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Crédito: Álvaro Vidal
Caguach es un lugar tranquilo. Se trata de una de las nueve islas interiores de la comuna de Quinchao, que posee una población originaria ancestral y que es reconocida por la tradicional festividad religiosa de Jesús Nazareno. Pero sus habitantes hoy están inquietos. La empresa Salmones Antártica presentó un proyecto para ampliar la biomasa de un centro de cultivo, sin hablar con la comunidad. Por esto, los habitantes de la isla solicitaron el Servicio de Evaluación Ambiental que haya, al menos, participación ciudadana. «A mí me gustaría estar en una mesa de participación con la salmonera, especialmente para decirles del daño que ellos nos han hecho, el daño que han hecho todos estos años desde que están acá en la isla: hemos perdido muchos recursos marinos, también se ha perdido el tema de las algas, producto de los químicos que botan. Espero que esto pueda cambiar», dijo Rosario Almonacid Gueicha, presidenta de la comunidad indígena Piedra Funda.
“A nosotros nos gustaría saber qué es lo que quiere hacer la salmonera en nuestro territorio, porque hasta el momento el beneficio y la participación que tenemos es cero”. Ana Leviñanco (64), habitante originaria de la isla de Caguach, una de las cerca de 45 islas del Archipiélago de Chiloé, está preocupada. Y no es la única.
La empresa Salmones Antártica presentó un proyecto que consiste en la ampliación de biomasa de Centro de cultivo Caguache -emplazado en esa isla-, de 3.600 a 6.600 toneladas anuales, cuya actividad fue aprobada por la autoridad ambiental mediante la Resolución de Calificación Nº 541/2012.
“El objetivo de este proyecto es incrementar la producción de biomasa autorizada, que actualmente es de 3.600 toneladas anuales, a 6.600 toneladas por ciclo, mediante un uso sustentable de los recursos hidrobiológicos”, informó la compañía al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA)
El día 15 de diciembre las dos comunidades huilliches de Caguach; Piedra Funda y Las Dalias, solicitaron ante el SEA de Los Lagos que se realicen jornadas de participación ciudadana con el objetivo de que se les considere al momento de tomar decisiones para este megaproyecto.
La empresa ha solicitado una ampliación de biomasa a través de una Declaración de Impacto Ambiental (DEA), ya que, según señalan, su impacto se ajusta a las normativas ambientales vigentes, es decir, no generaría externalidades negativas para el territorio. Frente a esto, la organización Defendamos Chiloé, el Movimiento Archipiélago Soberano y la Red de Organizaciones Sociales, Territoriales y Asambleas de Los Lagos (ROSA) y las comunidades indígenas de Caguach han solicitado una participación ciudadana ante la construcción y ejecución del proyecto.
“La participación ciudadana me parece importante, básicamente porque nosotros, los que vivimos en esta tierra, somos los principales afectados por las distintas políticas que se adoptan o las distintas empresas que quieran venir a estos territorios”, señala Mariela Peranchiguay, abogada originaria de la comunidad de Caguach. “Por lo mismo, es importante que nosotros, como habitantes de la isla, podamos conocer de que trata el proyecto en su conjunto y que podamos tener una opinión informada al respecto”.
Según las comunidades, el proyecto, ubicado en una zona solicitada el año 2018 a través de la Ley Lafkenche como Espacio Costero Marítimo de Pueblos Originarios (ECMPO), pone en riesgo la salud de la población debido a la cantidad y calidad de efluentes, emisiones o residuos, genera efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales renovables, produce una alteración significativa de los sistemas de vida y costumbres de grupos humanos, se localiza próximo a poblaciones, recursos y sitios prioritarios para la conservación, altera significativamente el valor paisajístico de la zona, y altera monumentos y sitios con valor antropológico e histórico pertenecientes al patrimonio cultural.
Rosario Almonacid Gueicha, presidenta de la comunidad indígena Piedra Funda, señala que “a mí me gustaría estar en una mesa de participación con la salmonera, especialmente para decirles del daño que ellos nos han hecho, el daño que han hecho todos estos años desde que están acá en la isla: hemos perdido muchos recursos marinos, también se ha perdido el tema de las algas, producto de los químicos que botan. Espero que esto pueda cambiar. Yo no he sido nunca amiga de las salmoneras porque nunca me han invitado a participar en ninguna conversación, nos han invisibilizado como comunidad indígena a pesar de que se encuentran en nuestro mar y espero que a través de una participación ciudadana eso pueda cambiar para que pueda existir un desarrollo territorial en conjunto”.
