La entrevistada agrega que las inversiones sostenibles son una deuda aún pendiente de los inversionistas institucionales chilenos, especialmente las AFP, dado que hoy existe suficiente cantidad de estudios y evidencia que acreditan que, desde el punto de vista del inversionista, las empresas que cumplen con los estándares de las buenas prácticas logran enormes beneficios, de todo tipo, incluyendo el endeudarse a costos menores, lo que se transforma en mejoras para las propias compañías, además de una contribución al medioambiente y a una mayor diversidad. La economista subraya la necesidad de hacer ajustes al mercado de capitales, que las AFP puedan invertir en más instrumentos, en activos alternativos, sobre todo en un ambiente de tasas de interés muy bajas, como el actual, y que se mantendrá por bastante tiempo así.