A juicio de Nicolás Rojas Pedemonte, director del Centro Vives de la Universidad Alberto Hurtado, las medidas que ha implementado el Ejecutivo para combatir los dos frentes que tiene abiertos en este momento: la crisis migratoria en el norte y los hechos de violencia en varias provincias del sur de Chile son «populismo punitivo», ya que en el primer tema -el mapuche- hay «una medida orientada a la política de espectáculo, tenemos un gobierno con necesidad de apoyo político, está en una situación muy frágil, en La Araucanía hay una clientela política muy muy importante, sectores empresariales una extrema derecha muy organizada, muy empoderada, hay una necesidad de apoyo electoral». «La clase dirigente busca inviabilizar al pueblo mapuche como actor político, y es muy rentable hacer estas asociaciones y hablar como si el pueblo mapuche fueran narcotraficantes, como si se asociara a la población de La Dehesa con el narcotráfico que existe en Lo Barnechea es así de arbitrario», añadió. En el segundo tema, en tanto, afirmó que la administración Piñera ha actuado «con la calculadora política, gobernando para la galería”.
«Populismo punitivo que ha desplegado este Gobierno tanto para enfrentar el conflicto mapuche como la crisis migratoria». Eso, a juicio de Nicolás Rojas Pedemonte, director del Centro Vives de la Universidad Alberto Hurtado, es lo que ha implementado el Ejecutivo para combatir los dos frentes que tiene abiertos en este momento: la crisis migratoria en el norte y los hechos de violencia en varias provincias del sur de Chile.
En conversación con El Mostrador en La Clave, en el primer tema -el mapuche- hay «una medida orientada a la política de espectáculo, tenemos un gobierno con necesidad de apoyo político, está en una situación muy frágil, en La Araucanía hay una clientela política muy muy importante, sectores empresariales una extrema derecha muy organizada, muy empoderada, hay una necesidad de apoyo electoral».
«Es una medida de carácter algo incierto, uno podría esperar que esto se gestionara como la pandemia, con la presencia de los militares en el territorio, pero dado que estamos frente a un gobierno con una disposición más comunicacional que política uno podría esperar que haya eventos de altisonancia y eso es lo delicado», añadió.
Según Rojas Pedemonte, la zona del conflicto mapuche es «un territorio muy muy frágil donde la violencia se ha hecho transversal, y eso podría acrecentarse con la presencia militar en el territorio. Estamos en un contexto donde la realidad socioeconómica es frágil, la exclusión azota a las comunidades, donde los equilibrios y convivencias se han hecho muy complejos, principalmente con la introducción de incentivos monetarios a la población se ha mercantilizado».
Para solucionar esta situación, Rojas Pedemonte plantea una «mediación con criterios de neutralidad, apelar a la figura de Michelle Bachelet es complejo con la política represiva que ella misma desarrollo. La necesidad de un diálogo tiene que ver precisamente con poder sentar a la mesa con los verdaderos involucrados en el conflicto. La CAM ha manifestado siempre su intención de sentarse a la mesa mientras la conversación sea política».
Esto no podría ocurrir con el recientemente decretado Estado de Excepción: «Lo que se esta poniendo entre paréntesis son libertades de tránsito, de reunión, derechos civiles y políticos, entonces es muy complicado que se vaya perdiendo la posibilidad de dialogo con estas medidas, para el próximo gobierno va a ser mucho más difícil aún».
En dicha zona hay «empresas que han intentado cooptar a la gente, que han dividido a la gente, a comunidades” y también bandas de narcotráfico o de robo de vehículos. «Hay bandas que tienen integrantes mapuches, que no necesariamente defienden la causa mapuche».
«Tenemos un escenario bastante revuelto, hay demasiados actores, y los hechos noticiosos tienen que ver con hechos delictivos y cuando tienen que ver con sabotaje a la industria forestal que son los mayoritarios, pasan y son tildados de simple delincuencia, cuando se trata de violencia política», agregó.
«La clase dirigente busca inviabilizar al pueblo mapuche como actor político, y es muy rentable hacer estas asociaciones y hablar como si el pueblo mapuche fueran narcotraficantes, como si se asociara a la población de La Dehesa con el narcotráfico que existe en Lo Barnechea es así de arbitrario», cerró este tema.
En cuanto al otro frente abierto del Gobierno, la crisis migratoria, Rojas Pedemonte señaló que se «ha puesto en tela de juicio el accionar del Gobierno en la materia», ya que a su juicio, la administración Piñera ha actuado «con la calculadora política, gobernando para la galería”.
En inmigración, éste es «un gobierno que se ha caracterizado por administrar la situación de manera bananera (…) sin criterios técnicos», sostuvo en El Mostrador en La Clave el coordinador académico del Observatorio del conflicto social de la Universitat de Barcelona.
A juicio del académico, la política migratoria impulsada por el Ejecutivo “sigue siendo la misma: restrictiva e impulsando a los migrantes a ingresar por pasos no habilitados”.
“es muy delicado lo que ha hecho el gobierno en materia migratoria. Genera un daño no sólo a la convivencia», sino que «también a la economía», ya que quienes llegan no pueden regularizar su situación, sostiene el coordinador académico del Observatorio del conflicto social de la Universitat de Barcelona.
Para el experto, “no se trata de puertas abiertas y una migración descontrolada», pero a nivel internacional «hay criterios, hay una migración que responde a protocolos”.