Estos días la Convención Constitucional estará abocada a armonizar las distintas propuestas aprobadas en las comisiones transitorias y arribar a un consolidado único para, eventualmente, comenzar la discusión de este a partir del 6 de septiembre. Sin embargo, uno de los puntos que genera mayor tensión es el de los plebiscitos dirimentes. La propuesta fue aprobada en la Comisión de Participación por el PC, la Lista del Pueblo, Movimientos Sociales, los Pueblos Originarios, el Frente Amplio, Colectivo Socialista e Independientes no Neutrales. En la práctica, este mecanismo se utilizará para aquellas materias que no hayan alcanzado el quórum de dos tercios, pero un sector de la Convención teme que sea usado deliberadamente para no llegar a acuerdos y, así, tener que plebiscitarlos. Ahora todos los ojos están clavados en el FA, pues temen que Fernando Atria –uno de los liderazgos dentro de dicho conglomerado– pueda romper filas en el debate definitivo. [ACTUALIZADA]
El sábado al mediodía la Comisión de Reglamento terminó la revisión definitiva del borrador de las normas que podrían regir a la Convención Constitucional (CC). Los últimos, fueron días de sesiones extensas de las diferentes comisiones, muchas de las cuales terminaron en la madrugada, y donde se resolvieron cuestiones fundamentales, como el quórum y la posibilidad de realizar plebiscitos dirimentes, entre otros asuntos.
Hay expectativas de que la aprobación pueda ser más bien expedita y que no se reabran debates que ya tuvieron lugar en las comisiones. En esa línea, por ejemplo, se manifestó una de las coordinadoras de la citada comisión, Amaya Alvez. “Yo no me podría imaginar bajo qué circunstancias mañana habría una votación en contra, lo que simplemente vamos a hacer es ratificar lo que discutimos toda la semana”, señaló Alvez, en entrevista con El Mostrador.
Sin embargo, hay al menos tres flancos abiertos donde podría concentrarse el debate, y ante lo que algunos sectores esperan presentar indicaciones, junto con buscar acuerdos políticos para viabilizar sus puntos de vista: el quórum de dos tercios; la decisión de no considerar como válidas las abstenciones; y los plebiscitos dirimentes.
En el caso del quórum de los dos tercios, en sectores de Chile Digno, Movimientos Sociales y la Lista del Pueblo reconocieron que lo más probable es que, por la vía de indicaciones, se insista en modificar dicho quórum consensuado en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, del 15 de noviembre del 2019.
En una línea similar corre la decisión de que no se consideren como parte de la votación los sufragios de abstención, es decir, que solo sean considerados para el quórum los votos a favor y en contra, y solamente de quienes estén presentes en la sesión. Una indicación promovida por la constituyente del PC Bárbara Sepúlveda, y que fue aprobada por 17 votos a favor y 14 en contra en la Comisión de Reglamento. Varios constituyentes de centroderecha y de centroizquierda e independientes podrían intentar revertir esta medida, y en la izquierda sostuvieron que, ante lo estrecho de la votación, sigue siendo un punto en conflicto.
Lo anterior y los plebiscitos dirimentes son considerados como una manera sutil de romper el quórum de los dos tercios, y todos los sectores coincidieron en que, precisamente, serán los plebiscitos dirimentes los que concentren la mayor discusión, una vez comenzado el debate. En la práctica, este mecanismo se utilizará para aquellas materias que no hayan alcanzado el quórum de dos tercios, pero que sí logren la fórmula de los tres quintos, y en el texto aprobado se resaltó que se requiere de una reforma constitucional para poder materializarlos.
La propuesta fue aprobada en la Comisión de Participación por el PC, La Lista del Pueblo, Movimientos Sociales, los Pueblos Originarios, el Frente Amplio, Colectivo Socialista e Independientes no Neutrales, con 22 votos a favor y 7 en contra, incluyendo entre estos últimos los del oficialismo, sector que buscará que este instrumento no se ratifique y desde donde algunos acusaron «una maniobra del Partido Comunista».
