La película de los directores Carlos Vásquez y Teresa Arredondo, se estrena el próximo 7 de noviembre, precedida de premios en los festivales de cine de Valdivia, Fidocs, Mar del Plata y Marsella. Dueña de una estética sosegada, se basa en la investigación judicial del caso, llevada a cabo por el ministro Carlos Aldana, quien entregará su sentencia en los próximos días.
Un documental sobre el asesinato de 19 trabajadores de una papelera a manos de Carabineros, ocurrido poco después del golpe militar de 1973 en Laja, será estrenado el próximo 7 de noviembre.
Se trata de Las cruces, de los directores Carlos Vásquez y Teresa Arredondo, que viene precedido de premios en los festival de cine de Valdivia, Fidocs, Mar del Plata y Marsella.
Dueño de una estética sosegada, se basa en la investigación judicial del caso, llevada a cabo por el ministro Carlos Aldana, quien entregará su sentencia en los próximos días.
Las Cruces -Trailer from dereojo comunicaciones on Vimeo.
En septiembre de 1973, los 19 trabajadores de la papelera fueron detenidos y llevados a la tenencia de Laja, en la Región del Biobío. Seis años después, sus cuerpos fueron encontrados en el cementerio de Yumbel.
Luego de casi 40 años, uno de los policías involucrados rompió el pacto de silencio que habían hecho la noche de la matanza y dio a conocer la participación de la firma que empleaba a los trabajadores en el asesinato.
Ese fue uno de los hechos que captó la atención de los directores, para quienes resultó decisivo conocer a los familiares de las víctimas.
Una de las características del filme es que los cineastas eligieron narrar los hechos, entre otros aspectos, desde los testimonios judiciales de los propios policías involucrados.
«Las lecturas las realizan lugareños de Laja y San Rosendo. Las voces de los lugareños, mientras se mueven y leen lo que allí se describe, sus pausas, sus errores, su dicción, la belleza de su acento sureño … Eso es lo que hace que los documentos cobren vida», señala Vásquez.
Arredondo recuerda que esto fue lo más duro.
«Desde el comienzo sabíamos que serían personas del mismo pueblo donde vivían las víctimas quienes harían las lecturas. Pero nos impusimos una condición: no incluiríamos a familiares directos de las víctimas en las sesiones de lectura».
Fue difícil encontrar personas que pusieran sus voces para el film. Si bien ellos están interesados en el tema, la mayoría aún tiene miedo de hablar y tomar una posición. Toda la economía del área está respaldada por la CMPC, advierte.
«Lo que se lee es brutal, que estas personas hayan accedido a colaborar en este proyecto para darle vida a ese archivo judicial frío y técnico fue un gesto del que estaremos eternamente agradecidos, porque fue difícil, constatamos en ese ejercicio cómo estos hechos afectan profundamente a la comunidad de Laja y San Rosendo en el presente. Todas las personas de los pueblos de Laja y San Rosendo que participaron en la película son personas muy valientes», subraya la directora.
La película aborda así una historia que aún resuena en el paisaje circundante a Laja y San Rosendo, en «un paisaje despojado de toda inocencia», en palabras de Vásquez.
«Los familiares padecen aún las consecuencias de todo lo sucedido hace más de 40 años, llevan esa cruz encima, un estigma. Queríamos registrar el eco de aquellos sucesos en el presente, para eso es necesario permitirle al espectador ver en profundidad, oír con atención, y el tiempo es muy importante si quieres hacer una película abierta, donde el espectador es invitado a completar con su propia lectura de los elementos que se despliegan en la sala», remata.
En ese sentido, para Arredondo el documental plantea muchas preguntas y algunas reflexiones no concluyentes.
«Algo que no deja de sorprendernos cada vez que la vemos es constatar lo que decía Hannah Arendt: la banalidad del mal en contextos de totalitarismo es una realidad», expresa. «El caso Laja ha sido, durante muchos años, un caso de Derechos Humanos de alto impacto en Chile. También es uno de los pocos casos que vincula claramente a una empresa privada en crímenes de lesa humanidad».
Para ella, la película no busca justicia y está, más modesta y radicalmente, determinada a ofrecer una interpretación de una historia aterradora al tiempo que intenta devolver un paisaje a sus habitantes. Esto quizás esté relacionado con lo que dijo Walter Benjamin: «No hay documento de cultura que no lo sea, al mismo tiempo, de barbarie».
¿Cómo creen que Chile ha abordado la memoria histórica de las violaciones a los Derechos Humanos?
«Comparativamente con otros países con situaciones similares como España o Argentina, creemos que se han hecho esfuerzos, pero han sido insuficientes», responde el productor Claudio Leiva.
«Es todo muy cosmético, muchas penas pero leves y, en ocasiones, como en la matanza de Laja y San Rosendo, los verdaderos instigadores y cómplices de este crimen aún siguen libres y siguen acumulando poder. En este contexto moral, hablar de reconciliación desde ciertos sectores de la derecha política y económica es inmoral. Sin justicia verdadera es imposible que haya perdón», concluye.
FICHA TÉCNICA LARGOMETRAJE DOCUMENTAL LAS CRUCES
Título: Las Cruces
Año: 2018
Duración: 80 minutos
Formato Filmación: 16 mm
Tipo de Filme: Documental
Directores: Teresa Arredondo y Carlos Vásquez Méndez
Productores: Claudio Leiva Araos y Patricio Muñoz G.
Fotografía: Carlos Vásquez Méndez
Sonido: Andrea López Millán
Montaje: Carlos Vásquez Méndez, Martín Sappia [EDA]
Postproducción Imágen: Kiné Imágenes (Daniel Dávila)
Postproducción Sonido: Sonamos (Roberto Espinoza)