¿Qué hacer y cómo reaccionar? Si no hacía nada, palos de los retirados y críticas internas. Si la reacción era suave, quizás las mismas reacciones anteriores. Si la reacción era por la vía de un comunicado fuerte, el frente interno y los retirados no reaccionarían tan duro, pero podría tener reacciones externas, como los hechos posteriores así lo demostraron. Y finalmente –y como querían algunos– enviar tropas y tomar el control del lugar, lo que habría sido del gusto de muchos, pero que habría generado una crisis política de alto calibre. Un análisis lógico de este problema, en que no hay claramente salidas claras y éxito o no éxito, dice que lo elegido fue lo correcto o lo menos malo, en una situación en que lo único que no podía hacer era no hacer nada.
No debe haber sido fácil estar en el escritorio del general en Jefe del Ejército de Chile el viernes 5 de marzo de 2021 a eso de las 9 p.m. ¿Qué hacer y cómo reaccionar a las llamas que se le prendieron al monumento del general Baquedano y, lo que es más importante, a la tumba del soldado desconocido, sobre la cual está colocada la estatua del general montado sobre Diamante, su caballo de batalla de la Guerra del Pacífico?
Los intentos de destrucción del monumento y la tumba, vienen siendo muy frecuentes desde que la Plaza Baquedano –también conocida como Plaza Italia y más recientemente como la Plaza de la Dignidad– se ha transformado en el lugar de las protestas sociales que arrancaron con el estallido del 18 de octubre de 2019. La frecuencia, con el tiempo, ha ido en aumento y solo se ha visto disminuida cuando las comunas de Santiago y Providencia están en cuarentena. Los incidentes semanales de los días viernes se han transformado, lamentablemente, en parte de la nueva habitualidad que nos está afectando.
[cita tipo=»destaque»]Tampoco se puede calificar de deliberación, por el hecho de que la cuenta de Twitter del Ministerio de Defensa retuiteó el comunicado tan pronto este salió, a la 1 a.m. del sábado 06 de marzo, lo que equivale a un endoso o beneplácito a ese comunicado institucional de parte de su autoridad política directamente superior.[/cita]
Ya en forma previa el Ejército había solicitado, sin éxito, el traslado de ambos objetos a ubicaciones relevantes y más protegidas. La ubicación actual es un lugar que el Ejército solo podría custodiar si estuviésemos en un Estado de Excepción Constitucional de Emergencia o de Sitio. O bien, si la Plaza Baquedano fuese declarada una instalación militar, cosa que es poco probable.
A las personas que tienen respeto por los símbolos patrios y que veneran a los héroes de Chile y en particular el concepto del soldado desconocido, que simboliza a todos aquellos que murieron en combate y en forma anónima por Chile, el ver los continuos intentos de destrucción constituye una irritación permanente, dejando una pena enorme y una rabia que es difícil contener. Dicho eso, otra cosa es prenderle fuego, y la imagen dantesca de las llamas fue algo que supera la ficción y la capacidad de asombro, ya bastante desarrollada producto de lo ocurrido en los últimos 18 meses en que se han quemado iglesias, estaciones de metro, máquinas de transporte público, oficinas públicas, cuarteles de Carabineros y así, muchas otras.
Volviendo al comandante en Jefe, ¿qué hacer y cómo reaccionar? Si no hacía nada, palos de los retirados y críticas internas. Si la reacción era suave, quizás las mismas reacciones anteriores. Si la reacción era por la vía de un comunicado fuerte, el frente interno y los retirados no reaccionarían tan duro, pero podría tener reacciones externas, como los hechos posteriores así lo demostraron. Y finalmente –y como querían algunos– enviar tropas y tomar el control del lugar, lo que habría sido del gusto de muchos, pero que habría generado una crisis política de alto calibre.
Un análisis lógico de este problema, en que no hay claramente salidas claras y éxito o no éxito, dice que lo elegido fue lo correcto o lo menos malo, en una situación en que lo único que no podía hacer era no hacer nada. Pero de ahí a calificar la acción como un acto de deliberación política, hay un gran trecho.
Lo que tenemos aquí es la reacción del Ejército a un hecho que les afecta profundamente y les duele en el alma. Pedirles silencio es no cachar nada y no entender lo que les mueve a ellos y muchos otros chilenos amantes de la patria. Tampoco es cachar nada el decir que tienen tejado de vidrio por malos manejos financieros ocurridos en tiempos pasados, que supuestamente los inhabilita para poder criticar o manifestar su disgusto ante situaciones que les afecten. Es claramente estar confundiendo las cosas y un uso poco inteligente de la lógica y la razón.
Tampoco se puede calificar de deliberación, por el hecho de que la cuenta de Twitter del Ministerio de Defensa retuiteó el comunicado tan pronto este salió, a la 1 a.m. del sábado 06 de marzo, lo que equivale a un endoso o beneplácito a ese comunicado institucional de parte de su autoridad política directamente superior.
Por ultimo, notable el liderazgo del ministro de Defensa, quien a la mañana siguiente, en compañía de su señora, concurre al monumento a colocar una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido y a los pies de la escultura de Diamante montado por el general en Jefe del Ejército en campaña. Esa imagen por sí sola vale mucho, y en lo comunicacional, tiene un tremendo valor. Bien por el ministro Prokurica.