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Que sea lo que Dios quiera Opinión

Que sea lo que Dios quiera

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Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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El panorama internacional para nuestros equipos hace rato que dejo de ser halagüeño. Más bien es de preocupación por el nivel de juego e inversión. Mientras brasileños, colombianos y argentinos se refuerzan hasta los dientes, nuestras escuadras hacen los que pueden, tratan de seducir y buscar a jugadores que ya dieron su máximo potencial y que en una de esas se pueden convencer de venir a Chile. Por eso que sea lo que Dios quiera en la Libertadores y Sudamericana.


Todos los años esta frase tiene más sentido y claridad sobre la participación de los equipos chilenos en los torneos internacionales: Libertadores y Sudamericana. Las excusas serán las mismas de siempre, que no se puede competir contra los presupuestos de equipos brasileños, argentinos y colombianos; que los precios que se pagan en el continente están fuera del alcance nacional, etc, etc.

Comencemos por la Copa Libertadores, que en las últimas ediciones reparte jugosos premios. Tanto cruzados como albos tienen asegurados 3 millones de dólares por formar parte de la zona de grupos y a eso, hay que sumar las recaudaciones y otros premios si avanzan a octavos. Al campeón chileno le tocó un grupo muy bravo: Gremio, América de Cali y posiblemente el ingreso de Inter de Porto Alegre. Los dos equipos brasileños tendrían que avanzar y el tercer lugar pelearlo la UC y así tratar de caer en la Sudamericana.

Y como esta lucha es sin cuartel, Gremio ya contrató a Lucas Silva, quien tuvo pasos por Real Madrid y Olimpique de Marsella. Por su parte, América de Calí repatrió al delantero Adrían Ramos, que- entre otras camisetas- defendió al Borussia Dortmund y Granada. Es cierto que el comprar y adquirir jugadores de renombre no garantiza el éxito, pero sí ayuda a acercarse bastante a ello y por eso, este tipo de instituciones invierte fuerte. No se puede competir contra esos mercados, donde, promedio, los jugadores tienen sueldos que superan los 50 o 60 mil dólares mensuales.

[cita tipo=»destaque»]Colo Colo pareciera tener un grupo un poco más amigable, pero por nada tiene asegurada la opción concreta de avanzar. Peñarol, Atlético Paranaense y Jorge Wilstermann son los rivales del equipo de Mario Salas. Ir al Centenario siempre es un dolor de cabeza para los equipos nacionales, el Paranaense dio un paso cualitativo de crecimiento al coronarse monarca de la Sudamericana el 2018 y ganar la Suruga el 2019. Wilstermann tiene tradición copera y en su cancha de Cochabamba se hace muy fuerte. Uno de los grandes objetivos de Mario Salas para este 2020 es, precisamente, lograr avanzar a octavos. De no hacerlo, seguramente el crédito en Macul se acaba, ya que en el papel, le han traído jugadores de experiencia como Fernández, Valencia, Fuentes y Pinto.[/cita]

Pero claro, todavía quedan épicas y gestas por contar. La Católica viene trabajando a nivel local muy bien hace rato, pero debe mejorar en la escena internacional. La llegada de Holan es una interesante variable para tratar de ascender en el escenario continental. ¿Exigir algo? Por ahora muy complejo, tomando en cuenta que una de las políticas prioritarias en San Carlos es mantener la base o columna vertebral y, en la medida que la billetera aguante, poder incorporar algunos jugadores que se adapten rápidamente a la idea club.

Colo Colo pareciera tener un grupo un poco más amigable, pero por nada tiene asegurada la opción concreta de avanzar. Peñarol, Atlético Paranaense y Jorge Wilstermann son los rivales del equipo de Mario Salas. Ir al Centenario siempre es un dolor de cabeza para los equipos nacionales, el Paranaense dio un paso cualitativo de crecimiento al coronarse monarca de la Sudamericana el 2018 y ganar la Suruga el 2019. Wilstermann tiene tradición copera y en su cancha de Cochabamba se hace muy fuerte. Uno de los grandes objetivos de Mario Salas para este 2020 es, precisamente, lograr avanzar a octavos. De no hacerlo, seguramente el crédito en Macul se acaba, ya que en el papel, le han traído jugadores de experiencia como Fernández, Valencia, Fuentes y Pinto.

Lo de Palestino ante el desconocido Cerro Largo uruguayo, debería ser una llave que podrían sacar adelante y así aspirar a poder alcanzar zona de grupos, tal como lo hicieron de manera brillante en la temporada 2019 dejando fuera al DIM colombiano y Talleres de Argentina. Palestino hizo una muy buena Libertadores el año pasado y bien pudo acceder a la siguiente ronda. Lo del Chile 4 -el papelón dirigencial que implica a azules e hispanos- ya sabemos que deberá medir fuerzas ante el poderoso Inter de Porto Alegre. En el fútbol todo puede pasar, pero sea quien sea el rival, los colorados de Porto Alegre por lejos tienen la primera opción de ganar.

En la Copa Sudamericana, el sorteo de llaves es muy distinto. Partiendo por los itálicos que confían en el fútbol de Paqui Meneghini para dejar en el camino a Real Garcilaso, que días después del sortero cambió de nombre a Cusco FC. Llave pareja. Huachipato deberá enfrentarse al Deportivo Pasto que finalizó 14 en su liga, aunque eso no es para mirar en menos al cuadro que milita en la frontera con Ecuador.

Coquimbo Unido, que vio partir a Patricio Graff, tendrá que dejar fuera de camino al Aragua de Venezuela y claramente la llave más dura, otra vez, le tocó a Unión La Calera, ya que su rival será ni más ni menos que Fluminense, uno de los equipos fuertes del fútbol carioca.

El panorama internacional para nuestros equipos hace rato que dejo de ser halagüeño. Más bien es de preocupación por el nivel de juego e inversión. Mientras brasileños, colombianos y argentinos se refuerzan hasta los dientes, nuestras escuadras hacen los que pueden, tratan de seducir y buscar a jugadores que ya dieron su máximo potencial y que en una de esas se pueden convencer de venir a Chile. Por eso que sea lo que Dios quiera en la Libertadores y Sudamericana.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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