Entrevistado por El Mostrador TV sobre su punto de vista acerca del proceso constituyente en marcha, el director de la misión en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo alaba la experiencia que arrancará con la Convención Constitucional, que reúne a “155 personas con historias, con capacidades, con memorias, una diversidad maravillosa”, quienes tendrán que encontrar puntos en común. Pero, al mismo tiempo, recalca que no es una tarea circunscrita exclusivamente a la Convención, sino que “el país también tiene que conversar y ser un espejo de lo que está sucediendo durante todo este proceso”. Para superar los desencuentros y construir confianzas, Zamudio pone énfasis en la necesidad de encontrar puntos comunes y en que “hay que creer y crecer en el proceso». Y en esa tarea los medios de comunicación también deben cumplir un rol crucial en los próximos meses, mirando “más allá de los titulares, más allá del conflicto y la confrontación”, señala.
La antesala de la Convención Constitucional ha estado marcada por las tensiones entre algunos de sus miembros con el Gobierno y declaraciones cruzadas, pero para alguien como Alfredo Zamudio –un referente mundial en la resolución de conflictos y en la facilitación de procesos de diálogo– todo está por escribirse. A días de la instalación de la Convención, Zamudio recalca que la clave estará en la conversación entre los participantes, pero también en cómo la ciudadanía se involucra por medio del diálogo en un proceso que define como de “reencuentro”.
Zamudio es director de la misión en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo. Originario de Arica, ha vivido en Noruega desde 1976, convirtiéndose en un experto de primer nivel mundial, con más de 30 años de experiencia en gestión de derechos humanos, emergencias humanitarias y transformación de conflictos.
Entrevistado en El Mostrador, Zamudio parte destacando con una mirada optimista la conformación del órgano encargado de la redacción de la futura Carta Magna, que arranca su trabajo el próximo domingo 4 de julio. «Son 155 personas con historias, con capacidades, con memorias. Es una diversidad maravillosa, con todos los desafíos que eso tiene. Si esas personas creen en el proceso, vamos a ver que van a crecer y Chile va a crecer durante el proceso», señala.
En ese cuadro, Zamudio recalca que el diálogo debe comenzar por superar los obstáculos y las confrontaciones más pequeñas que nos dividen, porque de ese modo la gente va a “querer seguir transformando y conversando juntos”, y encontrar así puntos comunes y dar pie al encuentro.
“Cuando las personas que se reencuentran en este proceso empiezan por cosas pequeñas que ellos mismos definen, van avanzando, encontrando formas de escucharse, de crear confianza, de decirse sus diferencias. Tal vez van a encontrar muchas diferencias y eso es bueno, pero en ese proceso van a encontrar algunas formas y cosas que pueden transformar”, establece el director del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo.
Añade que para que el proceso constitucional dé buenos frutos es fundamental la confianza en la Convención. “Hay que creer y crecer en el proceso. Hay que ver la Convención Constituyente como un lugar de trabajo, con todo lo que eso significa. Con su riqueza, sus problemas, sus dificultades, sus personalidades”, indica Zamudio.
El experto destaca además que este proceso constituyente representa un “reencuentro”. “La Convención Constituyente es en cierta forma eso: Chile ha decidido una salida constitucional, democrática e institucional a una de las dificultades grandes que el país tiene por detrás. Este reencuentro entre las 155 personas”, puntualiza.
Asimismo, subraya que la Convención “es un proceso que empieza ahora y va a terminar en 9 o 12 meses. Los y las constituyentes van a ir creciendo y teniendo esa conversación que no solamente ellos necesitan. Van a ir tratando de tener la conversación que Chile necesita”.
En cuanto a los temas sobre la mesa, el director en misión en Chile establece que “son muchas las conversaciones necesarias, el agua, la justicia, los derechos humanos, la desigualdad, y los pueblos originarios”. “Estos son los temas que nos importan como Chile, y el proceso más importante es el que estamos haciendo en este momento, como chilenos que estamos haciendo un proceso pacífico de transformación”, expresa.
Pero no todo debe quedar circunscrito a las paredes del Palacio Pereira o del antiguo Congreso Nacional, sino que se trata de un proceso que tiene que involucrar a toda la ciudadanía. “Esta es una gran conversación de país, un país que tuvo un profundo desencuentro, que se dio a toda luz el 18 de octubre, y luego se han ido dando las formas de cómo volver a reencontrarnos. En este momento lo que es importante es decir que no hay que pensar que esta es solamente una conversación de 155 personas. El país también tiene que conversar durante todo este proceso, en las comunidades, en los pueblos, en los trabajos, en los sindicatos. El país debe ser un espejo de lo que está sucediendo”, recalca Zamudio.
En este contexto, los medios de comunicación también deben cumplir un rol crucial en los próximos meses, acompañando el proceso.
«Los medios deben ver más allá de los titulares, más allá del conflicto y la confrontación. ¿Qué hay más abajo? ¿Por qué se están peleando? ¿Cuáles son los temas subyacentes? Los medios en estos tiempos en que los likes y los clics son los que nos mueven para adelante… Pero en un proceso constituyente, no es un proceso fácil de leer ni de entender. Entonces, los medios van a encontrar una forma de cómo seguir haciendo su tarea, pero también deben crear esas conversaciones lentas y profundas, donde Chile conversa, no solamente donde se dice cosas o se grita. Chile necesita que los medios lo ayuden a escucharse», finaliza.
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