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Paula Forteza, diputada que representa a los franceses en Latinoamérica: «Una gran parte de los chilenos residentes en el exterior quisiera participar de este histórico momento» PAÍS

Paula Forteza, diputada que representa a los franceses en Latinoamérica: «Una gran parte de los chilenos residentes en el exterior quisiera participar de este histórico momento»

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Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Asombrada del mandato que se impuso Chile para escribir una Constitución con paridad de género, la diputada cree que esta experiencia será un caso de estudio en el futuro, pero también estima que se puede implementar rápidamente un sistema de voto online o por correspondencia que garantice la participación de los chilenos que viven fuera. La parlamentaria votó en contra del proyecto de ley que busca prohibir las fotos y videos a la policía. Participó en las manifestaciones cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.


Paula Forteza es diputada de la Asamblea Nacional de Francia en representación de 100 mil personas, es decir, toda la población de Francia que vive en Latinoamérica y el Caribe en un territorio que abarca 33 países. Esta figura funciona desde 2012 y también incluye la representación en el exterior de los franceses y francesas por senadores y representantes consulares. Tiene 34 años y vivió 20 de ellos en Argentina, país en el que se formó académica y políticamente, primero más cerca del Partido Socialista de Francia, haciendo campaña por Ségolène Royal y, luego de un fuerte desencanto, hasta enero formó parte de La República en Marcha, el partido que lidera Emmanuel Macron. «Estos franceses se enfrentan a problemas específicos que debemos poder llevar al Parlamento, especialmente en los ámbitos de la seguridad social, la educación y la fiscalidad. Este mandato también tiene una dimensión diplomática. Cuando viajo, apoyo las iniciativas francesas en los países de mi circunscripción, sean estas políticas, culturales o económicas. Me reúno con miembros del Gobierno y autoridades locales, particularmente con homólogos parlamentarios extranjeros, lo que llamamos ‘diplomacia parlamentaria’. Esta semana, por ejemplo, me reuniré con varios parlamentarios chilenos», explica sobre su función legislativa.

-¿Qué opina respecto de que los chilenos y chilenas residentes en el extranjero no puedan votar para la próxima elección de constituyentes y tampoco para aprobar o rechazar la Constitución?
-Cada país tiene un enfoque diferente con respecto a sus ciudadanos que viven en el extranjero. El sistema francés demuestra que es bueno que los ciudadanos que viven en el extranjero tengan la oportunidad de expresarse en las elecciones y de ser representados. Las temáticas que les conciernen no serían tratadas políticamente si no fuera el caso. En el caso de Chile, estoy convencida de que una gran parte de los chilenos residentes en el exterior quisiera participar de este histórico momento democrático. Sistemas de voto online o por correspondencia podrían implementarse rápidamente.

-¿Cómo logra Francia el equilibrio en la representación de su población al interior del Parlamento? ¿Piensa que el voto de las personas mayores de 16 años puede generar mayor representatividad de la población? Le pregunto porque se presentó un proyecto para lograr ese cambio. 
-En Francia, nos hacemos muchas preguntas sobre cómo el Parlamento podría ser aún más representativo de su población. Por ejemplo, solo el 4,5% de los diputados son empleados y ninguno de ellos es obrero, cuando estas dos categorías de la población representan casi el 50% de la población activa. En las últimas elecciones de 2017, vimos un fuerte aumento en la proporción de mujeres en la Asamblea, del 27% al 39%. Pero todavía tenemos que hacer un esfuerzo para lograr la paridad absoluta. Debemos inspirarnos en América Latina. Cinco países en el top 10 de “participación de mujeres en el Parlamento” son latinoamericanos, gracias a leyes de paridad ambiciosas y exigentes (Cuba con 53,2%, Bolivia con 53,1%, México con 48,2%).

En octubre, propuse un proyecto de ley para permitir el voto a partir de los 16 años. Creo que los jóvenes no se hacen oír lo suficiente en nuestras instituciones. Muchos dicen que a los jóvenes no les interesa la política. No es cierto. Se movilizan por causas como el medio ambiente, la igualdad de género, la lucha contra las desigualdades y la discriminación. Al hacer de ellos un verdadero electorado, los candidatos estarían obligados a escucharlos e integrar sus demandas en sus programas. Esto ya se ha implementado en varios países (Argentina, Brasil, Ecuador, Nicaragua), ¡y funciona!

«Impresionada con el Estado Plurinacional de Bolivia»

-Otro asunto que ocupa la atención de la política chilena es el de los escaños reservados para pueblos originarios. Ha sido una discusión muy árida y con visos de racismo y discriminación, como advierten las comunidades indígenas. ¿Cómo ha resuelto Francia la incorporación de minorías presentes en el país? ¿Cómo cree que debería ser la incorporación de los pueblos originarios de Latinoamérica en los parlamentos?
-La cuestión del lugar de las minorías étnicas ocupa un lugar importante y sensible en el debate público en Francia. En unos meses vamos a discutir una ley para luchar contra el «separatismo» tras los ataques terroristas islamistas. El Gobierno quiere tomar medidas drásticas para limitar el avance del «islamismo político». Sin embargo, este objetivo trae consigo el riesgo de reforzar el sentimiento de desconfianza y de discriminación hacia los franceses de religión musulmana. Ellos están, aun hoy, subrepresentados en todos los niveles institucionales y políticos. Debemos generar más diálogo e inclusión entre los diferentes componentes de la sociedad francesa.

