En medio de la crisis interna que vive RN tras la renuncia de tres diputados, la figura del expresidente de la tienda se volvió a asomar luego de un periodo fuera de la primera línea política. Esto último, por haber intentado llevar el partido a identificarse con el Rechazo, previo al plebiscito de octubre.
Las continuas derrotas políticas que ha sufrido el otrora líder del partido no han mermado su interés por insistir en influir en el que fuese su feudo por más de 10 años. Más allá de todo el poder que alguna vez ostentó en la tienda, sus últimos retornos, desde Magallanes, han sido más bien amargos y nada dulces.
En esta oportunidad, Carlos Larraín regresó para intentar —nuevamente— dar vuelta un escenario en el que ya había salido trasquilado, luego que el consejo general de Renovación Nacional votó la prorroga de la actual directiva, sumado al rechazo de pactar con José Antonio Kast.
Pero el exsenador no se da por vencido y, en medio de la crisis que azota hoy al partido presidido por Rafael Prohens, junto a los demás miembros que se alinearon con su infructuoso intento por situar a RN en la vereda del Rechazo, salió a apuntar al actual timonel, acusando falta de liderazgo, entre otras cosas.
En entrevista con T13, Larraín afirmó que el mejor camino para llegar a buen puerto es adelantar las elecciones para la primera quincena de enero de 2021.
“Pienso que debería adelantarse la elección interna para que se decante esta situación. Sería una buena cosa la primera quincena de enero para que termine este interinato y en definitiva las bases puedan votar. En RN siempre los militantes han votado salvo alguna prórroga por una razón de emergencia, pero ahora precisamente las circunstancias recomiendan que el partido tenga una directiva con una base más amplia que la que tiene la directiva actual”, señaló.
Consultado por si estará disponible para competir, en caso de que los comicios se realicen efectivamente en enero como lo señala él mismo, Larraín responde: “Yo he estado disponible todos estos meses para ayudar a salir del entuerto, así es que si en algo puedo ayudar, lo haré con gusto”.
RN pasa por una crisis y una clara división interna que quedó en evidencia ayer cuando, en el grupo de WhatsApp de la comisión política oficialista, hubo un fuerte debate que estuvo marcado no solo por las peticiones para adelantar las elecciones internas, como lo hace hoy Carlos Larraín, sino también por la solicitud para que el diputado Tomás Fuentes -cercano a Andrés Allamand- renuncie a la directiva.
Para el exparlamentario, Renovación Nacional es «un partido muy valioso» que puede perfectamente «reequilibrar el cuadro político». Pero, en estos meses de tanta incertidumbre, dice que debió haberse empeñado a introducir certezas, sin embargo –dijo– «el partido está ahí como flotando, en una nube. Y los diputados están reclamando más dirección. Esto en el cuadro actual es muy negativo».
Cabe mencionar que, en los últimos días, tres diputados de RN han renunciado a su militancia en el partido, lanzando distintas críticas y provocando dicho escenario de crisis interna en la colectividad.
En ese sentido, Carlos Larraín aprovechó para reiterar que el tiempo que se ha tomado el partido para definir si estará disponible o no para pactar con el Partido Republicano de José Antonio Kast, en la lista de integrantes a la Convención Constitucional que serán elegidos el próximo 11 de abril, es un «síntoma malísimo de falta de decisión en tiempos en que hay que decidir cosas y rápido».
«La centroderecha no puede prescindir de ningún grupo que obedezca más o menos a esa definición. Un punto, cuatro puntos, siete puntos son decisivos para la elección de los constituyentes y la operación de la Convención Constitucional va a ser lo más importante que tengamos entre manos por mucho, mucho tiempo”, afirmó.
Este lunes, la comisión política de RN recibió un informe electoral —encargado a la empresa DataCamp— que señala que el impacto de no estrechar la mano con Kast es «acotado» y que se perderían tres escaños.
En enero, Carlos Larraín ya había dado luces de su interés por regresar a la primera línea política, con el objetivo de bloquear el rumbo que Renovación Nacional (RN) había comenzado de la mano de la gestión en la presidencia del partido de Cristián Monckeberg, y que luego profundizó Mario Desbordes, especialmente tras el estallido social de octubre. La presión que ejercieron en ese momento el poderoso extimonel y sus aliados –entre ellos, el entonces senador Andrés Allamand– fue tal, que imprimió al ambiente una supuesta falta de respaldo a la gestión de Desbordes.
Pero la opción de los ahora expresidentes de la colectividad finalmente ganó en el consejo general de RN por sobre la de Allamand y Larraín. Y en esa misma instancia el partido decidió prorrogar las elecciones internas hasta 2021, desechando la primera petición de adelantar las elecciones internas de Carlos Larraín.
En agosto, Larraín ya había propuesto adelantar las elecciones internas y aseguró que el sucesor de Desbordes tenía que estar por el Rechazo a una nueva Constitución. Nada de eso pasó y quedó registrado como un fallido regreso del otrora patriarca de RN. El despliegue público e interno que había hecho las semanas previas no le alcanzaron al extimonel para dar un golpe de poder al interior del consejo y lo despectivo de sus términos en contra de los propios correligionarios, sumado esto a querer torcer la voluntad que habría previamente expresado el consejo nacional, constituyeron parte de los factores que le jugaron en contra al exsenador que hoy dejó nuevamente su silencio, como vimos en esta nota, para volver, ahora sí que sí, a la primera línea política.