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Crisis y la dimensión local de la política Opinión

Crisis y la dimensión local de la política

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Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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Si es populismo o tiene asidero científico lo que proponen los alcaldes, no ha sido lo central, dado que generalmente sus propuestas terminan siendo las alternativas que implementa finalmente el Gobierno nacional y eso es un hecho comprobable e irrefutable. ¿Por qué en los municipios se gestan alternativas de solución a problemáticas nacionales? ¿Es populismo o es que el sentido común y la intensidad de la acción colectiva llevan a configurar, desde lo local, alternativas de solución con mucha más pertinencia y simpatía ciudadana? Es en este espacio que se encuentra aquello que se perdió en la política, la mirada a los ojos, la empatía ante la pobreza, el sentido común, la voz de la vulnerabilidad social, que a nivel local tiene nombre, rostro y domicilio conocido.


A partir de la propagación más intensa del coronavirus, las instituciones políticas nacionales y subnacionales se han puesto a prueba para enfrentar esta crisis mundial. Las autoridades políticas y públicas de distintos niveles de Gobierno, han tenido que debatir sobre cuáles son las mejores decisiones y también sobre “la oportunidad de la decisión”. Es decir, qué tan a tiempo y oportunas pueden ser las medidas impulsadas por países y autoridades frente a problemáticas tan complejas, impredecibles y masivas como esta.

En este escenario, en algunos países como México, Paraguay, Estados Unidos y particularmente en Chile se ha visto a autoridades nacionales y locales compartiendo el diagnóstico de la crisis, pero discrepando sobre la intensidad, oportunidad y tipo de medidas que se adoptan para mitigarla.

Al igual que el 18 de octubre, los alcaldes en Chile han tenido un protagonismo importante ante la opinión pública, proponiendo –en medio de la pandemia– alternativas de solución con apoyo popular o, al menos, que parecen tenerlo.

Si es populismo o tiene asidero científico lo que proponen los alcaldes, no ha sido lo central, dado que generalmente sus propuestas terminan siendo las alternativas que implementa finalmente el Gobierno nacional y eso es un hecho comprobable e irrefutable. ¿Por qué en los municipios se gestan alternativas de solución a problemáticas nacionales? ¿Es populismo o es que el sentido común y la intensidad de la acción colectiva llevan a configurar, desde lo local, alternativas de solución con mucha más pertinencia y simpatía ciudadana?

[cita tipo=»destaque»]De esta crisis sanitaria se saldrá definitivamente con evidencia científica, de eso no hay duda, pero también se puede mitigar el proceso junto a la comunidad y sus líderes. No perdamos la oportunidad de reconstruir el tejido político desde abajo, pero no desde la mirada displicente del que dirige desde arriba o desde Santiago. Porque algo se ha demostrado en estos meses y es que no se sabe más de una problemática compleja por vivir en la capital, tener un PhD o trabajar en el nivel central del Gobierno, muy por el contrario, se enfrenta mejor una problemática compleja compartiendo conocimiento.[/cita]

Lo cierto es que la dimensión local de la política, en la figura de los alcaldes, ha tomado un alto protagonismo desde octubre y lo sigue demostrando hasta hoy. Cabe recordar que la dimensión “local del desarrollo” tomó un sentido histórico, nacido a partir de la II Guerra Mundial, producto de la necesidad de replantearse la forma de enfrentar el desequilibrio en el crecimiento económico, que habían experimentado los países desarrollados entre sus áreas industrializadas y las demás zonas de población. Es probable que ahora no se trate de una crisis económica lo que ha llevado a valorar lo local, sino que una crisis de la propia política lo que está produciendo que, en este espacio, se reconstruya con algo de sentido para los ciudadanos.

Es probable que frente a la crisis y la fragmentación general que experimenta la política, la necesidad de hacer frente a problemáticas públicas y complejas, ha hecho recuperar la confianza en la vida cotidiana, en las relaciones cara a cara, en el barrio, en la comuna, en lo que nos dice el sentido común para formular políticas públicas y, por cierto, quienes conviven día a día con ese contexto son los alcaldes. Es de extrema relevancia lo que hoy está pasando, especialmente para la recuperación y revitalización de los espacios locales como primer punto de respuesta a problemáticas complejas.

De esta crisis sanitaria se saldrá definitivamente con evidencia científica, de eso no hay duda, pero también se puede mitigar el proceso junto a la comunidad y sus líderes. No perdamos la oportunidad de reconstruir el tejido político desde abajo, pero no desde la mirada displicente del que dirige desde arriba o desde Santiago. Porque algo se ha demostrado en estos meses y es que no se sabe más de una problemática compleja por vivir en la capital, tener un PhD o trabajar en el nivel central del Gobierno, muy por el contrario, se enfrenta mejor una problemática compleja compartiendo conocimiento.

Es ese estilo de gobernanza, de gestión basada en la confianza en el otro, el que debe traducirse en diseños institucionales más descentralizados y flexibles que permitan a municipios colaborar de manera proactiva en la solución a esta y otras situaciones de crisis. Es una oportunidad también para nuestras instituciones públicas de comprender que nadie tiene el patrimonio de solucionar problemas complejos sin la debida articulación con otros actores y con la comunidad, sobre todo en lo local, el cual se ha transformado en un espacio de innovación y resiliencia frente a problemas complejos y globales.

Parece que en este espacio se encuentra aquello que se perdió en la política, la mirada a los ojos, la empatía ante la pobreza, el sentido común, la voz de la vulnerabilidad social, que en el espacio local tiene nombre, rostro y domicilio conocido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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