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EE.UU. dividido: Biden se acerca a la victoria mientras Trump sigue parapetado en su teoría del “fraude” electoral sin dar pruebas MUNDO Crédito: Reuters

EE.UU. dividido: Biden se acerca a la victoria mientras Trump sigue parapetado en su teoría del “fraude” electoral sin dar pruebas

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Después de una campaña muy áspera marcada por la pandemia de coronavirus, las elecciones parecían estar avanzando hacia un tenso desenlace en las próximas horas y quizás días. Todavía hay posibilidades de que Trump gane si se queda con Georgia, donde lidera por 12.800 votos, y Pensilvania, donde está por delante por 108.600 votos, y supera a Biden en Arizona, donde está 68.100 sufragios detrás del republicano, o Nevada, donde el representante opositor aventaja al mandatario por 11.400 votos. Pero los focos de su estrategia final apuntan a presentar varias demandas en estados determinantes y ha pedido un recuento en Wisconsin, aunque algunos expertos legales dijeron que las impugnaciones judiciales probablemente no trastocarán el resultado de las elecciones. Varias han sido rechazadas. «Si contamos los votos legales, ganamos fácilmente», aseguró el actual presidente.


El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, se acercaba el jueves al triunfo en la carrera presidencial estadounidense, mientras funcionarios electorales contaban los votos en un puñado de estados que determinarán el resultado final y el presidente republicano apostaba por una estrategia de demandas.

Biden, exvicepresidente de Estados Unidos, está reduciendo la ventaja que le lleva Trump en Pensilvania y Georgia mientras conserva márgenes reducidos a su favor en Nevada y Arizona.

La tabulación de las papeletas se prolongó en esos estados cruciales dos días después del cierre de las urnas, con partidarios de ambos lados organizando manifestaciones en las principales ciudades en medio del recuento de votos.

Después de una campaña muy áspera marcada por la pandemia de coronavirus, las elecciones parecían estar avanzando hacia un tenso desenlace en las próximas horas y quizás días.

Todavía hay posibilidades de que Trump gane si se queda con Georgia, donde lidera por 12.800 votos, y Pensilvania, donde está por delante por 108.600 votos, y supera a Biden en Arizona, donde está 68.100 sufragios detrás del republicano, o Nevada, donde el representante opositor aventaja al mandatario por 11.400 votos.

Pero parte de los votos restantes en Georgia y Pensilvania están concentrados en áreas que se espera tengan sesgo demócrata, como las zonas de Atlanta y Filadelfia.

Trump, que atacó la integridad del sistema electoral estadounidense durante la campaña, alegó fraude sin aportar pruebas, presentó demandas y acusó a los demócratas de intentar «robar» las elecciones.

De hecho, este jueves, en su primera aparición pública luego de las elecciones del martes, siguió con su teoría: «Los funcionarios demócratas nunca creyeron que podrían ganar estas elecciones, honestamente, realmente es por eso por lo que hicieron papeletas por correo con esta tremenda corrupción».

«Si se cuentan los votos legales, ganamos fácilmente», agregó, sin presentar nuevamente pruebas. Amenaza que si esto sigue, llevará la elección a la Corte Suprema.

Su campaña ha presentado varias demandas en estados determinantes y ha pedido un recuento en Wisconsin, aunque algunos expertos legales dijeron que las impugnaciones judiciales probablemente no trastocarán el resultado de las elecciones.

En breves declaraciones el jueves por la tarde desde su ciudad natal Wilmington, en Delaware, Biden volvió a instar a la paciencia y pidió que se contaran todos los votos.

«No tenemos ninguna duda de que cuando termine el conteo, la senadora Harris y yo seremos declarados ganadores. Por eso les pido a todos que mantengan la calma (…) El proceso está funcionando», dijo Biden a periodistas en referencia a su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris.

Mucho en juego

Lo que está en disputa es si darle a Trump y sus políticas de «Estados Unidos primero» cuatro años más en el cargo después de un primer mandato tumultuoso o recurrir a Biden, una figura que ha estado en el ruedo político estadounidense durante medio siglo y que promete brindar estabilidad en el país y reparar alianzas en el extranjero.

Una de las carreras presidenciales más inusuales en la historia moderna de Estados Unidos se celebró en medio de una pandemia que ha matado a más de 234.000 estadounidenses y ha dejado a millones más sin trabajo. La preocupación por el virus provocó un aumento de la votación por correo y el laborioso conteo ha contribuido a retrasar los resultados.

Para conquistar la Casa Blanca, un candidato debe acumular al menos 270 votos del Colegio Electoral que entregan los estados, los cuales se basan en gran medida en el nivel de población.

La mayoría de las principales cadenas de televisión daban el jueves a Biden una ventaja de 253 votos electorales contra 214 de Trump.

Biden también aventajaba a Trump por más de 3,7 millones de votos a nivel nacional, aunque esto no juega ningún papel al determinar al ganador. Trump perdió el voto popular por alrededor de 3 millones ante la demócrata Hillary Clinton en 2016, pero ganó estados cruciales para llegar inesperadamente a la Casa Blanca.

Trump trata de evitar convertirse en el primer presidente estadounidense en ejercicio en perder una candidatura a la reelección desde que lo hizo el republicano George H.W. Bush en 1992.

El mandatario, acostumbrado a las batallas legales durante su turbulenta carrera empresarial, estuvo el jueves trabajando en la Casa Blanca y siguiendo los acontecimientos por televisión, según dos asesores. Ha hablado con gobernadores estatales, así como con amigos y asistentes, y ha enviado a algunos de sus asesores más cercanos a luchar los votos por él en terreno.

Biden, en tanto, se ha mantenido en su casa en Delaware y ha consultado con asistentes, incluido su asesor legal Bob Bauer.

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