Desde la comunidad del foro WallStreetBeets de Reddit se gestó la idea de “salvar” a GameStop y se organizaron para generar miles de “compras hormiga”, provocando una presión compradora. Resultado: el precio de la acción de GameStop pasó de US$17,69 a un máximo de casi US$400, obteniendo una capitalización bursátil de US$28.000 millones, fuera de todo fundamento. Los grandes inversionistas que apostaron en contra no podían creer las pérdidas que estaban teniendo. Y entre lágrimas pedían mayor regulación –sí, ¡mayor regulación!– para estos piratas financieros. De Ripley.
Se comenta que lo que pasó la semana pasada en Wall Street es inédito y preocupante. Nadie apostaba por el futuro de las acciones de GameStop, una tienda física de videojuegos al borde de la quiebra. Es más, importantes inversionistas (hedge funds) tenían posiciones de venta corta, es decir, apostaron a beneficiarse de la caída del precio de la acción, mediante pedir prestadas acciones, venderlas en $X, esperar a que caiga el precio, comprarlas en $Y (menor que $X), pagar el arriendo y devolver las acciones. Beneficio final: $X menos $Y menos el costo financiero por el préstamo. Pero nada asegura que la apuesta sea segura. Si no cae el precio, el beneficio se convierte en pérdida.
¿Y qué pasó ahora que fue tan preocupante? Desde la comunidad del foro WallStreetBeets de Reddit se gestó la idea de “salvar” a GameStop y se organizaron para generar miles de “compras hormiga”, provocando una presión compradora. Resultado: el precio de la acción de GameStop pasó de US$17,69 a un máximo de casi USS400, obteniendo una capitalización bursátil de US$28.000 millones, fuera de todo fundamento.
[cita tipo=»destaque»]El mayor acceso a adquirir activos financieros por parte de los simples mortales, hará que su mayor demanda afecte también el retorno libre de riesgo. Serán papeles más escasos con retornos cercanos a cero o, incluso, negativos. Esto ya se ha visto. Lo que planteo acá es que este fenómeno lo reforzará y, por lo tanto, creer que el fenómeno de tasas muy bajas, cero o incluso negativas es pasajero, es un error conceptual importante. Mala noticia para las pensiones, malas noticias para las AFP, que están con respirador mecánico, y para las compañías de seguros que venden rentas vitalicias, que ya están muertas hace rato.[/cita]
Los grandes inversionistas que apostaron en contra no podían creer las pérdidas que estaban teniendo. Y entre lágrimas pedían mayor regulación –sí, ¡mayor regulación!– para estos piratas financieros. De Ripley. Es que ahí, cuando me afecta el bolsillo, la especulación es mala y hay que preocuparse, aunque esto implique recurrir a papá Estado.
• La especulación no es nueva. Siempre habrá especulación, la que convivirá con más o menos regulación.
• El avance tecnológico permite al ciudadano común acceder a servicios que antes estaban muy ajenos o lejanos. Que no se crea que con regulaciones se puede tapar el sol con un dedo. Que no se repita el show de los taxis con Uber.
• Miles y millones de hormigas pueden ser más grandes que cualquier toro de WallStreet… y para qué decir de los toritos criollos.
• El mayor acceso a adquirir activos financieros por parte de los simples mortales, hará que su mayor demanda afecte también el retorno libre de riesgo. Serán papeles más escasos con retornos cercanos a cero o, incluso, negativos. Esto ya se ha visto. Lo que planteo acá es que este fenómeno lo reforzará y, por lo tanto, creer que el fenómeno de tasas muy bajas, cero o incluso negativas es pasajero, es un error conceptual importante. Mala noticia para las pensiones, malas noticias para las AFP, que están con respirador mecánico, y para las compañías de seguros que venden rentas vitalicias, que ya están muertas hace rato.
• Los mercados tendrán que acostumbrarse a mayores niveles de volatilidad en los precios de los activos financieros. Mala noticia para las pensiones que trabajan con el tan manoseado retorno esperado y se olvidan del Equivalente Cierto. Ojalá que los responsables de la reforma al sistema de pensiones, por lo menos, consideren unos minutos en reflexionar en este tema.
• La volatilidad en los precios y la mayor demanda de activos financieros, refuerzan el hecho de que la tasa libre de riesgo de no pago, en equilibrio, debería ser muy-muy baja.
• La mayor volatilidad refuerza también la amenaza que la destrucción creativa tiene sobre las empresas que no operan en ambientes de competencia real y donde el costo de reposición es una fracción de su valor actual de su patrimonio.
• El mayor acceso de los inversionistas hormiga a información pública y gratuita de calidad, junto con la mayor conectividad y poder de organización, permitirá “castigar” a aquellas empresas que, producto del aprovechamiento de externalidades y de la poca competencia, han generado rentas anormales. Léase abusos.
• La especulación es sin llorar. Y si bien se trata de precios que se alejan de sus fundamentals, que es lo que al final debe imponerse, mientras se llega al precio “correcto”, varios muertos pueden quedar en el camino. Pero la pérdida para una hormiga es distinta a la pérdida de un toro. Para una hormiga, la aventura puede ser incluso un juego.
• La organización de la calle bien puede ser una antesala a la organización de los monitores. Esta nueva amenaza debería ser internalizada en el análisis de los precios de cualquier activo financiero. ¿Una nueva forma de terrorismo?
• Finalmente, y a propósito de GameStop, un mensajito a la CMF: ¿por qué no revisan los precios de cierre trimestrales de las acciones de las empresas AAA locales, esos precios que se marcan con unas pocas lucas gastadas y sirven para el cierre de los estados financieros?