Opinión
Queda esperar que la Sala del Senado confirme la votación de un proyecto que nació hace más de 13 años, que ha dormido continuamente el sueño de los justos y que solo pudo despertar gracias al gran estallido social del 18 de octubre. De ser así, lo que viene sería una gran renovación, pues los que se retirarían son políticos de gran ascendencia en sus partidos, los que eran jóvenes a principios de los 90, cuando se retomó el camino democrático y se diseñó la transición. Han sido, guste o no la palabra, sus operadores.
La comisión de Constitución del Senado aprobó hace pocos días un proyecto de reforma que limita la reelección de parlamentarios y de otras autoridades, tales como alcaldes y concejales. Esta ley no solo pondrá coto a la reelección, sino que opera con retroactividad para aquellos que cumplan dos periodos consecutivos en el Senado y tres en la Cámara de Diputados. Es el fin de una generación de políticos que han envejecido junto a millones de chilenas y chilenos desde el plebiscito de 1988. No son solo 30 años, es una cultura política la que se va.
De aprobarse en el Congreso dicha reforma, son Jorge Pizarro (DC), Guido Girardi (PPD), Juan Pablo Letelier (PS), Alejandro Navarro, Víctor Pérez (UDI), Carlos Bianchi y Andrés Allamand (RN), los senadores que deberán dejar sus cargos en marzo de 2022. Eso, sumado a la renuncia voluntaria del socialista Carlos Montes, que el fin de semana confirmó que no irá a la reelección de su escaño por Santiago Oriente. Todos, retiros que, de concretarse, cambiarán absolutamente el cuadro de jerarquías y lealtades de la Cámara Alta en el futuro.
Lo que viene sería una gran renovación, pues los que se retiran son políticos de gran ascendencia en sus partidos, son los que eran jóvenes a principios de los 90, cuando se retomó el camino democrático y se diseñó la transición. Han sido, guste o no la palabra, sus operadores.
[cita tipo=»destaque»]La mayoría de estos senadores han sido presidentes o vicepresidentes de sus partidos, han concentrado gran parte del poder político en los últimos 25 años. Son y han sido caudillos en sus regiones y de sus áreas de influencia, lo cual les ha valido más de algún proceso. Han “estimulado” diputados, “propuesto” alcaldes y concejales y más de algún ministro o intendente.[/cita]
Desde la política de los acuerdos hasta los pactos que han delineado el sistema político que hoy cruje, todos ellos –tanto como diputados jóvenes y luego como senadores– dieron vida al modelo político y económico en épocas donde la “cocina” era la normalidad, igual que el ser prácticamente designado gracias al sistema binominal. Cómo no recordar cuando Allamand fue hábilmente designado al Senado por la circunscripción de Valdivia y Osorno, al postular sin competencia de la UDI en su propia lista el año 2005.
La mayoría de estos senadores han sido presidentes o vicepresidentes de sus partidos, han concentrado gran parte del poder político en los últimos 25 años. Son y han sido caudillos en sus regiones y de sus áreas de influencia, lo cual les ha valido más de algún proceso. Han “estimulado” diputados, “propuesto” alcaldes y concejales y más de algún ministro o intendente.
Guido Girardi es el PPD y, con él fuera del Parlamento, la pérdida de influencia de ese partido será notoria y, evidentemente, serán otros actores como Felipe Harboe los que se beneficiarán de su retiro involuntario. Para el PS, la salida de Montes implica la pérdida del único senador de la Región Metropolitana, que tiene el prestigio entre sus pares y, además, un peso no menor en lo legislativo.
Hay que estar o vivir en regiones para saber cuánta influencia tiene un senador. Durante los gobiernos de Michelle Bachelet, en Coquimbo no se movía una hoja sin la anuencia de Jorge Pizarro, lo mismo en Rancagua con Letelier o, en su minuto, con el senador Navarro cuando aún era parte del PS en la Región del Biobío.
Junto con estos senadores, tendrán retiro involuntario Patricio Melero (UDI), José Miguel Ortiz (DC) y René Manuel García (RN), todos con ¡30 años en la Cámara! A ellos se suman otros, con menos tiempo en sus escaños pero que también cumplirán el 2022 con los tres períodos de límite: Pepe Auth, Juan Luis Castro (PS), Fidel Espinoza (PS), Cristina Girardi (PPD), Hugo Gutiérrez (PC), María José Hoffmann (UDI), Pablo Lorenzini (DC), Fernando Meza (PR), Manuel Monsalve (PS), Marcela Sabat (RN), Marcelo Schilling (PS), Alejandra Sepúlveda (RN), Gabriel Silber (DC), Guilliermo Teillier (PC), Ignacio Urrutia (Partido Republicano) y Matías Walker (DC), entre otros.
Probablemente, algunos de estos diputados y diputadas probarán suerte como aspirantes al Senado, sería lo natural para los que llevan años viendo cómo nada se mueve sobre ellos. Podría ser el caso de Espinoza, Castro o Monsalve en el PS, cuyos distritos coinciden con sus regiones en la próxima elección. Lo mismo para Sepúlveda, Girardi, Auth, Sabat, Silber, Teillier y Walker, todos de regiones “pares” con elección senatorial este 2022.
Sin duda, para la cultura comunista la merma más importante es la figura principal del partido: Guillermo Teillier, que con su retiro forzado de la Cámara estimularía definitivamente al cambio generacional que tanto se espera en los comunistas, específicamente en materia de flexibilidad doctrinaria y política. Con un Hugo Gutierrez fuera, la bancada tenderá a buscar otro equilibrio.
Únicamente queda esperar que la sala del Senado confirme la votación de un proyecto que nació hace más de 13 años, que ha dormido continuamente el sueño de los justos y que solo pudo despertar gracias al gran estallido social del 18 de octubre.
