En un discurso grabado desde La Moneda, el mensaje de Piñera fue exhibido ante la deslucida 75 Asamblea General de la ONU, celebrada este año en forma telemática a raíz de la contingencia del Covid-19. En su intervención, Piñera advirtió que “sólo las soluciones colaborativas y multilaterales nos van a permitir superar esta crisis”, pero además se jugó las cartas de la ambición climática, tal como lo hizo el año pasado ante la misma instancia, y nuevamente recurrió al factor Venezuela, exigiendo el fin del régimen de Nicolás Maduro, con un “gobierno de transición, elecciones libres y democráticas”. Además, dio su versión sobre el estallido social, un tema sensible considerando los informes internacionales que dan cuenta de las violaciones de derechos humanos cometidos desde el 18 de octubre. “El Gobierno escuchó con atención, con sensibilidad y con sentido de urgencia y puso rápidamente en marcha una nueva agenda social”, sostuvo.
Un discurso con mucho foco en el tema ambiental, pero sin mencionar la resistencia de su Gobierno a la firma del Acuerdo de Escazú, una nueva insistencia con la carta de Venezuela, y una férrea defensa de su gestión para el manejo de la pandemia y frente al estallido social, marcó la intervención del Presidente Sebastián Piñera ante la 75 Asamblea General de Naciones Unidas.
En un discurso grabado desde La Moneda, el mensaje de Piñera fue exhibido ante la deslucida asamblea celebrada este año en forma telemática a raíz de la contingencia del Covid-19, luego de las intervenciones de los mandatarios de Brasil, Jair Bolsonaro, de Estados Unidos, Donald Trump, del líder chino, Xi Jinping, y el turco, Recep Tayyip Erdogan, entre otros.
En su mensaje, marcado por la pandemia del coronavirus, Piñera advirtió que “sólo las soluciones colaborativas y multilaterales nos van a permitir superar esta crisis». En este contexto, hizo una cerrada defensa de la gestión de su Gobierno en el manejo del coronavirus, tanto a nivel sanitario como en cuanto a la protección social: “Tres de cada cuatro chilenos están protegidos por esta red de protección social”, sostuvo.
En esta línea, Piñera aseguró que ahora el foco en la necesidad de recuperar la capacidad de invertir, reactivar la economía, recuperar los “casi 2 millones de empleos” perdidos y “poner nuevamente en marcha” a nuestro país, tareas que -según dijo- se estaban cumpliendo.
Pero rápidamente el Mandatario chileno se concentró en el tema ambiental, tal como lo hizo el año pasado en la misma instancia, advirtiendo que “la pandemia y la recesión han desviado el foco de atención del cambio climático hacia los temas sanitarios y económicos, pero esta grave amenaza sigue presente, y nuestra mejor opción es enfrentarlas simultáneamente”.
En este contexto, abordó la “amenaza del calentamiento global” y habló del “compromiso de Chile” con la ambición climática. “Llegó el tiempo de la acción”, dijo en su mensaje, en un llamado a los otros lideres internacionales.
Así, repasó algunos de los avances medioambientales en su período de Gobierno, mencionando que Chile fue uno de los primeros países del mundo en publicar sus compromisos de reducción de emisiones NDC, el impulso de la Ley marco de cambio climático, la meta de transformar a Chile en un país carbono neutral antes de 2050, que implica el fin de las centrales a carbón, y la activación de la electromovilidad y la eficiencia energética y el fin de las bolsas plásticas.
“Estamos construyendo una alianza por la ambición climática” sostuvo, pero sin referirse a la negativa de su Gobierno a suscribir el Acuerdo de Escazú, el primer gran acuerdo ambiental en Latinoamérica y el Caribe y del cual Chile es paradójicamente uno de sus impulsores. De hecho, Cancillería y Medio Ambiente notificaron hoy la negativa a nombre del Gobierno, a través de dos documentos enviados hoy a los parlamentarios de las respectivas comisiones.
Ya en un plano más político, Piñera advirtió a la ONU contra “los autoritarismos y populismos que se han aprovechado de esta crisis” y aseguró que “no podemos sacrificar las libertades”.
Acto seguido, sacó a relucir la carta de Venezuela y su crítica al Gobierno de Nicolás Maduro, un insumo habitual en las intervenciones de Piñera a nivel internacional. Al abordar la situación regional de América Latina, el Mandatario se refirió en especial a la “dramática situación que vive Venezuela , que está sufriendo la más grave crisis política, social, económica y humanitaria de su historia”.
“Estamos convencidos que la mejor solución para solucionar la crisis en Venezuela en la constitución de un gobierno de transición y que realice elecciones libres y democráticas”, añadió Piñera, abogando sí por el fin del régimen de Maduro.
Luego, hubo tiempo para entregar su versión del estallido social, un tema sensible considerando los informes internacionales que dan cuenta de las violaciones de derechos humanos cometidos desde el 18 de octubre.
Según Piñera, pese a los positivos indicadores que ha exhibido el país por décadas, que fueron “resultado del trabajo de muchos gobiernos y de diferentes signos políticos”, hubo una explosión ciudadana y la gente salió a las calles a manifestarse ante demandas insatisfechas. Bajo su mirada, sostuvo que “el Gobierno escuchó con atención con sensibilidad y con sentido de urgencia estas demandas y puso rápidamente en marcha una nueva agenda social”.
Sin embargo, apuntó que “lamentablemente y aprovechándose de estas manifestaciones, grupos minoritarios provocaron en el país una enorme explosión de violencia”, añadiendo que el Gobierno hizo todo para resguardar el orden público y el respeto a los derechos humanos.
En esa línea, prometió que “vamos a hacer todos los esfuerzos para que en Chile no haya impunidad, ni para quienes atentan contra los derechos humanos ni contra los violentistas».
En este contexto, dijo que esta crisis abrió “una oportunidad para lograr un acuerdo constitucional”, refiriéndose al proceso constituyente en marcha. “Estoy convencido que la inmensa mayoría de los chilenos queremos perfeccionar, modernizar o cambiar nuestra Constitución», indicó.