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La inteligencia territorial como herramienta para combatir al coronavirus Opinión

La inteligencia territorial como herramienta para combatir al coronavirus

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Julio Covarrubia
Por : Julio Covarrubia Director del Diplomado de Inteligencia Territorial y Geomarketing Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile
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El Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Minsal tiene que disponer de los datos actuales que maneja, si es necesario encriptarlos, para poder tener una política más abierta que permita a las universidades y los centros de investigación poder aportar soluciones certeras y rápidas, ya que allí está el pulmón de la investigación en Chile. En síntesis, las herramientas están, solo depende de la autoridad utilizarlas, abrir la data y trabajar con los centros de investigación, el sector privado, las ONG y otros organismos que aúnen esfuerzos para poder salir delante de esta catástrofe humana con la menor cantidad de fallecidos.


Una película de suspenso que se puede convertir en terror. Esa es la situación que se está viviendo en Chile con el coronavirus. Entre los primeros contagiados se trató de casos importados desde España e Italia y, según el Ministerio de Salud, el virus se habría dispersado entre los integrantes de un determinado colegio del sector oriente de la capital. Lo particular de esta situación es que el coronavirus en Chile tiene un origen socioeconómico desigual y, por supuesto, dada la configuración espacial del Gran Santiago, lo desigual es también territorial. Es por ello que, al observar los mapas emitidos por el Minsal de la presencia del virus, se puede observar que estos se alojarían mayormente en el sector oriente de la capital con aún baja dispersión en otros sectores.

Esta localización de un cluster de contagio nos permite analizar la información desde un enfoque espacial de forma estática y dinámica. Estática en los reportes diarios de la localización de los contagiados y la población residente, pero también dinámica porque en un Sistema de Información Geográfica se puede monitorear esa información y asociarla a la población flotante.

Como oportunidad única en la humanidad, nos es posible adelantarnos a las acciones y decisiones de movilidad de las personas, con el desafío de enfrentar esta amenaza como nación. Para ello podemos utilizar las herramientas que nos da la inteligencia territorial.

Actualmente la tecnología móvil da la facultad de establecer la georreferenciación en tiempo real, lo que nos permite saber si las personas están, entre otras cosas cosas, respetando cuarentenas y además generar buffers de restricción para saber cuándo estas personas están violando aquellas zonas, lo cual puede ser indicado a la autoridad por medio de alertas.

Una oportunidad está en mapas de movilidad de la población. Es posible adelantarse a focos de aglomeración, tanto de los centros de salud como de personas circulando en la ciudad. Esa tecnología existe y es momento de utilizarla de manera conveniente para el bien común. También es posible determinar aquellas áreas donde las personas contagiadas no han transitado, para poner mayores esfuerzos en evitar la circulación y montar áreas sin contagio en el país, como, por ejemplo, la isla de Chiloé, los pueblos del Altiplano o pequeños centros urbanos.

Otra aplicación es el monitoreo de cadena de distribución de alimentos de la población. Tener la oferta y la demanda en tiempo real, georrefenciada y en movilidad. De esta manera se pueden evitar las grandes aglomeraciones y comprender las necesidades de abastecimiento en tiempos de cuarentena y posibles toques de queda.

El Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Minsal tiene que disponer de los datos actuales que maneja, si es necesario encriptarlos, para poder tener una política más abierta que permita a las universidades y los centros de investigación poder aportar soluciones certeras y rápidas, ya que allí está el pulmón de la investigación en Chile.

En síntesis, las herramientas están, solo depende de la autoridad utilizarlas, abrir la data y trabajar con los centros de investigación, el sector privado, las ONG y otros organismos que aúnen esfuerzos para poder salir delante de esta catástrofe humana con la menor cantidad de fallecidos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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