Para el abogado, experto en temas constitucionales, el proceso de instalación de la Convención Constitucional debe ser de fácil despacho, con simbolismos y solemnidades, pero sin pretender que en ese acto exista representación para cada punto de vista. «Vivimos una era muy recargada de susceptibilidades, pero no hay que ser tan delicado, si no, sería un proceso interminable», sostiene. Despejada desde la Presidencia la no participación del Presidente de la República Sebastián Piñera en la ceremonia –algo que, de lo contrario, según Couso, habría sido de «una imprudencia sin límites»– el constitucionalista se muestra de acuerdo con que el ministro de fe sea, por ejemplo, un Premio Nacional, alguien que tenga «auctoritas social», especialmente en derechos humanos, que es algo sobre lo que existe consenso previo. En ese sentido, Javier Couso propone que un buen nombre sería el de Elizabeth Lira, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2017, quien ha dedicado su vida, precisamente, al tema de los derechos humanos.
