Según reveló una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), ambos sellaron en Islas Vírgenes Británicas la millonaria compraventa de la polémica minera que originalmente tenía a los Piñera Morel como mayores accionistas del proyecto. Hasta que en 2010 Carlos Alberto Délano compró la participación de todos los otros socios. Dicho contrato se firmó en territorio británico de ultramar, estableciendo un pago en tres cuotas. La última dependía de que no hubiera cambios regulatorios que obstaculizaran la instalación de la mina y su puerto. El tema es que –según trascendió– dichos cambios dependían de decisiones del Gobierno de Sebastián Piñera. Junto al ecuatoriano Guillermo Lasso y el dominicano Luis Abinader, el jefe de Estado chileno es uno de los tres mandatarios latinoamericanos en activo salpicados por esta indagatoria denominada Pandora Papers.
El presidente Sebastián Piñera tiene entre sus negocios offshore la compraventa en Islas Vírgenes Británicas (BVI) del proyecto minero Dominga, una operación que involucró al empresario y uno de sus históricos amigos, Carlos Alberto «Choclo» Délano.
El Mandatario negoció en un paraíso fiscal la compraventa del polémico megaproyecto minero, según reveló este domingo una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
La revelación surge de los llamados «Pandora Papers», un trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que tuvo a LaBot y a CIPER a cargo del capítulo chileno. La investigación –un trabajo que apunta a tres presidentes latinoamericanos activos y 11 retirados que escondieron millonarias fortunas para no pagar impuestos– apunta a que la familia Piñera Morel fue la mayor accionista de este proyecto minero que vendió al empresario Carlos Alberto Délano, uno de los mejores amigos de Primer Mandatario.
El Presidente Sebastián Piñera y el empresario Carlos Alberto Délano son viejos conocidos. Según publicó El Mostrador, se conocieron estudiando Ingeniería Comercial en la UC y forjaron una amistad que se prolonga por 46 años. Han viajado por el mundo junto a sus familias. Délano lo acompañó cuando Ricardo Claro apretó play en la radio Kioto y sepultó su aspiración presidencial. Délano increpó al fallecido abogado y le dijo “eres una bosta”. En la casa de Délano su amigo acordó bajarse de la carrera senatorial por la V Costa. Délano fue parte del llamado «tercer piso». Se hacen bromas. Se quieren. Se apoyan.
En su relación destaca que se juntaban en sus veraneos en La Serena, unos 60 kilómetros al sur de uno de los negocios en el que, años más tarde, sus familias invirtieron juntas: Minera Dominga.
Según trascendió en los documentos revelados, en sus inicios, Piñera, su familia y Délano reunían el 56 % de las acciones del negocio, siendo el 33 % del actual Presidente y de su familia, que eran los principales accionistas.
El reparto de los derechos se mantuvo hasta diciembre de 2010, según apunta la exclusiva, año en el que Délano compró por 152 millones de dólares el porcentaje de todos los socios, incluido el de Piñera, que entonces llevaba nueve meses en el poder para su primer mandato no consecutivo (2010-2014).
Una parte de la transacción se selló con un acta firmada en Chile por 14 millones de dólares y otra en las Islas Vírgenes Británicas por 138 millones de dólares, de acuerdo al ICIJ.
En el paraíso fiscal se firmó un contrato que establecía un pago en tres cuotas y, para cumplirse la última, no tenía que haber cambios regulatorios que obstaculizaran la instalación de la mina y su puerto.
Al ser consultado por la responsabilidad de Piñera por los medios a cargo de la investigación, el gerente de las empresas de la familia presidencial aseguró que el Mandatario no maneja sus negocios desde hace 12 años, que no fue informado del proceso de venta de Dominga y que la investigación judicial que se abrió en su momento sobre la operación acabó en sobreseimiento.
El megaproyecto minero Dominga se aprobó el pasado agosto por una comisión ambiental y el apoyo de diez secretarios regionales ministeriales, tras ser rechazado en 2017 por el Gobierno chileno de Michelle Bachelet y por un tribunal ambiental.
Tras una reclamación que había interpuesto la empresa responsable del proyecto, Andes Iron, en contra del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), se dio luz verde a la criticada iniciativa, que busca construir una mina de hierro y cobre que produzca más de 150 mil toneladas de minerales.
Piñera, quien es una de las mayores fortunas del país y dejará el poder en marzo de 2022, es junto al ecuatoriano Guillermo Lasso y el dominicano Luis Abinader uno de los tres mandatarios latinoamericanos en activo salpicados por esta investigación, que ha vuelto a remecer al mundo después de los Panamá Papers de 2016.
También se encuentran once exmandatarios de la región, entre los que destacan los colombianos César Gaviria y Andrés Pastrana, el peruano Pedro Pablo Kuczynski, además de otras 90 autoridades de alto nivel.
La indagación cobra especial relevancia en Latinoamérica, donde cada año se le escapan al fisco más de 300 mil millones de dólares en evasión de impuestos, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Del resto del mundo, se apunta al rey Abdalá II de Jordania, que gastó 100 millones de dólares en casas de lujo en California y otros lugares; líderes de República Checa, Kenia y Rusia y multitud de personajes de la esfera pública que ocultaron a las autoridades propiedades y dinero en efectivo.
Los «papeles de Pandora» contaron con la participación de 150 medios de comunicación de todo el mundo y 600 periodistas que han examinado 1,9 millones de documentos.
Según el gerente del grupo empresarial de Piñera, el Presidente no maneja sus negocios desde hace doce años y no fue informado sobre esta venta.
En cuanto a Délano, el socio inicial de Piñera en el proyecto Dominga y luego su propietario absoluto, envió un detallado documento redactado por sus asesores y consignado por El País. Se explica allí que fueron los gestores del fondo que originalmente era dueño de Dominga (el Fondo de Inversión Privado Latin Minerals) quienes estructuraron su propiedad en Islas Vírgenes Británicas porque la idea original era venderla a compradores extranjeros. «Las sociedades de la familia Délano que adquirieron el proyecto Dominga cumplieron todas las obligaciones de declaración y/o pago de impuestos que eran aplicables a esa operación», aseguraron.
Consultados por el pago de la última cuota, subrayaron que correspondía solo al 6,5% del total del precio de venta y que las negociaciones se hicieron directamente con el Fondo de Inversión que vendió Dominga. Aunque no mencionaron que quien firmó el contrato, a nombre de dicho fondo, fue Nicolás Noguera, el hombre que lleva adelante la gestión de las empresas de Piñera, desde donde descartaron cualquier relación del Presidente con la operación.