Con respecto a Latinoamérica, acabo de regresar de Bolivia y quedé muy impresionada con el modelo que han logrado construir. Este país se define a sí mismo como un “Estado Plurinacional”. Esta definición simboliza la voluntad de dar lugar a la pluralidad de los 36 pueblos indígenas y de considerar a la diversidad como una fortaleza.

«Paritario, participativo y legítimo»

-¿Qué le parece el hecho de que el proceso para una nueva Constitución en Chile tenga paridad de género?
-¡Es histórico! Por primera vez en la historia mundial, una Constitución será redactada por 50% de mujeres y 50% de hombres. Las mujeres han contribuido fuertemente a lanzar este proceso constituyente: deben estar presentes hasta el final. La movilización de las activistas feministas chilenas ha sido notable, no solo en este tema sino también en la  lucha contra los feminicidios y las violencias contra las mujeres. Además de paritario, el proceso deberá también ser transparente y participativo para ser plenamente legítimo. Espero que el caso chileno será estudiado y seguido por muchos otros países. Por mi parte, me encargaré de difundir esta experiencia en Francia y en la región.

-¿Qué opina de la ley de aborto que está votándose en Argentina? Chile aprobó una ley de ese tipo por tres causales, pero hay sectores que abogan por el derecho a abortar sin condiciones.
-Estoy muy orgullosa de ver a la Argentina, donde viví más de 20 anos, volver a aprobar esta ley en la Cámara de Diputados. Ya en 2018, había podido expresarme al respecto dando un discurso en la Cámara de Diputados. Fue la ocasión de compartir la experiencia francesa, donde el aborto es legal desde 1975, y de detallar por qué esta medida constituye, en mi opinión, una política de salud pública esencial. Espero que los senadores finalmente den el paso y otorguen a las mujeres el derecho de disponer de sus cuerpos y sus vidas. El aborto nunca es un acto que hacemos por placer o por comodidad. Legalizar el aborto significa, sobre todo, evitar las terribles tragedias humanas donde las mujeres abortan a escondidas, arriesgando su vida. Con el grupo parlamentario que copresidí, hicimos votar en la Asamblea Nacional un texto de ley para extender el período en el cual se puede operar une interrupción voluntaria del embarazo (de 12 a 14 semanas). Cada año, entre 3 mil y 5 mil mujeres viajan al extranjero para abortar debido a plazos demasiado cortos.

«La pandemia fortalecerá a la extrema derecha»

-¿Cómo ve el surgimiento de los populismos de extrema derecha en Europa?
-El populismo no es un fenómeno nuevo: ha prosperado durante muchos años gracias a las múltiples crisis económicas, migratorias y de seguridad que atraviesa Europa. Temo que la pandemia fortalecerá a la extrema derecha por dos razones. En primer lugar, porque la confianza en las instituciones políticas se ha deteriorado drásticamente. Las fake news y las teorías de la conspiración florecen y atacan a toda la clase política, que consideran elitista y corrupta. En segundo lugar, porque la crisis económica y social probablemente será muy dura. En fin, porque la pandemia ha hecho surgir una fuerte demanda proteccionista y soberanista: esta visión forma parte integrante del discurso de la extrema derecha. Para luchar contra ella, debemos encontrar la manera de crear confianza, siendo más transparentes en la gestión política, abriéndonos a la participación ciudadana y siendo auténticos y sinceros. Habrá que hacer renacer la esperanza con acciones que priorizan la justicia: justicia social, justicia ambiental, justicia fiscal. Estas son las aspiraciones de los jóvenes y de las nuevas generaciones. Debemos ponerlas en la agenda desde las próximas elecciones.

-En los últimos días ha habido en París y otras ciudades francesas protestas contra un proyecto de ley que prohíbe tomar fotos o videos de policías .¿Se trata de una violación de la libertad de prensa y de expresión, como advierten las organizaciones de DD.HH. o cree como el gobierno que solo se busca proteger a los agentes policiales de amenazas de violencia cuando las fotos salen?
-Voté en contra de este proyecto de ley y participé de las manifestaciones. Lo que le expliqué al ministro del Interior, durante los debates, es que esta disposición no fortalecería la protección de la policía: de hecho, nuestro Código Penal ya protege contra los ataques a la integridad de los agentes. Es además peligrosa para la libertad de la prensa. Hemos visto en los últimos casos de violencia policiaca (Michel Zecler) a qué punto la posibilidad de filmar los incidentes era fundamental. Esta ley fue una acción de comunicación política y terminó reforzando la desconfianza hacia la policía. Pero este no es el único punto que me preocupa en esta ley. Esta incluía un marco legal para el uso de drones por la policía que era demasiado extenso e intrusivo en términos de privacidad y libertades individuales. El Gobierno está alejándose progresivamente de las promesas de Macron de 2017: su programa se basaba en la apertura y el liberalismo político. Hoy intenta seducir al electorado de la derecha para las próximas elecciones presidenciales.

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