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A una semanas de haber asumido, el sucesor de Mario Rozas entregó su parecer sobre varios aspectos. Primero, evitó condenar a priori el actuar de los uniformados en el caso Talcahuano, donde menores de edad terminaron baleados. Respecto de la situación que se vive en La Araucanía, envió una clara señal a las autoridades, indicando que esto se trata principalmente de un conflicto político y social. Finalmente señaló que «debemos hacer un mea culpa», pero agregó a eso que de igual manera habría habido muchos casos que se habrían acusado como verídicos, pero que no lo fueron.
Asumió en uno de los momentos mas delicados de la institución y con la misión de encabezar la reforma interna que se tornó prioridad tras la salida de su antecesor, Mario Rozas, quien tuvo que salir de Carabineros luego de un sinnúmero de hechos que cargaba a su haber, principalmente en materia de violación a los DDHH.
En esta ocasión, y en entrevista con El Mercurio, el general Yáñez evitó condenar a priori el actuar de los uniformados que marcaron dos hitos de interés nacional, como lo son el caso Pío Nono que terminó con un joven en el lecho del río Mapocho, y el de Talcahuano, que resultó con dos menores de edad baleados en un operativo policial.
«Nosotros debemos hacer, como institución, un mea culpa, sin lugar a dudas, respecto a lo que ocurrió. Hay situaciones que están siendo investigadas por la fiscalía, y que tendrán que resolver los tribunales», señaló el oficial.
«Fuimos los primeros en autodenunciarnos y poner ante el Ministerio Público todos los antecedentes. Y si alguien se alejó de los protocolos y de la normativa para actuar, tendrá que responder», añadió.
A pesar de admitir responsabilidad, el general Yáñez agregó, específicamente sobre el caso del joven en el Puente Pío Nono, que «esas son las consecuencias cuando ocurren estos hechos vandálicos. Ese joven estaba cometiendo desórdenes desde mucho antes. Era un blanco de detención por parte del personal».
«Son hechos lamentables, y ahora están en manos de la justicia», remarcó.
Consultado por la situación en La Araucanía, la señal fue clara y apuntó a un tema de carácter político y social más que policial.
Yáñez destacó la designación del nuevo jefe de zona (el general César Bobadilla) y afirmó que hay mucha confianza y expectativa del trabajo que se va a desarrollar en conjunto con la zona de Control y Orden público.
«La complejidad que tiene es que nosotros somos uno de los tantos actores, que tenemos que, de alguna forma, ir en busca de la solución a los problemas. Y particularmente como institución hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance. Recordemos que es un conflicto social y político el que tiene que resolverse ahí», comentó.
Si bien el general Yáñez señaló que deberían hacer un mea culpa, a renglón seguido, puso los peros.
«Quiero dejar claro que muchos casos que fueron dados a conocer como hechos verídicos, como el supuesto centro de torturas de Baquedano, o los crucificados de Peñalolén, o el joven violado en un cuartel policial, pero se demostró que eran falsos y no fueron abordados con la misma fuerza que se hicieron las denuncias», cuestionó.
Finalmente, y en medio de la discusión que se instala luego de cada incidente mayor, donde se entrecruzan las responsabilidades de la autoridad civil y uniformadas, el nuevo general director señaló: «No. Tenemos una dependencia administrativa directa del Ministerio del Interior a través de la Subsecretaría del Interior. Pero en nuestras actuaciones operativas es la ley la que nos rige y nos manda».
