El ministro secretario general de Gobierno, Jaime Bellolio, pidió a la oposición ser responsables. “Ponerle trabas a la creación de empleo por parte de las pymes es algo que simplemente no cuadra”, indicó, saliendo al paso del proyecto presentado por parlamentarios PPD, PS y FRVS. Uno de los autores de la iniciativa, Raúl Soto (PPD), replicó que “parece que para este Gobierno nunca es el momento indicado para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y la calidad de vida de la gente”, y recordó que el proyecto esta considerado para ser aplicado con gradualidad. Dirigentes del sector comercio valoraron la iniciativa, pero advirtieron que no se debe traducir en despidos, bajas de salarios, automatización de funciones, subcontrataciones o tercerización.
La Moneda salió al paso del proyecto de ley presentado por diputados de oposición, que busca rebajar la jornada laboral semanal de 45 horas a 38 horas y establece que los trabajadores puedan pactar con sus empleadores un régimen de cuatro días de trabajo y tres de descanso.
“Todavía no es el momento”, fue la respuesta del ministro secretario general de Gobierno, Jaime Bellolio, quien pidió a la oposición ser responsables. “Ponerle trabas a la creación de empleo por parte de las Pymes es algo que simplemente no cuadra”, indicó en Radio Universo.
Uno de los autores de la iniciativa, Raúl Soto (PPD), replicó que “parece que para este Gobierno nunca es el momento indicado para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y la calidad de vida de la gente”.
El parlamentario precisó que el proyecto está pensado para empezar a ser ejecutado después de la pandemia, un año después de ser aprobado, cuando superemos esta crisis sanitaria y además con una gradualidad que permita que el mercado laboral se vaya adecuando”.
Soto indicó que están disponibles para hacer los ajustes necesarios e invitaron al Gobierno a incorporar indicaciones, “más que simplemente estar oponiéndose”, para contar así con “una legislación responsable y que cimente el camino para un mercado laboral con jornadas modernas que beneficien a los trabajadores y la productividad”.
En el mundo sindical recibieron con buenos ojos la iniciativa. Dirigentes del sector comercio valoraron el proyecto presentado por parlamentarios PPD, PS y FRVS, sin embargo, advirtieron que, de manera paralela, se debe asegurar la estabilidad de los empleos y los salarios, entre otros aspectos.
Manuel Díaz, presidente de la Coordinadora del Comercio y Servicios Financieros, amarró el tema a la iniciativa de salario mínimo de 500 mil pesos planteada por la CUT, “con el objetivo de evitar que los trabajadores se vean obligados a buscar un segundo o tercer trabajo para compensar la falta de recursos económicos, que les permita solventar los gastos de la vida”.
Por su parte, Patricio Venegas, dirigente del Sindicato Interempresa de Líder, SIL, considera que la medida no debiera traducirse en la merma de las remuneraciones de los trabajadores. “Esperamos que el proyecto no tenga letra chica; que no sirva de excusa para fomentar la automatización y los despidos masivos. Por el contrario, que se efectúe mediante la reconversión de las tareas y la capacitación”, dijo.
De igual manera, Díaz defendió el derecho a la semana corrida, para que aquellos que trabajan como comisionistas no terminen perdiendo dinero en el cálculo de sus ventas debido a los días que se dejarían para el descanso. Propuso, además, poner en discusión la posibilidad de cerrar el comercio de las grandes tiendas y los supermercados a las 20.00 horas máximo, porque “la salud mental y el tiempo para la familia también son muy importantes”.
En tanto, Mauricio Acevedo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de Farmacias, FENATRAFAR, señaló que “las empresas de rubros esenciales han constatado cómo pese a las cuarentenas nunca han visto afectada su productividad ni ganancia”, sin embargo los funcionarios de farmacias no han podido realizar las cuarentenas preventivas y han estado sometidos al fuerte estrés de ser uno de los principales lugares de posible contagio de Covid-19. Por eso indica que el proyecto de las 38 horas se debe vincular a la regulación normativa de las subcontrataciones, la tercerización y los trabajos informales.
Claudio Sagardias, presidente de la Confederación de Trabajadores del Comercio y Servicios (CONATRACOPS) enfatizó que toman la iniciativa “con esperanza”, pero dijo que “hay que tener cuidado con las grandes empresas que ya se han preparado para reducir la jornada, ya están pagando menos del ingreso mínimo, por jornadas de 10, 20 ó 30 horas de trabajo. Por eso hay que revisar bien el impacto que pudiera tener, no tanto en el sector productivo, pero en el comercio”.