El timonel de la Falange, Fuad Chahin, dijo que Castillo con su frase sobre los consultorios demostró “indolencia”, la misma con la que actuó en el caso de Eduardo Frei Montalva. “Ha terminado este difícil tiempo, él ocultó información fundamental, y eso hizo que la investigación demorara más”, complementó el nietro del expresidente, Eugenio Frei Ortega. Pero la remoción del subsecretario también generó ruido al interior de las filas del oficialismo. En la UDI defendieron a Castillo a brazo partido hasta último momento y atribuyeron su paso al costado a las críticas de RN, como sostuvo la presidenta del gremialismo, Jacqueline van Rysselberghe. Además, la senadora se quejó de que no fueron consultados para definir al reemplazante.
Molestia en la Unión Demócrata Independiente (UDI) y aplausos en la Democracia Cristiana. Así fue recibida en ambos lados del arco político la salida de Luis Castillo de la subsecretaría de Redes Asistenciales, concretada ayer jueves tras sus desubicados dichos sobre la gente que va a los consultorios a hacer “vida social”.
El doctor que volvió al Minsal el 11 de agosto de 2018 para repetirse el plato en la subsecretaría de Redes Asistenciales tuvo una gestión controvertida. En sus espaldas cargaba con un dilema ético-político y judicial, como lo es su implicancia en el caso Frei Montalva, pero una y otra vez el Gobierno lo blindó ante la arremetida de la DC que pidió en todos los tonos su salida. Además, pese a estar vetado en el Congreso, protagonizar una “guerrilla interna” con el exministro Emilio Santelices y enfrentar denuncias de despidos por razones políticas, Castillo siempre zafó. Hasta ayer, tras sus polémicos dichos expresados en una entrevista con la Radio Santa María en la Región de Aysén.
«Las cosas caen por su propio peso», comentó Fuad Chahin, presidente de la DC, aplaudiendo la decisión gubernamental. «El Gobierno se demoró demasiado, lo transformó en una verdadera piedra en el zapato que dificultaba la gestión del Ministerio de Salud», dijo el exdiputado en Tele 13 Radio.
Chahín añadió respecto a la frase de los consultorios de Castillo que esto «lo único que demuestra es que hay una falta de empatía, que hay una falta de sintonía con la gente, una indolencia». Y sostuvo que con esa misma indolencia, Castillo actuó en el caso de Eduardo Frei Montalva.
«Siempre sostuvimos que el cuestionamiento a Castillo no era del punto de vista penal, sino que del punto de vista ético (…) éticamente no estaba habilitado para ejercer un cargo de autoridad como ser subsecretario», agregó el presidente de la falange.
En la misma línea, Eugenio Ortega Frei también destacó la salida de Castillo e insistió en que sobre el médico pesaba una carga ética que el Gobierno no podía seguir soslayando. “Ha terminado este difícil tiempo, él ocultó información fundamental, y eso hizo que la investigación demorara más”, planteó el nieto del asesinado expresidente.
Pero la salida de Castilllo además generó ruido al interior de las filas del oficialismo. Durante la jornada de ayer, desde Renovación Nacional pidieron la cabeza del médico, sumándose a los llamados de la oposición. Por el contrario, en la UDI optaron por alinearse con el subsecretario y la presidenta del gremialismo, Jacqueline van Rysselberghe, le prestó todo el apoyo. Pero finalmente el hilo terminó cortándose por Castillo.
“Yo creo que él es un buen subsecretario, quedó demostrado en el primer Gobierno de Sebastián Piñera. Pero creo que en esta vuelta, con las críticas de parlamentarios de nuestro propio sector, él dijo que esto era insostenible y que prefiere dar un paso al costado. Él estaba bastante cansado de toda esta situación», dijo la senadora UDI a Radio Cooperativa.
Finalmente, la UDI tuvo que resignarse con la salida de Castillo, pero se abrió un nuevo flanco: el nombramiento en su reemplazo de Arturo Zúñiga, exjefe de gabinete del actual ministro de Salud, Jaime Mañalich, durante el primer gobierno de Piñera. De hecho, la senadora admitió a La Tercera que dicha designación “nos causó sorpresa y nos habría encantado haber podido dar nuestra opinión”.
Si bien la idea del Gobierno era cuidar los equilibrios, para no repetir la molestia gremialista que se desató con el cambio de gabinete de junio, el tiro le salió por la culata. Según el Ejecutivo, Zúñiga es militante UDI, pero en el partido aseguran que eso fue en el pasado, porque nunca refichó.