El constituyente Marcos Barraza (PC) defendió este mecanismo. “El que la Comisión de Participación haya aprobado los plebiscitos dirimentes es un paso importante, porque permite establecer un mecanismo de desbloqueo a este quórum supramayoritario que impuso el acuerdo del 15 de noviembre. Creo que ha ido generándose convicción al interior de las y los constituyentes de que tener mecanismo de desbloqueo tiene que ver con la legitimidad de las decisiones que adopte la Convención Constitucional”, dijo.
Su par de RN, Raúl Celis, manifestó su postura en contra, aclarando que no hay una postura oficial en su sector. “Espero que los plebiscitos dirimentes no prosperen, y lo espero por el bien de la Constitución, por la vigencia del nuevo texto constitucional. El objetivo de una Constitución Política que quiere durar en el tiempo, tiene que ser la búsqueda de consensos importantes y este procedimiento que se pretende instalar, presionando al Poder Legislativo de paso, me parece que va en una línea incorrecta. Un sector perfectamente podría intentar no llegar a acuerdo en muchísimas materias importantes y todas ellas plebiscitarias, y nosotros fuimos elegidos para redactar la nueva Constitución, no para endosar la responsabilizar de redactar la Constitución al electorado”, sostuvo.
Los ojos están clavados en el Frente Amplio, al que varios sectores le reconocen una hegemonía del poder dentro de la Convención, además de su posibilidad de generar lazos hacia la izquierda y el centro, y en ocasiones con una parte de la centroderecha. Por eso es que, por ejemplo, en Chile Digno y algunos de Movimientos Sociales identificaron en ese espacio frenteamplista la clave para que los plebiscitos dirimentes puedan seguir adelante, y algunos temen que un sector se termine desalineando. “Esperamos que el FA actúe unido, no quebrado”, puntualizó un constituyente que apoyó los plebiscitos.
¿La razón? Temen que Fernando Atria, uno de los liderazgos dentro del FA, rompa filas y decida no cuadrarse tras la propuesta en el debate final, debido a las dudas que había manifestado antes del acuerdo que lo destrabó. «¿Con qué criterio se define qué se plebiscita? ¿Todo lo que obtiene mayoría pero no 2/3? ¿Solo lo más relevante? ¿Quién define qué es más relevante? ¿Qué pasa si se anuncia con bombos y platillos que habrá plebiscitos de desbloqueo y después resulta que no hay porque que no hay nada que desbloquear? Dirán que es ‘cocina’ de ‘los políticos’, que la CC es lo mismo de siempre, etc!», publicó Atria en su cuenta de Twitter previo al acuerdo. De hecho, el jueves Atria valoró el consenso logrado y el trabajo de las representantes del FA en buscar puntos para sacar el nudo que tenía hasta el momento la iniciativa, aclarando que no estaba en contra de la participación ciudadana, sino que en un plebiscito que no fuera responsable.
Un cuadro que miran con atención desde la centroderecha, ante las posibilidades de lograr acercamientos con un sector frenteamplista «más moderado». La intención también es afianzar espacios con otros grupos de la CC, y lograr un diálogo para llegar a lo que consideran “una Constitución equilibrada”. Una postura que buscan principalmente en RN y Evópoli, que se ha constantemente desmarcado de la UDI y de sectores más duros de la derecha. En esta línea, ven en el Colectivo del Apruebo –que agrupa a constituyentes de la ex Concertación– una mayor posibilidad de acercamientos, además de algunos espacios de Independientes no Neutrales.
Entre otros temas que podrían significar mayor análisis, están las asignaciones, puesto que algunos constituyentes esperan reinstalar el tema, en especial en lo referente a los y las convencionales que vivan fuera de la Región Metropolitana. Además de eso, la conformación de las comisiones permanentes también será protagonista, aunque desde todos los sectores consideraron que será un debate menos tenso que otros.
Hasta ahora, el calendario probable fija para la semana del 6 al 10 de septiembre el periodo en que sesionará el pleno de la Convención para discutir la armonización de las propuestas. Sobre ese plazo, constituyentes de diversos sectores, si bien aseguraron que la idea es demorar lo menos posible el Reglamento, coincidieron en que no se deben apurar definiciones que sean relevantes y dijeron estar disponibles a que se pueda extender el tiempo de discusión en pos de una Constitución «hecha lo mejor posible».