El académico de la PUC asegura que respecto al metal rojo hay dos problemas: uno coyuntural, que tiene que ver con eventuales nuevas bajas en el precio, en un escenario de guerra comercial que parece, día a día, hora a hora, impredecible. Y, por otro lado, un debate en torno al terror colectivo que genera el descenso del principal producto exportado a China, pero que se relaciona con una discusión mucho más profunda acerca de cuál es el valor agregado de nuestra economía. Mientras tanto, hay poco que podamos hacer.