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El eclipse cultural en Chile Opinión

El eclipse cultural en Chile

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Karen Soto
Por : Karen Soto Abogada Derecho de la Cultura Estudio Juan Agustín Figueroa
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Lamentable mes para nuestra cultura. Mientras todos nos maravillamos con el eclipse solar, vemos cómo decisiones políticas, inspiradas en razones de orden estrictamente económico, oscurecen nuestro acervo cultural y patrimonial. La orden de demolición del último edificio de la Villa San Luis en Las Condes, aprobada por el Consejo de Monumentos Nacionales, y la decisión de BancoEstado de terminar con el programa de financiamiento al cine chileno, son una dramática muestra de aquello.


Miles de chilenos y chilenas, hace solo un par de días, miraban a los cielos maravillados por un fenómeno astrómico: un eclipse solar. En términos físicos, es la interposición de nuestro pequeño satélite natural, carente de luz propia, al astro centro de nuestro sistema, el sol, fuente de luz y vida para nuestro planeta.

Irónicamente, al tiempo que esta maravilla cósmica nos dejaba pasmados y asombrados, se engendraban dos “fenómenos” en el marco de las políticas públicas del Estado de Chile, que venían a opacar el desarrollo de la institucionalidad cultural de nuestro país. Ante la sorpresa de quienes observan la conducta del Estado chileno en el quehacer patrimonial y cultural, dos servicios públicos, el Consejo de Monumentos Nacionales y BancoEstado, cual fría y pequeña luna, despojaban de luz a proyectos emblemáticos: el último edificio de la Villa San Luis en Las Condes y el apoyo financiero a la producción cinematográfica nacional.

Resulta una dramática paradoja que, la naciente institucionalidad cultural,  representada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, quede opacada ante decisiones de naturaleza evidentemente economicistas y cortoplacistas, que ponen el foco en la generación o ahorro de recursos financieros por sobre el imperiosamente ético y político del desarrollo humano de nuestra sociedad. 

En este contexto, reconocer nuestro patrimonio cultural como bien público significa que estos constituyen espacios de reflexión, reconocimiento, construcción y reconstrucción de las diversas identidades que componen nuestro ser nacional. Asimismo, el principio de la memoria histórica, constituye el pilar fundamental de la cultura y patrimonio intangible de la nación, que se recrea y proyecta en un permanente respeto a los Derechos Humanos, la diversidad, la tolerancia, la democracia y Estado de Derecho. Sin duda, estas finalidades y principios se han visto violentamente vulnerados, no por errores o vacíos en la legislación aprobada, sino derechamente por una gestión pública que ha operado al margen de la normativa vigente.

Lamentable mes para nuestra cultura. Mientras todos nos maravillamos con el eclipse solar, vemos cómo decisiones políticas, inspiradas en razones de orden estrictamente económico, oscurecen nuestro acervo cultural y patrimonial. La orden de demolición del último edificio de la Villa San Luis en Las Condes, aprobada por el Consejo de Monumentos Nacionales, y la decisión de BancoEstado de terminar con el programa de financiamiento al cine chileno, son una dramática muestra de aquello.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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