El economista y académico de las universidades de Cambridge y de Santiago de Chile, explica que el royalty es “la cantidad que se le paga al dueño de un derecho (el del mineral que está en la roca) por el permiso para ejercerlo (explotarlo)”, y agrega que, en la práctica, en Chile no existe un royalty minero, porque el Estado no está realmente recaudando en forma neta por este concepto. Añade que las mineras tienen que comprarles a los chilenos, por ser los dueños, este insumo esencial para su actividad. “El no cobrar royalty es una distorsión de mercado”, sostiene, “por lo que el tema hoy no es si cobramos royalty o no, sino cuál es su precio de eficiencia”, al tiempo que explica lo que –a su juicio– es un precio socialmente eficiente. Respecto a las utilidades de las empresas, señala que estas las pueden manipular a través de distintas formas de elusiones, por lo que el royalty tiene que ser un porcentaje de las ventas –y que suba o baje de acuerdo al precio del mineral–. Añade que también hay que discutir sobre el uso de los recursos, especialmente en diversificación productiva, porque “llevamos 50 años en este sistema extractivo y seguimos exportando concentrado. Es el momento de cambiar” [ACTUALIZADA]