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Radiografía de la desigualdad: más de la mitad de los trabajadores asalariados no puede sacar a una familia promedio de la pobreza MERCADOS

Radiografía de la desigualdad: más de la mitad de los trabajadores asalariados no puede sacar a una familia promedio de la pobreza

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En noviembre de 2018, la línea de la pobreza por ingresos en Chile, para una familia promedio de 4 personas, era de $430.763. Si tomamos en cuenta –según un reciente estudio de Fundación Sol– que más del 50% de los trabajadores chilenos asalariados que trabajan en el sector privado gana menos de $400 mil, la posibilidad de estos empleados de sacar a su familia de la pobreza sería prácticamente nula. En un escenario de bajos sueldos, ¿de dónde proviene el poder adquisitivo de bienes y servicios? De las cuotas. «Chile ha crecido gracias al endeudamiento y eso es lo que dinamiza falsamente la economía», advierte el investigador Marco Kremerman.


Sin lugar a dudas, uno de los zapatos chinos del Gobierno de Sebastián Piñera ha sido el empleo, lo que está relacionado con el complejo escenario económico que enfrenta el país. Lo anterior, teniendo en cuenta el constante descenso en las expectativas de crecimiento, lo que ha diluido la promesa de los «tiempos mejores».

La imagen de Piñera se ha visto golpeada: el ADN de su promesa económica fue retomar el crecimiento, algo que ha estado lleno de baches desde que aterrizó en La Moneda en marzo de 2018. Y la meta parece inalcanzable en el corto plazo. Todo, en un contexto en que el semestre acaba de cerrar con un crecimiento de 1,8% y el desempleo se mantiene en el rango de 7%.

En medio de este panorama, la Fundación Sol acaba de terminar un estudio, en donde el foco está puesto en los trabajadores asalariados, los que aun trabajando a jornada completa estarían en la línea de la pobreza, sin posibilidad real de salir de allí. En otras palabras, una radiografía de la desigualdad.

Según este informe, el 50% de los de los trabajadores chilenos asalariados que trabajan en el sector privado gana menos de $400 mil y 7 de cada 10 empleados ganan menos de $550 mil líquidos al mes.

En noviembre de 2018, la línea de la pobreza por ingresos en Chile para una familia promedio de 4 personas, era de $430.763. Lo anterior quiere decir que el 57% de los empleados del país se vería incapacitado económicamente para mantener un hogar (64% en el caso de las mujeres y 52% para los hombres), por lo que la posibilidad de estos empleados de sacar a su familia de la línea de la pobreza sería prácticamente nula.

En un entorno de bajos salarios ya generalizado, el investigador de la Fundación Sol, Marco Kremerman, en conversación con El Mostrador Mercados, sostiene que, si bien «estos resultados no sorprenden, lo curioso es que cuando se publican sí sorprenden, en el sentido de que siempre se ha tratado de invisibilizar lo bajos que son los salarios en Chile».

La comparación también es parte de la vara para medir la calidad de los salarios de las empresas en el país. En el sector público se gana 16,3% más que aquellos que trabajan en el sector privado.

El informe de Fundación Sol también configura cierto grupo “privilegiado” de trabajadores, aunque sus salarios están lejos de los quintiles más altos. Solo el 20,2% de la población gana más de $750 mil líquidos y, de paso, existen más de 770 mil subempleados, y el 50% de ellos gana menos de $150 mil mensuales.

El trabajo informal también preocupa. Se registran 1,1 millones de asalariados que no tienen contrato de trabajo, y el 80% gana menos de $412 mil. «Las autoridades han tratado de esquivar las medidas que hay que tomar porque no son sencillas. Son medidas de carácter político que dan mayor poder al trabajo en Chile», asegura el economista.

El problema, añade, es que el tema de los salarios en Chile se traspasa de gobierno a gobierno, teniendo estándares tan bajos de sueldo mínimo, que el mayor crecimiento país –cuando este se genera– no se ve reflejado en mejores sueldos. «Aunque se crezca harto o poco, los resultados son prácticamente los mismos», apunta.

Endeudarse para crecer

En un escenario de bajos sueldos, ¿de dónde proviene el poder adquisitivo de bienes y servicios? De las cuotas. Y es que el estudio pone en perspectiva otro factor: Chile ha crecido gracias al endeudamiento.

Es precisamente eso lo que, de acuerdo a Kremerman, dinamiza falsamente la economía. «En Chile hay más de 11 millones de personas mayores de 18 años endeudadas, de las cuales 4 millones 600 mil personas están morosas, vale decir, ni siquiera pueden pagar la deuda que han contraído», detalla.

Se trata de un fenómeno que ha tomado características estructurales. De hecho, para el tramo de edad entre 25 y 44 años, mientras se contabilizan 3,45 millones de ocupados (tienen trabajo), se registran 2,37 millones de morosos, lo que equivale a casi un 70%. Además, el 73,7% de los morosos a nivel general ha permanecido en morosidad y no salió de esa condición en el último año.

Según el Sistema de Cuentas Nacionales del Banco Central de Chile, para el primer semestre del 2019, la deuda total de los hogares asciende a un 73,5% de sus ingresos disponibles anuales. Para el 2003, esta era del 38%.

En el Gran Santiago, las 10 comunas que presentan mayor nivel de personas morosas en relación con el total de habitantes son: Lo Espejo, San Ramón, El Bosque, La Pintana, Conchalí, Cerro Navia, La Granja, Pedro Aguirre Cerda, Lo Prado y Renca. Todas estas comunas precisamente concentran un mayor número de hogares que registran ingresos medios o bajos, y el porcentaje de personas morosas se ubica entre 38% y 33% de sus habitantes.

«Al Gobierno ya lo está afectando. Los empleos que se crean son menos que los prometidos y la calidad también es bastante precaria», sostiene Kremerman.

El ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg –agrega el investigador– «está haciendo algo que es bastante grave y peligroso, que es dejar de utilizar los resultados de la encuesta de empleo del INE para comentar qué está pasando con el empleo, porque dice que las encuestas están subrepresentadas porque no toman el efecto migrante. Sin embargo, lo que nosotros mostramos es que, comparando los datos de la encuesta de ingresos que publicamos con los datos administrativos, vemos que incluso las encuestas están arrojando datos salariales superiores a los registros administrativos. Entonces, ahí da cuenta de que el Gobierno está teniendo un problema importante para tratar de aminorar este problema y no está siendo lo suficientemente honesto para hacer las comparaciones adecuadas», explica.

El economista añade que la mezcla puede ser una bomba de tiempo: bajo crecimiento, problemas en la economía internacional, bajos salarios y alto endeudamiento. «Y si a eso le agregamos las pensiones que año a año siguen bajando, el cuadro es bastante difícil, incluso si no se hacen cambios estructurales», concluye.

Revise el estudio completo aquí.

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