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Un febrero marciano Opinión

Un febrero marciano

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Diego Rojo Martel
Por : Diego Rojo Martel Académico de Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Arturo Prat. Geólogo de la Universidad Andrés Bello y candidato a doctor de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Investigador de la relación tectonomagmática en la Patagonia.
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Uno de los aspectos intrínsecos que guardamos de Marte, es la imposibilidad de ser habitado, en gran parte por que la atmósfera de Marte es muy tenue, cerca de 100 veces más delgada que la terrestre y está dominada por dióxido de carbono, es por este motivo, que se incorpora MOXIE (Mars Oxygen ISRU Experiment), equipamiento que tiene la inédita e importante función de producir oxígeno a partir del dióxido de carbono presente en la atmósfera marciana, por lo que podríamos llamarlo nuestro árbol marciano.


Durante gran parte de la historia, la humanidad se ha planteado el desapego a la vida en el sistema Tierra, cuestionándose como sería una vida extraterrestre que nos permita divagar, conocer y comprender el espacio sideral. La sociedad científica ha experimentado un periplo riguroso, el cual ha sido marcado por importantes hitos espaciales (satélites Sputnik 1, Sputnik 2, Apollo 11, entre otros).  Sin embargo, en las últimas décadas, gran parte de los recursos han sido direccionado en potenciar el actual conocimiento de Marte, conocido popularmente como el “Planeta Rojo”. Claramente, la comunidad científica se encuentra ansiosa, esperando el momento en donde el rover Perseverance establezca de manera idónea su amartizaje en el Planeta Rojo. En la actualidad, Estados Unidos, Emiratos Árabes y China compiten en carrera marciana con de fin de por primera vez extraer rocas de Marte y estudiarlas en la Tierra para un futuro cercano al 2031.

Si bien se ha establecido la utópica intensión de posicionar a la especie humana en superficies marcianas, antes que todo, es importante resaltar algunas cuestiones fundamentales de los procesos geodinámicos y tectónicos que gobiernan la proliferación de la vida, tal como la conocemos hoy en día. La Tierra como un sistema vivo y dinámico, disipa calor interno que impulsa una convección en el manto, provocando así el movimiento de las placas tectónicas. Quizás esto se puede comprender fácilmente por la ocurrencia de grandes terretremos, aperturas de océanos, formación de volcanes, movimiento de continentes, entre otras cosas. Además, existe un perpetuo movimiento en el núcleo terrestre equivalente a dinamo, el cual genera un campo magnético que nos aísla de las amenazas externas a nuestro sistema. Por lo tanto, hoy podemos fundamentar que sin tectónica la vida tal como hoy la conocemos, no es factible.

[cita tipo=»destaque»] Actualmente, la Administración Espacial Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) se ha propuesto como meta la expansión humana a lo largo y ancho del universo, y en particular, en lograr identificar señales de vida, y por qué nocolonización las superficies marcianas. Hoy en día, sabemos que Marte es un planeta rocoso, con características similares a la Tierra, tales como una atmósfera, corteza, manto y núcleo, así como también, se han podido identificar cuatro estaciones y dos lunas (Phobos y Deimos). En esta oportunidad, la NASA estipulo US$2,100 millones de dólares para la misión MARS 2020, la cual tiene como objetivo principal encontrar indicios de paleo-ambientes que pudieran haber albergado vida, así como también, la actual presencia de vida microbiana en Marte. [/cita]

Para el caso del Planeta Rojo, la tectónica marciana no ha quedado fuera del debate, es decir, ¿Marte tiene una tectónica activa, tal como la del sistema Tierra?, claramente la respuesta es no. Aunque ciertos aspectos morfológicos eluden la existencia de una tectónica activa, eso sí, su actividad tiene que haber cesado hace por lo menos 4000 Millones de años.  Se piensa, que la tectónica que actuó sobre el Planeta Rojo, podría explicar la diferencia topográfica (~6 Km) entre las tierras bajas del norte versus las tierras altas del sur, el volcanismo de Tharsis, el Valles Marineris, por nombrar algunas. También, los registros de anomalías magnéticas observados en el hemisferio sur, son equivalentes a los encontrados en las cortezas oceánicas terrestre, lo cual corresponden a una evidencia irrefutable en la  existencia de un Campo Magnético activo durante en la etapa incipiente de formación de Marte.

Actualmente, la Administración Espacial Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) se ha propuesto como meta la expansión humana a lo largo y ancho del universo, y en particular, en lograr identificar señales de vida, y por qué nocolonización las superficies marcianas. Hoy en día, sabemos que Marte es un planeta rocoso, con características similares a la Tierra, tales como una atmósfera, corteza, manto y núcleo, así como también, se han podido identificar cuatro estaciones y dos lunas (Phobos y Deimos). En esta oportunidad, la NASA estipulo US$2,100 millones de dólares para la misión MARS 2020, la cual tiene como objetivo principal encontrar indicios de paleo-ambientes que pudieran haber albergado vida, así como también, la actual presencia de vida microbiana en Marte. Perseverance es el nombre adoptado por el rover de la misión MARS 2020, el cual fue publicado oficialmente por la NASA el pasado 5 de marzo del año 2020. Los instrumentos científicos principales que presenta el rover son 7 (Mastcam-Z, MEDA, MOXIE, RIMFAC, SHERLOC, PIXL, SuperCam), los cuales permitirán conocer con exactitud ciertos aspectos relevantes sobre la geología, atmósfera, medio ambiente, así como también el potencial de bioseñales marcianas. La actual tecnología permitirá establecer importantes hitos científicos en el conocimiento marciano, en donde, por primera se generarán filmaciones de alta definición, así como también sonidos marcianos. Por otra parte, con el fin caracterizar y establecer el estado del arte de las condiciones ambientales marcianas para las futuras expediciones humanas al Planeta Rojo, se constará con el MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer) quien revelará las condiciones climatológicas a través de un sistema de sensores que permitirán conocer la temperatura, velocidad, dirección del viento, presión, humedad relativa y tamaño y forma del material particulado. De igual manera, uno de los aspectos intrínsecos que guardamos de Marte, es la imposibilidad de ser habitado, en gran parte por que la atmósfera de Marte es muy tenue, cerca de 100 veces más delgada que la terrestre y está dominada por dióxido de carbono, es por este motivo, que se incorpora MOXIE (Mars Oxygen ISRU Experiment), equipamiento que tiene la inédita e importante función de producir oxígeno a partir del dióxido de carbono presente en la atmósfera marciana, por lo que podríamos llamarlo nuestro árbol marciano.

Finalmente, esperaremos que Perseverance quien fue enviado el pasado 30 de julio de 2020, supere la barrera más difícil de su existencia, denominada como “los siete minutos del terror” para el próximo 18 de febrero de 2021 y revelar grandes misterios del Planeta Rojo. Claramente no podemos descartar, que las próximas generaciones sean literalmente denominadas como “Marcianos”.

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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