».
Andrés Rebolledo, ex ministro de Energía del gobierno de Michelle Bachelet, si bien valora el plan ya que es una continuidad de lo que se venia trabajando en el gobierno anterior, reconoce que con este el plan no se alcanzaría a cumplir con los compromisos internacionales. «El sector de generación eléctrica, en término de emisiones, aporta el 30 por ciento en el país, de ese valor, el 90 por ciento son las carboneras, por lo tanto, lo que se haga en este sector es fundamental para cumplir los compromisos internacionales de Chile, en relación a la rebaja de esas emisiones. Chile tiene un compromiso de bajar el 30 % de las emisiones de aquí al 2030. Por lo tanto este cronograma, en este sentido, no estaría acorde con esos objetivos. Si queremos alcanzar a ser una país carbono neutral el 2050 hay que seguir desarrollando este plan».
Muy distinta es la apreciación de las empresas generadoras que celebran el anuncio presidencial. A través de un comunicado, Enel Generación Chile señaló que el acuerdo con el Ministerio de Energía regula la forma de proceder al retiro progresivo de las unidades generadoras a carbón Tarapacá, Bocamina 1 y Bocamina 2, ubicadas la primera en la comuna de Iquique y las dos últimas en la comuna de Coronel, con una potencia bruta de 158 MW, 128 MW y de 350 MW, respectivamente
El acuerdo establece como fecha de dicho hito a más tardar el 31 de mayo de 2020 para central Tarapacá y a más tardar el 31 de diciembre de 2023 para Bocamina 1, sujeto a la autorización establecida en el Artículo 72°-18 de la Ley General de Servicios Eléctricos. Respecto a Bocamina 2 se prevé que Enel Generación fije como meta su cierre anticipado, a más tardar el 31 de diciembre del año 2040, sujeto al procedimiento aplicable para el retiro de centrales que contempla el acuerdo.
“Como grupo hemos venido liderando la transición energética hacia una matriz limpia y sustentable, y hoy confirmamos nuestro compromiso firmando un acuerdo que prevé el cierre progresivo de nuestras centrales a carbón, reduciéndolas a la mitad no más allá del 2023. Hoy somos el primer operador de energías renovables en el país, con el 70% de nuestra generación proveniente del agua, del sol, del viento y del calor de la tierra. Considerando nuestros planes de desarrollo para los próximos años, que prevén un crecimiento de más de 1GW de capacidad renovable en nuestro portafolio, estamos convencidos de que seremos la primera compañía en tener su matriz energética libre de carbón en Chile”, explicó Paolo Pallotti, gerente general de Enel Chile.