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La «guerra» contra la pandemia Opinión

La «guerra» contra la pandemia

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Hace más de 30 años, el lingüista George Lakoff y el filósofo Mark Johnson explicaron el poder de las llamadas metáforas estructurales. Se trata de un concepto estructurado metafóricamente en términos de otro. Un ejemplo clásico es cuando consideramos que la discusión es una guerra. “Esta metáfora se refleja en nuestro lenguaje cotidiano en una amplia variedad de expresiones. Vemos a la persona con la que discutimos como un oponente. Atacamos sus posiciones, defendemos las nuestras. Ganamos y perdemos terreno”, explicaron. La principal conclusión de la obra «Metáforas de la vida cotidiana» es que estas “impregnan la vida cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento”.


Mientras “China ganó la batalla”, el resto de los países “combaten un coronavirus que no da tregua”. En Europa “estalló el número de casos”, pero los gobiernos prometen que “darán la pelea”. Llaman a los ciudadanos a “defenderse del virus” y con “las mejores armas”. Solo así podremos “salir victoriosos”. Hace varias semanas el mundo vive una crisis sanitaria, pero el lenguaje que escuchamos proviene de la guerra. ¿Por qué pasa esto?

Seguramente ninguno de nosotros ha ido a una guerra. Mucho menos iríamos con tos seca, fiebre o dificultad para respirar. Honestamente, en ese estado difícilmente tomaríamos una espada, dispararíamos cañones o pelearíamos en un combate. Como la mayoría de las personas que viven en Madrid, llevo varios días encerrado en casa y no tengo síntomas del COVID-19. Hay silencio y preocupación en las calles, no bombas. Hay personas contagiadas y enfermas en los hospitales, no heridos de guerra. El número de fallecidos aumenta, no se “dispara”.

[cita tipo=»destaque»]Las metáforas bélicas son de uso frecuente en el discurso político y han motivado numerosas investigaciones. Para algunos académicos, su empleo es incluso inconsciente en la actualidad. Pero cabe preguntarse si expresiones como “batalla”, “combate”, “estallido”, “enemigo”, “aliado”, “derrota”, “victoria”, “defensa” o “ataque” son adecuadas cuando las autoridades piden calma a sus ciudadanos. Para hacer frente a una pandemia como el coronavirus no solo basta aplicar medidas, el lenguaje también debe ser saludable.[/cita]

Hace más de 30 años, el lingüista George Lakoff y el filósofo Mark Johnson explicaron el poder de las llamadas metáforas estructurales. Se trata de un concepto estructurado metafóricamente en términos de otro. Un ejemplo clásico es cuando consideramos que la discusión es una guerra. “Esta metáfora se refleja en nuestro lenguaje cotidiano en una amplia variedad de expresiones. Vemos a la persona con la que discutimos como un oponente. Atacamos sus posiciones, defendemos las nuestras. Ganamos y perdemos terreno”, explicaron.

La principal conclusión de la obra Metáforas de la vida cotidiana es que estas “impregnan la vida cotidiana, no solamente el lenguaje, sino también el pensamiento”.

A propósito del coronavirus, hay algo que debes saber a esta altura. El uso de metáforas no es solo un recurso literario reservado para los poetas. Políticos y medios de comunicación sacan a menudo el mayor provecho de ellas. No precisamente para embellecer el lenguaje, sino para activar determinados marcos de pensamiento. Una de las metáforas estructurales por estos días: La crisis sanitaria del Coronavirus es una guerra. Según este marco de referencia, hay un enemigo, aliados, posiciones de ataque y defensa, campos de batalla, diferentes armas, vencedores y derrotados.

“Venceremos este virus de manera expedita”, dijo confiado hace unos días el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La unidad, la responsabilidad y la disciplina “son las tres armas más eficaces para responder a este tipo de crisis”, precisó el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez. De forma literal, el mandatario francés, Emmanuel Macron, afirmó que “estamos en guerra”.

En Latinoamérica, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, llamó a todos los peruanos a “estar unidos para combatir el coronavirus”. Para su par de Ecuador, Lenin Moreno, “el mejor aliado será la disciplina y una buena higiene de las manos” y para el mandatario colombiano, Iván Duque, “en la lucha contra pandemia del coronavirus, la información es vital”. Ejemplos sobran en cada intervención sobre el tema.

Las metáforas bélicas son de uso frecuente en el discurso político y han motivado numerosas investigaciones. Para algunos académicos, su empleo es incluso inconsciente en la actualidad. Pero cabe preguntarse si expresiones como “batalla”, “combate”, “estallido”, “enemigo”, “aliado”, “derrota”, “victoria”, “defensa” o “ataque” son adecuadas cuando las autoridades piden calma a sus ciudadanos. Para hacer frente a una pandemia como el coronavirus no solo basta aplicar medidas, el lenguaje también debe ser saludable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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