El parlamentario socialista precisó que uno de los problemas de la policía uniformada es que «tiene una cultura instalada» de castigar a los manifestantes y que eso es parte del problema estructural. Reconoció que en el Congreso «no hay un consenso político» sobre la reforma que se debe hacer a Carabineros y agregó que, por otro lado, la prioridad de La Moneda no se halla en esta tarea, sino en «sobrevivir políticamente» hasta el 11 de marzo del 2022, cuando la administración de Sebastián Piñera termina su mandato. Salvo el traslado de la dependencia desde Defensa a Interior, Soto habló de las falencias de los gobiernos de centroizquierda para reestructurar la institución policial e insistió en la importancia vital de crear un Ministerio de Seguridad Pública, para despolitizar la agenda de seguridad ciudadana. Propuso que una comisión de expertos se haga cargo de la reforma a diez años y sentenció que «ha sido fundamental para el nulo avance de la reforma haber tenido tres ministros del Interior».